Porque Desechaste Mis Consejos Por Saúl Guevara


Proverbios 1:24…33 NVI “Como ustedes no me atendieron cuando los llamé, ni me hicieron caso cuando les tendí la mano, sino que rechazaron todos mis consejos y no acataron mis reprensiones, ahora yo me burlaré de ustedes cuando caigan en desgracia. Yo seré quien se ría de ustedes cuando les sobrevenga el miedo, cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta y la desgracia los arrastre como un torbellino. Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me encontrarán. Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor; por cuanto no siguieron mis consejos, sino que rechazaron mis reprensiones, cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán con sus propias intrigas; ¡su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad los aniquilarán! Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal.”     

 Cuantas veces habremos oído la exclamación ¡Qué injusta es la vida! Pero por injusto que lo veas y por más que protestes… acéptala y busca ser buen cristiano.

 Un colegial cualquiera de once o doce años ya se está jugando su futuro sin que él lo sepa y quizás lo que es peor, sin que esté plenamente capacitado para entenderlo. Menudo privilegio el que nace en una familia que le inculca buenos valores, le hace ver la importancia del esfuerzo y le motiva. ¿Y los que no tienen ese privilegio? ¿Otra injusticia de la vida?... Buen tema para nuestra reflexión.

 Sea como sea nuestra circunstancia, hay algo que todos tenemos en común. Se trata de la capacidad de decidir dentro de nuestro propio marco vital. En un sentido la vida viene a ser algo así como una cadena de decisiones que van desde lo más trivial a lo más importante.  Pero las decisiones ni pueden improvisarse ni pueden tomarse sobre un falso fundamento. Por eso necesitamos a la Señora Sabiduría.

 Ese es el instrumento que Dios tiene para llamarnos, tender su mano, darnos consejos, amonestarnos. ¿Y si no queremos escuchar? ¿Con qué armas vas a enfrentarte a la vida cuando tengas que tomar decisiones si desprecias la sabiduría, si pasas de su palabra?

 Una vez el Sabio de sabios, frente a una multitud dirigió unas palabras que tenían que ver con los verdaderos valores de la vida, y terminó su discurso haciendo una solemne advertencia: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:24…27).

 Prepárate porque las tormentas en la vida siempre llegan y la manera de construir tu casa será determinante para mantenerte en pie o perecer. Hasta los niños muy pequeños lo aprenden en el cuento de Los tres cerditos. Hacer la casa de paja o de madera es fácil, requiere menos esfuerzo, pero no resiste el temporal. ¡Y el “lobo” es una realidad!

 Las cosas tienen su orden, sus leyes, es así como adquieren la autoridad de Dios tus Pastores y cuando nos rebelamos contra esas leyes entonces las cosas se rebelan contra nosotros.

Cuando me llaméis porque la desgracia se ha cernido sobre vosotros, dice la Señora Sabiduría, entonces yo no responderé, y cuando me busquéis no me vais a encontrar. No se trata de aquello de que quien la hace la paga, Dios no es así, sino de una ley universal que la Biblia llama la ley de la siembra y la siega: Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gálatas 6:7). Seguro que te lo han contado incluso en la clase de Física: A toda acción le sucede una reacción; o en clase de Filosofía: No hay efecto sin causa. Pero el libro de Proverbios no consiste en consejos morales, en una colección de recetas para la vida. Ninguno de ellos funciona si no se busca a Dios. Por eso insiste: El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. 

 ¿Vas a rechazar sus consejos o la autoridad? Los resultados serán catastróficos: los que rechazan, comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos.

 Quédate mejor con la nota positiva del final del texto: “Mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal”.

 La Biblia nunca sugiere que los malvados recibirán la justicia en esta vida. A veces sí, pero en otras ocasiones parecen salirse con la suya. No te sorprendas si ves que los malvados pasan sus años de forma próspera. No te sorprendas si ves que los inocentes sufren. Dios pareciera permitir ambas cosas en esta vida. (Esto no es para decir que deberíamos ser complacientes con la injusticia o el sufrimiento del inocente. Por el contrario, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para combatir ambas situaciones.)

 No obstante, esta vida no es el fin. Dios tiene toda la eternidad para enderezar las cosas. Job anticipa, de una forma casi singular en el Antiguo Testamento, nuestra esperanza futura: “Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte. Y cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos” (Job 19:25…26).

 La perspectiva de Job anticipa la esperanza ofrecida por el Nuevo Testamento en cuanto a la resurrección y la vida eterna. Un cristiano piadoso tiene una perspectiva eterna, la cual da una dimensión totalmente distinta al inmediatista cristiano.

 Imagina si alguien importante fuera a visitar tu casa. Probablemente harías una serie de cosas para estar listo. Tú mismo estarías listo. Te asegurarías de que los demás en tu casa estén listos y también de que la casa misma esté preparada, que luzca limpia y ordenada.

 Un buen cristiano tiene la perspectiva y la esperanza eterna de que al final “mi redentor triunfará sobre la muerte” (Job 19:25). Enfoca tu atención en prepararte, hacer que otros se preparen (evangelización, discipulado y cuidado pastoral) y lograr que la casa esté lista a la reapertura, que no será igual, que importa, ya sabíamos que no sería igual, pero es que no es como yo digo, no importa es como dice la autoridad,

 Los buenos cristianos en todas las esferas de trabajo y la sociedad deberían tener estas tres dimensiones grabadas en sus pensamientos, decisiones y acciones.

 Más aún, esta perspectiva debería transformar tu actitud hacia tus planes y objetivos. Cuando las situaciones no funcionen como esperabas, debido a la injusticia, el mal accionar de individuos, organizaciones o sistemas, todavía puedes confiar en el hecho de que un día prevalecerá la justicia total.

 Señor, gracias porque "...En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí."   Job 26…27. Ayúdame a vivir cada día con esta perspectiva eterna. Ayúdame a ser más como Jesús y liderar más conforme a su estilo.

S.A.G. 19 – OCT - 2020

 

 

 

 

 

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