Del dicho al hecho hay mucho trecho, es un refrán popular que se refiere a que en ocasiones existe una gran distancia entre lo que decimos y lo que hacemos. Como tal, es un proverbio de origen español pero muy usado en América Latina.
El ideal es que, podamos ser personas de hechos y no solo de dichos. Muchas personas solo viven de buenas intenciones. Pero como decían las abuelitas: “El camino al infierno está construido de buenas intenciones”
Podemos tener las mejores intenciones o propósitos; pero lo que generalmente sucede es que se quedan en dichos y nunca se transforman en hechos.
· No podemos vivir solo de intenciones
No podemos vivir solo de buenas intenciones. Un padre de familia no solo debe tener la intención de trabajar, debe hacerlo o de lo contrario su familia morirá de hambre; un cristiano no solo puede tener la intención de querer orar, debe hacerlo porque si no morirá espiritualmente. Cuando David observó cómo Goliat ponia miedo y se burlaba de todo el ejército Israelita y nadie tenía el valor para hacerle frente. Se acercó a Saúl, jefe del ejército y le dijo: “No se preocupen, ¡Yo iré a pelear contra él!” NVI 1 Samuel 17:32; ahora bien, ¿Las palabras de David se quedaron solo en un dicho (en una intención), o realmente lo hizo? como bien lo sabemos, David se enfrentó al gigante y lo derrotó en el poder de Dios.
Existen dos tipos de personas: a) Las que viven de dichos; y, b) Las que viven de hechos
¿De qué tipo es usted?
Veamos un par de obstáculos que impiden que una persona pase del dicho al hecho
1) Temor al fracaso. 1 Samuel 17:11 “Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo”. El ejército de Israel no se enfrentaba a Goliat porque tenía temor. Temor hizo esconderse en sus trincheras a Israel por cuarenta días… El temor al fracaso hace que una persona permanezca en su trinchera por días, muchas veces por años y en algunos casos, toda una vida.
· La clave para vencer al temor
Cuando David se enfrentó al gigante, no peleó en sus fuerzas, sino en el poder de Dios. él le dijo a Goliat: 1 Samuel 17:45 “…Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos…”. Esta es la clave para vencer el temor. Saber y entender que no peleamos en nuestras propias fuerzas, sino en el poder de Dios.
¡Confía en Jehová! ¡No tengas temor! ¡Confía en Jehová el Dios de David! ¡Deja que Él pelee por ti! No tengas temor formar una familia creyendo que fracasaras al igual que sucedió con tus padres. Más bien confía en Jehová, Él te dará la victoria y tendrás un hogar victorioso. serás un buen esposo y un buen padre; deja que Él trabaje en tu debilidad y te de la forma como el alfarero lo hace con el barro.
· El beneficio que existe en el temor
No permitamos que el temor sea un obstáculo para nuestras vidas y para nuestras metas. más bien, aprovechemos sus beneficios ¿Qué beneficio puede tener el temor? Muchos cuando niños tenían temor a dormir solos. Dormían con mamá abrazado a ella. Y uno de los beneficios del temor es que vamos a vivir abrazados a los pies de Cristo.
Aunque usted no lo crea, cada vez que tengo que predicar, siento temor (a decir algo incorrecto, a no expresarme bien, a olvidar lo que he preparado, a predicar en mis propias fuerzas, etc.). Pero es ese temor el que me hace estar aferrado a los pies de Cristo y pedirle que me respalde y use como un instrumento útil.
No permitamos que el temor nos detenga, avancemos abrazados de Cristo.
2) El doble ánimo. Otro obstáculo que nos impide pasar del dicho al hecho es el doble ánimo. Santiago 1:8 “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Las personas de doble ánimo son las que hoy quieren algo, pero mañana no; Hoy piensan de cierta manera, pero mañana de otra; Hoy creen, mañana dudan. La Biblia les compara con las olas del mar, las cuales van de un lugar para otro, ya que no tienen decisión propia porque sus movimientos son dirigidos por el viento. Se dejan llevar por las circunstancias, las emociones y los comentarios.
· El doble ánimo se puede observar en todas las áreas de la vida
En lo matrimonial. Mire aquel hombre desamorado que tiene una buena esposa. Por la mañana le dice a ella: “A partir de hoy seré amoroso” Su esposa alegre lo despide con cariño. En la tarde el esposo regresa a casa, no sabe por qué casi gruñe, en la mañana era un gatito y ahora sin ningún motivo se ha convertido en bestia furiosa ¿Qué sucedió? el doble ánimo no le permitió pasar del dicho al hecho.
En lo laboral. Ahora fíjese en aquel hombre que dice: “Buscaré un buen empleo para sacar adelante a mi familia y darles todo lo que necesitan”. Consigue el empleo, pero a la semana de trabajo ya no le gustó cómo lo trataron, tiene que madrugar mucho para llegar a tiempo. Así que decide abandonar el empleo ¿Qué sucedió? Su doble ánimo no le permitió pasar del dicho al hecho.
En lo espiritual. Observe a la persona que dice: “Pastor…He tomado la decisión de buscar de Dios, empezaré a congregarme y me esforzaré para pronto ser un obrero de su viña ¡Cuente conmigo!”. El siguiente domingo se desapareció. ¿Qué sucedió? Su doble ánimo no le permitió pasar del dicho al hecho.
¿Cual es la clave para ser personas de hechos y no de dichos?
La gran pregunta es: ¿Cuál es la clave para ser personas y cristianos de hechos y no solo de dichos? La palabra clave es “compromiso”. Es por el compromiso que un padre tiene con su familia, que todos los días se levanta muy temprano y sale a trabajar; Es el compromiso el que hará que un cristiano permanezca en la iglesia; Es el compromiso el que hará que podamos cumplir cada una de nuestras metas; Es el compromiso el que hará que nuestros dichos se transformen en hechos.
Para concluir, posiblemente usted ha pasado por alguna ocasión similar, pero el temor al fracaso y el doble ánimo lo han detenido una y otra vez. Esta vez permita que el Señor pelee por usted, reconozca el sacrificio de Cristo en el calvario y tome el compromiso de seguirle de ahora en adelante. No sea como el rey Agripa quien le dijo al apóstol Pablo: “Por poco me persuades a ser cristiano”. No sea un “Casi cristiano”, sea un “cristiano a carta cabal” es tiempo de pasar del dicho al hecho; es tiempo de pasar de las tinieblas a la luz admirable en Cristo Jesús, amén.
S.A.G. 14 – DIC – 2020
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