Corrige A Tu Hijo, ...Y Dará Alegría A Tu Alma

Hoy en día, por ignorancia, los padres y madres no cumplen su función con sus hijos. Recordemos que en la Pascua (Fiesta de pasar por alto), Dios pasa por alto los tiempos de ignorancia. De aquí en adelante ya no somos ignorantes sino que conscientes y por lo tanto responsables ante Dios.

Proverbios 1:8 "Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre"

Los Padres

Los padres debemos advertir, corregir, reprender y castigar a nuestros hijos. Hay padres que pierden autoridad y le dejan la responsabilidad a la madre.

Hay padres que quieren corregir en los hijos lo malo que ellos hacen y pierden autoridad para corregirlos. Los fariseos eran hipócritas al hablar la palabra. Jesús tenía autoridad al predicar la Palabra por su solvencia moral y porque El, cumplía lo que decía.

El hombre permanece durante el día fuera de su casa, en su ausencia, la madre debe corregir a sus hijos, en el momento y no esperar hasta que el padre llegue para que los castigue. El padre tiene la obligación de enseñarles la palabra. Instruirlos en su hogar. Así pues los padres deben de ser freno a sus hijos para castigarlos y corregirlos.

Proverbios 3:11..12 "11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; 12 Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere"

En el hogar no solamente se debe corregir y castigar al hijo sino darle la oportunidad de que explique porqué actúa así. Puede ser que sea presionado, bajo amenazas, a hacer las cosas. Debe de haber un diálogo entre padres e hijos. El padre debe de escuchar y evaluar si le está diciendo la verdad para no emitir un juicio a la ligera. Lo que se trata es de llevar al muchacho a que se de cuenta que cometió un pecado, que se debe arrepentir o que justifique sus actos; no dejar pasar las cosas. También debemos de comprender y recordar que los niños, aún a su temprana edad, se deprimen.

Proverbios 4:1..3 "1 Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para que conozcáis cordura. 2 Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley. 3 Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre"

Oye la instrucción de un padre (Dios), ninguno puede ser un buen padre si no fue un buen hijo, talvez ni conoció a su padre. Pero tenemos la oportunidad de convertirnos en buenos hijos para Dios y de ser buenos padres para nuestros hijos. Y si fuimos malos hijos, podemos ser buenos hijos para Dios y buenos padres para nuestros hijos.

Proverbios 4:7..8 "7 Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. 8 Engrandécela, y ella te engrandecerá; Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado"

Oye la instrucción de tu padre (terrenal). Escucha la instrucción de tu padre físico. El padre es freno, castigo y corrección para sus hijos.

Las Madres

Las mujeres tenían la obligación de instruirse acerca de Dios, para poder enseñarles la palabra a sus hijos.

Bienaventurada la mujer que lee la palabra, que la escudriña y puede trasladársela a sus muchachos. Las madres deben enseñar la Ley de Dios, amar y acariciar a sus hijos. Luego el muchacho, en la calle, no será fácilmente seducido porque a él en su casa le dieron amor y lo hicieron sentirse importante, no así al que no le dieron amor en su casa será seducido por cualquier mujer de la calle y lo hará ir tras ella.

En los Kibutz (modo de convivencia en comunidad de Israel) dejan a los niños y a las niñas convivir juntos hasta la edad de 15 años, porque así es su cultura.

Los muchachos en el colegio se enamoran de su maestra o en el caso de las muchachas de su maestro porque les hizo falta amor en su hogar. Hoy es Espíritu Santo quien hace la función de madre y lo acaricia, le habla y lo cuida. Usted, ante los ojos del Espíritu Santo es único.

Hay muchas madres que se niegan a enseñarles a sus hijos a llevar la carga, a tener templanza. La mujer que se queda sola y que como campeona se comporta ante tal situación, da buen ejemplo a sus hijos y salen adelante. Luego cuando ellos se comportan mal, la actitud de su madre lo hace avergonzarse y recapacitar. Pero, si la madre no soporta la situación, le va a enseñar a sus hijos a ser igual y a no llevar la carga.

La madre de temple le enseña a sus hijos a cuidarse de las mujeres. La madre es la que debe enseñarles la ley de Dios.

Corrige a tu hijo y te dará descanso...

Para los que tenemos hijos es la mejor lección que podemos recibir y para los que no los tienen, seguramente sabrán en lo sucesivo compartirlo con quienes tienen.

