Hebreos
13:17 RV "Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos
velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con
alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso"
La
cuarentena no solo afecta al sector comercial, también a la Iglesia. La
celebración de los cultos presenciales al cerrarse las iglesias, quiérase o no,
provoca y repercute negativamente en el sostenimiento, apoyo y mantenimiento
del templo y en iglesias grandes en el pago de salarios a empleados y
sostenimiento de sus pastores.
Con
la ausencia de fieles en las celebraciones se está generando una gran reducción
de los diezmos y las colectas que aportan los fieles en manifestación de apoyo
de sus respectivos templos.
Muchas
iglesias han de estar atravesando un golpe económico debido a que los gastos
que demandan mensualmente el funcionamiento y el mantenimiento, no han sido
posible completar, hay que pagar las facturas de los servicios básicos y la
situación ahora se ha tornado muy difícil. Las reservas están terminando cuando
no hayan ya terminado.
Porque
siempre surgen gastos imprevistos como el mantenimiento de los techos con la
llegada de las lluvias, el aseo y mantenimiento del templo, que aun cuando no
se congrega el pueblo, este siempre hay que darlo. En fin, nuestras iglesias
tienen gastos y sin la colaboración de la feligresía y del pueblo no se van a
poder mantener ni aguantar.
Todos
estamos seguros y conscientes, que la Iglesia no ha resultado inmune al atroz
ataque del coronavirus. La enfermedad ha obligado al cierre de los templos y la
cancelación de todas las celebraciones religiosas, una medida extrema que ha
mermado las arcas de la institución. Tanto es así que actualmente muchas
iglesias están recurriendo a un llamamiento a los fieles para que hagan ofrendas
en esta época de pandemia porque tienen que solventar pagos y algunas iglesias
esto incluye el pago de sus pastores. La Iglesia no vive del aire.
La
principal fuente de financiación de las iglesias procede de las aportaciones de
los fieles. Son los feligreses los que deben pagar el sueldo al pastor,
sufragar el coste de las instalaciones y tienen que colaborar con su esfuerzo y
también económicamente. Esa es una verdad que nadie puede negar.
Se
que este es un punto muy álgido y controversial, muchos son inclinados a
discutir sobre ello, pero yo no; lo acepto y lo analizo en los argumentos
válidos para hacer uso de este derecho de manutención o sostenimiento,
utilizados en 1 Corintios 9:1…14 basado en cuatro argumentos:
1. El
orden social disponía que aquellos que prestaban algún servicio, como soldados,
campesinos, y pastores recibieran una remuneración (vers. 7).
2. La ley
de Moisés prescribía una justa recompensa para quienes prestaban un servicio,
principio que se aplicaba incluso a los animales que realizan alguna faena,
como el buey que trilla (vers. 8-12).
3. La
participación de los sacerdotes en el altar que tenían derecho a comer de él
(Vers.13).
4. El
Señor mismo ordenó sostener a los que anuncian el evangelio (vers. 14). El
Apóstol afirma que Jesús aprobaba un modelo de sistema de beneficios otorgado
por la Ley, y por esto enseña que los misioneros cristianos también debían ser
sostenidos por los fieles.
En
muchas iglesias o mejor debería decir a muchos cristianos hasta cuando su
pastor explica a sus fieles la situación, estos caen en la cuenta de que la
Iglesia no vive del aire y entienden que hacen falta donaciones para el
mantenimiento de los templos o el sueldo del pastor.
Se
y puedo decirlo con mucha propiedad que, aun sabiéndolo, muchos no cumplen de
ahí la molestia de Dios expresa en Malaquías 3:8
Decíamos
y recomendamos en estudios anteriores el uso de la tecnología actual que la
iglesia tiene a su mano y debe ejercer. Algunas ya lo están haciendo y están
poniendo en sus predicas, la predica on-line, ministerios de iglesias tienen su
propia página, chat u otra forma… entonces…
¿Por
qué no buscar una nueva forma recaudativa?
Como
alternativa al método recaudatorio tradicional, la institución iglesia puede,
le es válido, actualizarse y usar los diferentes métodos y formas on-line para
recaudar sus fondos entre la feligresía.
