La Amabilidad

Día a día al amanecer, despertar y abrir los ojos, aún estando acostados debemos preguntarnos: ¿Qué tendrá Dios para nosotros este día? Y debemos contestarnos: Lo que sea que tenga es bueno para mi, pues soy su hijo y El, da lo mejor a sus hijos. Pero nosotros también debemos proponer y si comenzamos con un agradecimiento por los dones que poseemos y tratamos de ser mejores el día de hoy, más que ayer y mañana mejores que el día de hoy, pues ya tomamos la delantera hacia un memorable día, uno de los valores que nos ayudan a mejorar día a día es el de la Amabilidad.

La amabilidad no es una desusada forma de relacionarse, todo lo contrario, es la forma de comunicarse más bella entre personas, que nos conduce a una mejor convivencia. Le he preguntado a varios jóvenes sobre la amabilidad y me han respondido que eso no existe en nuestros días, porque la gente va a lo suyo, esta actitud es por lo general, muy egoísta y no respeta para nada a los demás. Los mayores a quienes pregunté valoran como algo positivo la amabilidad y muy necesario para que la gente se respete.

Otros incluso creen que el ser amable es signo de debilidad y de servilismo, rechazándolo como algo trasnochado. No falta quien cree que tener carácter propio es tener mal carácter. Y busca la brusquedad como signo de identidad. Dejando a un lado estos prejuicios que nacen de un desconocimiento de lo que realmente es la amabilidad, recordamos que ésta, en su sentido más puro, es una actitud permanente de expresarse con autenticidad, sin perder el buen trato.

La sociedad humana, ha llegado a términos tan egoístas, en la que en verdad, cada uno va a lo suyo: limpias la basura de tu automóvil en el primer sitio que se te ocurre, porque al fin y al cabo ya pagas impuestos para que alguien lo limpie, sin pensar que quizás esos impuestos se podrían dedicar a otras cosas. Lo mismo ocurre con los que pasean a los perros y no piensan en que alguien vendrá detrás, casi nadie te da los buenos días y menos aún las gracias y si algo que desean implica pasar por encima tuyo, lo harán.... Esto son solo algunos tristísimos ejemplos. Ejemplos que a todos los que vivimos en esta sociedad caracterizada por la velocidad de la información, aparentemente nos tiene sin cuidado que vayan pasando. Vamos paulatinamente perdiendo el espíritu del buen samaritano que nos habla la Biblia... vamos perdiendo la amabilidad.

Vivimos en una sociedad dominada por los medios de comunicación, desde donde se nos transmite constantemente un mensaje de violencia en telenovelas, películas, series detectivescas, etc. Estas formas de aplacar la amabilidad y otras virtudes hoy en día parecen haber sido absorbidos sin el más mínimo espíritu de crítica y se vuelven como un bumerang contra la propia sociedad.

En mi país, pero también se que en todos es igual, la violencia grafica diaria esta en los periódicos, tele noticieros, en fin en todos los medios de comunicación. Aparentemente y así lo es, hay un esmero por presentar esas cifras aterradoras de homicidios, de violencia juvenil, familiar, pero nadie, absolutamente nadie protesta y mucho menos, dentro de estos trabajadores de la noticia existe la intención de presentar cifrar o programas que nos hablen de las buenas acciones. Para ellas silencio absoluto.

La amabilidad es claridad y no fingimiento. Es verdad y no falsedad.

¿Qué es lo que caracteriza a una persona amable? Es aquella que escucha a los demás. Escucha las ideas del prójimo. No los interrumpe ni recrimina de manera brusca ni violenta. Expresa la disconformidad sin ofender. Por otro lado, una persona amable destaca frecuentemente las cosas bien hechas de los demás. Y la palabra preferida que siempre tiene en la boca es "gracias". Para ser amables hace falta algo de control de la personalidad. La falta de autodominio lleva a compartir lo más negativo de nosotros con los demás. Para ser corteses hace falta evitar las prisas "sin sentido" que nos vuelven estresados.