El amor que les tenemos a nuestros hijos nos lleva muchas veces a cegarnos y a olvidar lo que los hará felices a la larga. Es muy común en estos tiempos que los padres de familia, sobre todo los de ciertos recursos económicos, les construyamos un mundo irreal, sacado de un cuento de fantasías. Cuando más tarde que temprano, el cuento termina, nuestros hijos se enfrentan a un mundo que desconocen, que no comprenden, lleno de trampas y callejones sin salida, que no saben sortear y las consecuencias son peores a las que quisimos evitar.

Hace un tiempo atrás viendo un noticiero televisivo, recuerdo haber visto a Pelé, el gran ídolo del fútbol de los últimos tiempos, aceptando una de los momentos mas dolorosos de su vida: Su hijo, Edson entonces de 35 años, fue arrestado junto a otros, acusado de asociación delictiva con narcotraficantes y condenado a 15 años de cárcel. Con lágrimas en los ojos, el ex futbolista brasileño admitió públicamente que su hijo resultó involucrado en una pandilla de traficantes de cocaína, la prensa escrita reproducía que Pelé dijo: Como cualquier padre, es triste ver a tu hijo metido en grupos como ése y ser arrestado, pero él tendrá que sufrir las consecuencias. Y agregó, desafortunadamente, yo quizás estaba demasiado ocupado y no me di cuenta. Es lamentable, porque yo siempre he peleado contra las drogas y no noté lo que pasaba en mi propia casa.

Pelé es un personaje mundial admirable como deportista y hombre honesto que no perdió su humildad como otras figuras del deporte. Sin embargo, es triste que un hombre bueno y talentoso como él, se haya distraído en su jugada más importante: La formación de sus hijos.

La historia de Pelé no es un hecho aislado. Por desgracia es la vida de cientos de padres de familia de estas épocas atrapados en una agenda saturada de trabajo fuera de casa que no nos permite ponerle la debida atención a nuestros hijos los que en muchos casos son considerados un estorbo... la agenda incluye compromisos sociales, cansancio al llegar a casa, en la que continuamos atendiendo asuntos propios de nuestro interés, sin prestarle la debida atención a nuestros hijos, que además es nuestra obligación cuando son pequeños.

Papás que compensan la falta de atención a sus hijos con bienes materiales. Los inscriben en las mejores escuelas, los rodean de lujos y comodidades y piensan que con eso ya cumplieron con su tarea de padres, cuando lo único que han logrado es formar niños que desconocen el hambre, tiran lo que no les gusta, hijos tiranos, pequeños monstruos insoportables y prepotentes que sufrirán y harán sufrir a sus semejantes porque desde pequeños se han salido con la suya.

Muchachitos que creen que sentir frío o calor es cuestión de aire acondicionado, que el cansancio que han sentido se limita a caminar unas cuadras porque no hallaron estacionamiento frente a la discoteca, jovencitos que piensan que el trabajo de los padres es firmar cheques y darles todo lo que se les antoja. ¿Qué posibilidades tienen nuestros hijos de convertirse en hombres y mujeres de bien, si los papás les damos todo y no les educamos la voluntad, el honor la responsabilidad, el respeto hacia los demás?

¿Qué hijos estamos formando si con nuestra actitud les mostramos que el dinero y lo material es lo más importante en la vida?

Proverbios 29:17 señala: “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma”

Cuánto bien hacen los padres a los hijos cuando ponen esa máxima tan sencilla en práctica y cuánto daño les hacen al ponerles todo en bandeja de plata o dejar que otros asuman la responsabilidad que les corresponde.

Hay muchas realidades que como padres quisiéramos desaparecer; el sufrimiento de los hijos, el exceso de sudor, de esfuerzo, y las carencias económicas. Sin embargo, quizás esas realidades no los hagan felices de momento, pero a la larga puedan forjarlos como hombres y mujeres de bien.

Oro por que más padres de familia tengan la inquietud de enterarse por sus hijos. Que no les vaya a pasar que cuando tengan tiempo deban decir: Estaba demasiado ocupado y no me di cuenta.

Y dentro de todo esto... ¿sabes que estuvo haciendo tu hijo ayer por la tarde?

Encárgate hoy de lo posible, que Dios se encargará por ti de lo imposible.

Amen.

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