Decíamos
que esta pandemia cambiaria nuestra tradicional forma de vivir, la cruel y
atroz experiencia que estamos pasando nos deben servir para darnos cuenta que
lo inesperado siempre puede venir y estar a la vuelta de la esquina o…
¿Acaso
Usted sabia el 1 de enero de 2020 que íbamos a pasar por estos días de esta
forma tan inusual?
Como
muestra de esta experiencia y hasta donde yo sé, les podría decir que en
nuestra iglesia del 100% de personas diezmadores y ofrendantes, en estos meses
de cierre (en El Salvador iniciamos el domingo 22 de marzo a la fecha casi
cerramos tres meses), decía en estos meses de cierre nuestra recaudación
monetaria ha bajado en un 85%, solo dos familias (recalco hasta donde yo sé),
se han mantenido entregando su colaboración. No nos vemos muy amenazados porque
contamos con templo propio no alquilado y nuestros pastores no viven de un
salario de la iglesia y aun así es difícil lograr las cuotas de impuestos y
servicios a pagar.
Y así como la iglesia en que Dios me ha puesto
a servir, sé que en muchas iglesias están en crisis y cunde entonces la
preocupación. En todo caso, el importe de lo que logran recaudar está dejando
de ser un importe de sobrevivencia, ya algunas tienen sus deudas y afrontan
serias crisis.
Debemos
aprender en esta pandemia, que la aspiración de la iglesia debe de ser que sus
finanzas no dependan de si el cristiano va al culto todos los días o de si le
ha gustado el sermón del predicador. Debemos entender que nuestro aporte a la
iglesia en materia económica es un mandato de Dios y que en gran medida la tan
anhelada sobreabundancia, en gran parte depende del cumplimiento por cuenta de
todos de esa obligación.
La
administración de la iglesia debe de ponerse al día con los diferentes medios,
formas y pautas económicas que la tecnología ha implementado, que el cristiano
entienda que al igual que está suscrito a una plataforma de música, de
televisión, o de telefonía móvil, decida que 20, 50 ó 100 dólares los va a
destinar a su iglesia.
La
iglesia puede autorizar cuentas on-line para transferencias o depósitos de las
contribuciones de los diferentes hermanos y sus lideres deben verse ya con la
obligación de generar nuevas formas porque ya nos estamos y terminaremos
inmersos en un mundo diferente al del año 2019.
Vivimos
muchas situaciones a las que nos resignamos. Sin embargo, Dios nos llama a no
conformarnos, a dejar de pensar como el mundo, a traer una renovación radical
de nuestra mente para poder entrar al sistema del Señor. Cambia tu forma de
pensar, no permitas que tu mente siga encapsulada en los valores del pasado, el
pasado, pasado esta, tu éxito te espera, ¡confía en Dios! Él tendrá los mejores
resultados para ti. Pero renueva tu mente.
Romanos
12:1…2 "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."
Dios
tiene un plan para redimirnos. Nos ha comprado nuestra esclavitud y reemplazado
la naturaleza pecaminosa restaurándonos a su imagen. El plan de redención de
nuestro Dios es tan extenso como los efectos del pecado.
En
el cristianismo no hay lugar para la victimización. Dios te ha dado todo para
tener éxito. La esperanza en el Señor no es un tipo de ilusión, la esperanza en
Dios ofrece una garantía de resultados.
Vas
a producir este resultado si cooperas y le cumples a tu iglesia. Este alcance
de tu cooperación va a integrarte al sistema de Dios. El Señor ha puesto todo
lo que necesitas. Tu éxito, tu bendición, tu casa, tu carro ¡ya están! Es el
tiempo en que de verdad le tienes que creer a Dios. Es tiempo de renovar tu
mente.
Dios
te ha adoptado como su familia, ya eres parte. Esto te hace heredero legal del
reino de Dios, por tanto, tienes sus recursos disponibles.
La
única barrera para tu éxito como creyente es la que existe entre tus oídos: tu
mente. Transfórmala. No desmayes, no te detengas. Si lo has estado haciendo
mal, arregla lo que tengas que arreglar y sigue adelante. No te detengas.
Renueva tu mente. Salva tu iglesia.
Cumple
con las obligaciones económicas que Dios te ha dispuesto en tu iglesia.
S.A.G.
15 JUN 2020
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