102 millones de casos de Covid-19 hasta sábado 30 de enero y 2.21 millones de muertos por su causa, son cifras suficientemente serias y demostrativa del efecto de este mortal virus sobre la especie humana. Mas de dos millones de muertos y no por falta de consejos para prevenir la enfermedad.
La vida es un sinfín de tropezar, caer y volver a levantarse, muchos de estas caídas y tropiezos son causados por un grave error de parte nuestra, el no escuchar consejo. Nos dicen usa mascarilla y estúpidamente respondemos ¿y para qué?
Un refrán popular dice: “quien oye consejo llega a viejo”, cosa que es muy cierta, pues escuchar y prestar atención a estos puede ayudarnos en una situación o librarnos de otras.
Esta realidad, es digna de reflexionarse y para aconsejar sobre lo bueno de tomar consejo. Cuantos al momento de estar con esa dificultad para respirar que lo termina matando se habrán preguntado: “¿por qué no hice caso?” o “me pasa por no haber oído”, el llegar hasta ese punto pone en claro que no has prestado oído a los que los demás quieren aconsejarte, al contrario que has hecho según tu parecer.
Nuestro propio parecer no siempre es bueno o correcto, podemos estar cegados o equivocados con respecto a una situación, la Biblia dice: “El camino del necio es recto a sus propios ojos, más el que escucha consejos es sabio.” Proverbios 12:15, suele pasar que actuamos como necios al no detenernos a considerar las palabras.
La Real Academia española define a una persona necia como: "1. adj. Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber: 2. adj. Falto de inteligencia o de razón y 3. adj. Terco y porfiado en lo que hace o dice"; una persona necia usualmente es una persona cegada y testaruda, que no acepta que exista otra postura diferente a la de él o ella; una persona necia también es una persona soberbia y falta de humildad.
Consejos recibimos a lo largo y ancho de nuestras vidas, los primeros consejos los recibimos de nuestros padres, Dios los ha puesto a ellos para nuestro cuidado, desarrollo y bienestar, ellos siempre velan por nosotros y desean lo mejor, por eso siempre nos exhortan a ir por el buen camino y nos imparten parte de la experiencia y conocimiento que ellos han adquirido durante su vida; la Palabra de Dios dice: “Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento” Proverbios 4:1.
Muchos de los problemas en nuestras vidas, vienen por ignorar a nuestros padres, pues nos volvemos necios en nuestro entendimiento y creemos que nuestro camino y pensamiento es inequívoco, luego volvemos tristes y arrepentidos a brazos de papá y mamá al vernos frente a las consecuencias de nuestros actos y soberbia.
Esta actitud necia hacia los padres según vamos creciendo, se va aplicando a otras personas que Dios pone para nuestra instrucción vital, entre ellos profesores, pastores, amigos verdaderos, etc. Y lo mas triste es que aprendemos a autojustificarnos en nuestra necedad.
Son ignorados muchas veces consejos como: Aléjate de esas amistades que no te llevarán por buen camino, aléjate de esa mujer o de ese hombre que no te conviene, no agarres vicios, no seas mentiroso, busca de Dios, ve a la iglesia; cuando en realidad estos pueden ayudarnos y ahorrarnos muchos problemas.
Usualmente un consejo proviene de una persona que desea el bienestar para uno, pero también puede venir de alguien que no lo desea o tiene un mal sistema de valores, entonces ¿Cómo discernir entre el buen consejo y el malo?
Sencillo, debe ser puesto en balanza y contraste con lo que dice la Palabra de Dios, ella contiene en si los valores, principios y enseñanzas que rigen y determinan lo que es bueno, correcto y justo. Por lo tanto, coloque todo consejo que usted reciba en la vida en contraste con los principios, valores y enseñanzas que dice la Biblia, (si usted no ha tenido la oportunidad aprovechamos este momento para invitarle a leerla), algunos de estos son: amor, justicia, misericordia, equidad, bondad, igualdad, etc.
Siempre seremos aconsejados, para bien o para mal, por amigos o familiares, esfuerzo y valentía son los ingredientes indispensables para poder hacer y alcanzar cosas extraordinarias en nuestra vida, el esfuerzo y la valentía juntas producen una palabra que se usa para hablar de acciones extraordinarias, esa palabra es proeza.
Proeza es una acción de gran esfuerzo y valor, nuestro Dios es un Dios que hace proezas (Deuteronomio 3:24) y por medio de Él, de su poder, nosotros sus hijos también podemos hacer proezas (Salmo 60:12)
Lo importante es saber oír el consejo y sobre todo el bueno, comparándolo con la Biblia y los bueno valores (que son contenidos en ella), recuerde que no lo sabemos todo y es de sabio escuchar.
“Escuchad la instrucción y sed sabios, y no la menospreciéis” Proverbio 8:33.
Así que vivamos sabia e inteligentemente tomando consejo y llegaremos a viejos.
S.A.G. 01 – FEB – 2021
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