Para ser amables hemos de ser generosos. La capacidad de entrega nos lleva naturalmente a la amabilidad. Walt Disney, en una de sus películas (ya clásica), la mamá coneja le dice a Tambor su hijito: "Si al hablar no has de agradar, te será mejor callar..." Esto es Disney para el mundo, pero para los cristianos Dios nos habla: 2 Timoteo 2:24 “ Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar...”

Dios vuelve a la amabilidad una norma de convivencia humana, dice: “sino amable para con todos”, fíjese bien... “con todos”, no esta hablando que solamente con los hermanos de la fe, o con la familia, esta diciendo “TODOS”. Por ello es que esta es una norma de convivencia humana, que incluye aun a tus enemigos.

Pero Dios, va mas haya en sus exigencia a nosotros sus hijos, dice: “apto para enseñar”; lleva a la amabilidad como un hecho hereditario, de pasar de generación a generación, Dios lo vuelve una hecho de propiedad, pertenencia y vivencia humana.

Por lo cual, si somos o pretendemos ser buenos cristianos, debemos promover la amabilidad, sobre todo en nuestros hijos, en nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos, en fin en todo lugar. Tengamos presente en nuestros actos diarios, en esos que pensamos cuando nos despertamos que si vamos por la vida haciendo todo con amabilidad, viviremos con menos dificultad.

Normalmente estos estudios no me gusta personalizarlos, pero hoy me apetece compartir algo con vosotros. Personalmente siento que la amabilidad va muriendo en nuestras sociedades.

Parece que es el signo de nuestros tiempos, el resultado de la vida en la ciudad, el miedo a los extraños, las prisas, el estrés, la falta de sentido común.

Es nuestra responsabilidad no quedarnos mudos ante esto, aunque suena un poco quijotesco, pero si nos paramos a pensarlo, el simple hecho de que seamos un poco más amables, puede suponer un gran cambio. Se que quienes me leen, son personas ya reflexivas, por ello pregunto ¿Qué haces a diario por enseñar la amabilidad?

Los cristianos, a igual que Jesucristo, estamos llamados a afectar al mundo, ¿cómo lo estas afectando? ¿Son tus gestos amables? ¿Son tus palabras amables? ¿Y tus acciones?

Piensa por un momento en aquellas especiales palabras que deseas expresar a alguien que ha sido particularmente amable contigo, o esa nota de estimulo que quieres escribir a un amigo(a) que parece estar un poco desanimado. Tal vez debas realizar esos actos de amabilidad ahora mismo, porque nunca sabes cuando podría ser demasiado tarde.

Al pensar en tomar acción respecto a nuestras intenciones de ser amables, traslado a ustedes esta anécdota: Charles R. Haynsworth Jr., era un hombre de negocios que animo a sus empleados justo a tiempo. Aunque el normalmente no firmaba los cheques de sus empleados, lo hizo en septiembre de 1994. Los que firmaban regularmente estaban fuera de la oficina, por lo que se hizo cargo de la tarea. Cuando firmo los cheques, el señor Haynsworth hizo el esfuerzo adicional de incluir una nota en cada uno, agradeciéndoles a sus empleados su servicio. Al día siguiente, Charles Haynsworth murió repentinamente, pero no sin antes darles las gracias personalmente, por medio de aquellas notas, a cada miembro de su personal.

Tomate hoy el tiempo de escribir una nota de agradecimiento o de ser especialmente amable con alguien que amas. No esperes hasta que sea demasiado tarde para ser amable.

Amados hermanos y amigos, nunca es tarde ni para empezar y muchos menos para mejorar, lo único que nos puede detener es la muerte. Dios nos manda a ser amables, ¿que le podremos decir a Dios cuando comparezcamos ante El, de nuestra amabilidad?

“Amaos los unos a los otros con amor fraternal...” Romanos 12:10. No puedes llegar a decir que amas, si no eres o has aprendido a ser amable.

Piensa... Piensa... ¿Cómo estas en esta área? nunca es tarde ni para empezar y muchos menos para mejorar, TODO DEPENDE DE TI, JESUCRISTO YA TE EQUIPO.

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