Proverbios
27:12 NVI "El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue
adelante y sufre las consecuencias."
Desde
el inicio de esta pandemia, fuimos advertidos que muchas cosas no volverían a
ser igual y alguien podrá decirme “pero lo que Dios piensa de nosotros no
cambia”. En cierto sentido, sí. Cuando las personas cambian su forma de actuar,
lo que Dios piensa de ellas también puede cambiar.
Hay
relatos bíblicos que demuestran que Dios está dispuesto a modificar su forma de
pensar. Por ejemplo, en una ocasión Dios le dijo a Jeremías que le comunicara
una sentencia al rebelde pueblo de Israel. Aun así, Dios declaró: “Tal vez te
hagan caso y se conviertan de su mal camino. Si lo hacen, me arrepentiré del
mal que pensaba hacerles por causa de sus malas acciones.” (Jeremías 26:3 NVI).
El
hecho de que Dios hubiera podido “sentir pesar” por su sentencia contra los
israelitas no significa que su decisión original de castigar a los rebeldes
fuera un error. El término hebreo traducido aquí “sentir pesar”, “arrepentirse”,
también puede significar “cambiar de idea” o “de propósito”. Cierto profesor
escribió: “Un cambio en la conducta del hombre produce un cambio en el juicio
de Dios”.
Lo
anterior nos demuestra el profundo respeto que Dios tiene para con nosotros,
hecho que, a su vez, exige del hombre un sumo respeto y vivencia de las
enseñanzas de Dios en su Palabra.
Todo
el mundo en la actualidad esta desconcertado, temeroso y existe una sensación
de impotencia, ante un hecho real, esta entre nosotros un virus (Covid-19) que
no sabemos como neutralizarlo y este virus va día a día infectando más y más,
generando muertes en cantidades no vistas en los últimos tiempos. Por otro
lado, vamos a una apertura desordenada y muchos cristianos la avalan.
¿Sera esta
posición una posición cristiana? Veamos:
Cuando
iniciamos a conocer de la Biblia, en sus primeros versículos en el Libro de
Genesis, podemos ver algo interesante en dos versículos, una de estas cosas son
que:
1. La tierra cuando fue creada, estuvo desordenada
2. El Espíritu Santo habita paseándose sobre la
faz de las aguas
Estas dos
cosas son muy importantes porque nos enseñan algo impactante y en tan solo
estos dos versículos podemos encontrar muchas cosas, empezando con que:
·
Dios no habita en el desorden
·
La Tierra estaba Desordenada y Vacía
Recordemos
que el hombre fue primeramente creado del polvo de la tierra (Genesis 2:7), antes
de que Dios soplase aliento de vida (que llegaría a ser nuestro espíritu) el
hombre estaba como siendo simplemente un recipiente, estaba vacío y no tenía un
orden.
¿Porque
no tenía un orden?
Porque
el propósito de Dios era crear Vida, por lo tanto, creo al hombre.
Ahora
para completar su obra, Dios tenía que soplar lo que vendría siendo el
espíritu.
La
biblia nos dice que Dios es espíritu (Juan 4:24) y que nosotros tenemos que ser
uno con El, nuestro espíritu unido con Su Espíritu.
¿Pero qué
pasa con la Tierra?
La
tierra no llegaría a estar desordenada por mucho tiempo. El Espíritu de Dios se
paseaba sobre las aguas.
Pero… ¿Pero
porque sobre el agua? ¿Porque Dios no habitaba en la tierra?
Porque
Dios no habita en un mundo lleno de desorden porque Él es un Dios de orden: 1
Corintios 14:33 “Dios no es Dios de confusión, sino de paz”
Esta
es la diferencia entre orden y desorden. En el orden esta Dios y en el desorden
el enemigo.
Y así
podemos ir leyendo en Genesis, todo el programa de acción desarrollado por Dios
para ir ordenando la tierra. Pero Él ordena y ¿Quiénes el responsable del
desorden?
La
culpa no es de Satanás. Aunque hay influencias espirituales que traen desorden,
caos y confusión, estas no pueden operar a menos que TU les des
autoridad. La persona que vive en desorden no quiere estar en esa condición, le
duele vivir así. Eso no tiene que ver mucho con el enemigo, sino con que se
acostumbró a vivir de esa manera. La solución para el desorden está en
practicar la disciplina, dominar los hábitos y tener fuerza de voluntad. Cuando
Dios puso a Adán en el mundo, le dijo que tuviera dominio sobre todas las
cosas. Debemos tomar esa posición en nuestros hogares, empleos, iglesia, en
fin, en todos los ámbitos de la vida y ejercer el dominio. Nadie sale del
desorden en el que se encuentra hasta que aborrece y cambia la condición en que
vive.
Ciertamente
se cerraron las iglesias, pero muchos cerraron sus corazones, dejaron de leer y
reflexionar sus biblias, entraron a Facebook para ver los chambres de todos y
abandonaron los canales virtuales de sus iglesias, hay dinero para las recargas
telefónicas y seguir “conectados” (¿a qué?), pero olvidaron sus ofrendas y
diezmos. Alegan sentirse solos porque no buscan del Dios que tienen a su lado y
porque su espíritu esta dando campo a Satanás.
En fin,
el príncipe de este mundo lo ha ido preparando para que todos hablemos de
regresar a una normalidad, me pregunto ¿Cuál?... y estoy seguro que es la del
desorden que muchos anhelan.
Durante
toda esta pandemia he llamado a una vida de comunión constante, con lo básico
que incluye: aprender a vivir a pesar de nuestras circunstancias aun en medio
del desorden. Añorar y mantener una vida simple y sencilla. Pero te reto a
renunciar a esa fantasía de vivir una vida desordenada. Acepta cada día tal y
como es y en medio de todas las cosas encuentra a Dios. Habla con Él acerca de
cada aspecto de tu día, de cómo te sientes. Recuerda que tu meta no es
controlar todo o arreglar todo a tu alrededor; tu meta es mantener tu comunión con
Dios, amar a tus hermanos. Pídele al Espíritu Santo que te dirija a cada
momento. Él te mantendrá cerca de la vida.
Vamos
a una reapertura, muchos creen o se descuidan creyendo, que el virus ya no
está, pero el virus sigue afuera y ahora mas fuerte. Se precavido, reendereza
tus pasos, has un alto en tu camino y mira las sendas señaladas por Dios. No
bajes la guardia.
Quiero
cerrar con esta enseñanza de Pablo: Filipenses 4:8…98 NVI "Por último,
hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que
sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido,
recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con
ustedes."
S.A.G.
24 AGO 2020
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