Salmos 25:16 NVI "Vuelve a mí tu rostro y tenme compasión, pues me encuentro solo y afligido."
La soledad puede ser un tema vergonzoso del que no nos gusta hablar, ni siquiera admitir. Sin embargo, todos nosotros estamos familiarizados con ella. La soledad es un estado de aislamiento en el cual un individuo se encuentra solo, sin acompañamiento de una persona o animal de compañía. Puede tener origen en diferentes causas, como la propia elección del individuo, el aislamiento impuesto por un determinado sector de la sociedad, pérdida de seres queridos, una enfermedad contagiosa, trastornos mentales, trastornos neurológicos o circunstancias de empleo o situación. Puede también entenderse por privacidad o privación voluntaria de la compañía.
Cuando Dios creo al hombre y lo alojo en el Edén junto a toda su creación y al llevarlo a ponerle nombre a todos los animales, reparo que no tenía aún su par, ahí observó que cada especie del reino animal contaba con una pareja.
Luego entonces podemos deducir que había un estado de soledad física por la ausencia de un igual, esto llevo a Dios a declarar que no era bueno que el hombre estuviera solo y dijo: “…le haré ayuda idónea para él”, tomando entonces una de las costillas del hombre al estar dormido, moldeo y creo a la mujer.
En muchas ocasiones, más de las que suponemos, sucede que nos sentimos solos aun estando en medio de una multitud, es en realidad este tipo de soledad la más frecuente y la que más afecta al ser humano, se puede originar por varias circunstancias, ya sea que hayamos sido abandonados, defraudados, maltratados o falta de autoestima que nos haga sentir inferiores y en consecuencia nos lleve a apartarnos de las personas.
Los cristianos de fe, tenemos en la palabra de Dios su aliento: Isaías 41:10...13 NVI "Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Todos los que se enardecen contra ti sin duda serán avergonzados y humillados; los que se te oponen serán como nada, como si no existieran. Aunque busques a tus enemigos, no los encontrarás. Los que te hacen la guerra serán como nada, como si no existieran. Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”."
Con la muerte de Jesús en la cruz, sus discípulos experimentaron la soledad por la ausencia física, aun cuando Él ya les había hablado de lo habría de ocurrir, está perdida los llevó a ocultarse por miedo, ya que aquella persona que les generaba seguridad ya no estaba, estado de soledad que culmina con la resurrección y la venida del Espíritu Santo.
Hablaba de los cristianos de fe porque hoy en día muchos dicen ser cristianos y ni por cerca llegan a ello, cuando somos cristianos de fe, cultivamos nuestra relación con Dios, y esta, quitara todo miedo, incertidumbre, trastorno o sentimiento negativo que pueda estar afectándonos.
El sentirnos solos en un momento determinado de nuestras vidas, no es pecado, pero si existe alguna situación que pueda generar ese sentimiento, no perdamos nunca la confianza que depositamos en Cristo ya que en ella tendremos nuestro premio.
Es normal que, al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, nos topemos con sentimientos de soledad dados por el rechazo de aquellas personas con las que normalmente compartíamos. No olvidemos que, con nuestro acto de conversión a Jesús, abandonamos el recinto del enemigo y este nos atacara de aquí en adelante.
Esto no debe ser motivo de tristeza porque a nuestro señor también lo rechazaron sus allegados, en el preciso momento de su martirio en la cruz, sus seguidores rechazaban el conocerlo y menos ser sus amigos, pero siempre mantuvo la confianza en su Padre. “…me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo”. Juan 16:32
Es bueno apuntar que existe una diferencia entre la soledad y el tiempo a solas. La soledad es una infelicidad provocada por la sensación de estar desconectado o sin algún tipo de contacto. Es falta de intimidad o sentido de pertenencia. El tiempo a solas es un momento en el que nos apartamos de todo para estar a solas con el Padre, escucharlo y revitalizar nuestra mente y corazón. Cristo a menudo se alejó de las multitudes para estar a solas con su Padre celestial.
La palabra de Dios habla de que es necesario estar solos algunas veces, como por ejemplo para orar, entrando en nuestra habitación y cerrada la puerta hablar con el Padre, Jesús se apartaba a lugares solitarios para tener una comunión íntima con Dios, esta debe ser nuestra guía. También para leer, meditar en la palabra del Señor y en nuestros caminos, solo por medio de estos ejercicios podremos alcanzar la madurez y el crecimiento espiritual.
Las iglesias comprometidas con el cristianismo activo, pueden contribuir en gran manera a ayudar a quienes atraviesan momentos de soledad, un ministerio de apoyo a ellos es una buena opción.
Un grupo de apoyo brinda una oportunidad para que las personas compartan experiencias y sentimientos personales, estrategias de afrontamiento o información directa sobre este estado y como tratarlo.
Para muchas personas, un grupo de apoyo relacionado con la salud puede llenar un vacío entre el tratamiento médico y la necesidad de apoyo emocional. Si es un grupo de apoyo de la iglesia o surgido de esta, el escudriño de la palabra en esta temática es de valor incalculable.
Proverbios 22:19 apunta: “Para que tu confianza sea en Jehová...” Ten presente siempre que Dios no solo viene y se sienta con nosotros; también nos permite disfrutar de los placeres de su presencia. No es que Él solamente venga con un mensaje; Él viene con un mensaje de esperanza, un mensaje de alegría, y dice: ‘Yo nunca te dejaré, ni te desampararé. Y voy a darte nuevos ojos, y voy a darte mucha fe, y te voy a dar un nuevo propósito. Te amo donde estás, pero no te voy a dejar donde estás. Yo estoy por ti, no contra ti, y te voy a dar lo que es el deseo más grande de tu corazón.
S.A.G. – 13 – SEP – 2021
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