Tanto Tienes Tanto Vales Por Saúl Guevara

 

Los lideres religiosos responsables de iglesias, estamos rodeados de las personas que el Señor ha puesto bajo nuestro cuidado espiritual. Sin embargo, a veces, nos podemos desanimar viendo que nuestra pequeña grey es frágil, frente a la avalancha que el reino de la oscuridad promueve, apartando a personas queridas de nuestro entorno. El dinero, la fama, el falso amor… son demasiado deslumbrantes para ellos. En fin “Tanto tienes, tanto vales”. Personas con quienes compartíamos la fe, de pronto, han decidido que ya no formarán parte de nuestra comunidad. El mundo es demasiado atractivo y parece que nos quedamos sin fuerzas para hacerle frente.

 Los salmos han llegado hasta nuestros días para que nos inspiren en momentos de adversidad. En estos momentos que escribo (Mar/31/ago./2021), tengo a mi esposa, con quien camino desde hace más de 40 años, interna en emergencia de un centro hospitalario, presenta problemas cardiacos y no hallan su causa, seguirán haciendo exámenes, no se puede ver por los protocolos de prevención generados por la pandemia… ¿Me causa incertidumbre?... sí, ¿Qué puedo hacer?... he reflexionado en el Salmo 49. Entre los 20 versículos que tiene, el versículo 15 es la respuesta.

 Fácil decirlo: “No tengas miedo.” ¿Por qué tengo que temer? Es como si estuvieras en un examen y tienes miedo a no recordar lo aprendido. O tener que enfrentar una situación sorpresa para la que no te has preparado. El temor nace al darte cuenta de que estás inmerso en la improvisación y que lo que sucede, no ha sido contemplado. Siempre habrá personas que te sorprenderán y planteamientos que te dejarán al margen, porque no te dará tiempo para reaccionar.

 Cuando notes miedo en tu corazón, aprende del salmista: Para y piensa. Analiza la situación. Y si puedes compartir con alguien cercano tu miedo, mucho mejor. Al descubrir la raíz de tu temor verás con mayor claridad y éste disminuirá.

 En el caso del salmista, la respuesta la encuentra en una visión trascendental. Hagas lo que hagas no podrás hacerlo solo, el auxilio viene de Dios.

 Siempre me han gustado los refranes. Algunos los interpreto sin dificultad y otros encierran más sabiduría de la que parece a primera vista. Y la riqueza a la que alude el refrán “Tanto tienes, tanto vales” ha dado mucho de qué hablar y es protagonista de bastantes escritos.

 Según el Diccionario de la RAE, un refrán no es más que un dicho agudo y sentencioso de uso común. La primera lectura de este refrán es de un significado evidente. Supongamos que se acerca una persona a cualquiera de nosotros para pedir ayuda. Posiblemente le hagamos más caso si es alguien bien vestido y aseado que si es un mendigo desharrapado y con barba de varios días.

 Si pienso en especial sobre la primera parte del refrán que nos ocupa, me pregunto si hemos ido recortando el criterio de lo que es realmente valioso para dejarlo al final en vanidades. Podemos ser titulares de una cuenta corriente con muchos ceros y sentirnos desgraciados, o sudar tinta para llegar a fin de mes y considerarnos personas bastante felices, o dejar una iglesia y parte sin novedad. Y creo que eso ocurre porque en ocasiones se le puede dar la vuelta al refrán y pensar que tanto valgo, tanto tengo. Entonces, en esos casos, me creo más de lo que soy y mi actitud ante la vida puede dar un giro.

 Hoy en día, se nos pide, por no decir se nos demanda, por parte de las ovejas tolerancia y no es que me parezca mal, pero opino que la tolerancia es mucho más pobre que la aceptación. Por eso la RAE, en su definición de tolerar, emplea frases como “llevar con paciencia”, “resistir, soportar” o “permitir algo sin aprobarlo expresamente”. No quiero decir con eso que la tolerancia no sea necesaria. Claro que la necesitamos. Pero ante un problema deberíamos plantearnos si no es mejor aceptarlo que tolerarlo.

 La RAE pone la nota resonante cuando dice que aceptar es “Asumir resignadamente un sacrificio, molestia o privación”, no nos engañemos. Pero al pasar de tolerarlo a asumirlo puedes conseguir que lo que era un obstáculo se convierta en una ventaja. Y si aceptas eso te das cuenta de que avanzas mucho más cuando en lugar de luchar contra ello, luchas con ello

 Tanto tienes… tanto vales… Lo importante no es lo que tienes, sino a Quien tienes.

 Parece que la oscuridad gana en todas partes, pero para y pregúntate cuánto vales para el Señor. Él ha venido a nuestro feo mundo para darnos esperanza y luz. Y así este mundo, pequeño y conflictivo, llega a ser iluminado por el Señor que nos rescata una y otra vez de las garras de la muerte y la desesperación.

 Mira a tu alrededor y piensa que las polémicas cesarán, que la violencia terminará, que algún día todo pasará debe hacerte ser más optimista.

Eliminemos esa absurda idea de «tanto tienes…tanto vales», porque para Dios no es así. Tampoco para un verdadero cristiano. No valemos delante de Dios en función de lo que conseguimos tener. Todo ser humano tiene derecho a saber que es valioso delante del Creador, no por su color, ni por sus planteamientos filosóficos o religiosos, sino por la preciosa sangre de Cristo.

 He estado solo, dos que tres ovejas me han acompañado, pero ahora más que nunca, cuando aquellas abandonan el barco, he aprendido que cuando alguien te haga sentir «tanto tienes, tanto vales», responde sin dudar que tu verdadero valor está únicamente en Dios y que “El que quiera ser grande entre vosotros, sea vuestro servidor” Mateo 20:26. Solamente quien vive para servir, sirve para vivir. Jesús es nuestro ejemplo.

 ¿Qué convierte a un cristiano en alguien verdaderamente relevante e importante en su comunidad? Solo la humildad, el amor y servicio a los demás.

 Y si dejo que mis pensamientos sigan en esa línea, empiezo a pensar que lo que tengo, mi familia y los pocos que verdaderamente me han acompañado, son también mis propios valores, mis actitudes, mi libre albedrío para decidir y escribir. Y lo mismo para juzgarme a mí mismo.

 Quizá por eso pienso que vivo en un mundo muy rico, porque tengo mucho y valoro en mucho lo que tienen los demás, independientemente de sus posesiones materiales. Aunque me equivoque muchas veces y pase de lado ante un cristiano magistral sin darme cuenta. Pero el primer paso es ir con los ojos y los oídos abiertos y en eso estoy.

 Mientras tanto… Que Dios te bendiga con una visión optimista sobre lo que sucede a nuestro alrededor.

S.A.G. – 07 – SEP – 2021

NOTA: Al momento de la publicación la esposa del autor, ya está en su casa con tratamiento ambulatorio, Gracias a quienes oraron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario