La Familia.. A Grandes Males, Solo Jesucristo


Qué difícil es cuando experimentamos diferentes problemas, enfermedades, necesidades económicas, afectivas, etc. Todos de una forma u otra somos buenos orientadores cuando no hay por el momento algo de lo anterior. Pero cuando estamos pasándola mal, nos faltan palabras para darnos un aliento a nosotros mismos y menos las tenemos para los demás. El desaliento, confusión, la tristeza y tantas cosas mas te invaden, pero lo que es peor te llega la falta de orar. La adversidad es parte de esta vida, tiene sus propósitos en el Señor, aunque en el instante que la estamos cruzando no lo vemos. Sumado a esto, se añaden incomprensiones, sientes que te dejan solo y a veces (no siempre) quedas momentáneamente sin familia y experimentas el desierto en toda su magnitud, pareciera que no hay aguas, porque nadie te comprende. Harás muchas cosas y acudirás a seres humanos por ayuda y no encontrarás solución o esperanza en ninguno de ellos. ¿No te ha pasado? Pero y entonces ¿Qué de la familia?, ¿Qué a pasado con ella?. 

La familia es la sociedad más antigua que existe. Lo vemos en la primera familia formada por Adán y por Eva, a partir de ellos, nosotros sus sucesores. Una familia indica un linaje, una misma sangre brotando por las venas, una misma raza, una misma ideología, en otros casos una misma creencia. Una familia consiste en miembros que conviven, relacionándose de la mejor manera posible, en armonía, para lograr un fin común, un bienestar común. El crecimiento y fortalecimiento de una familia, agrupadas en un núcleo de familias, viene a ser la base de la sociedad, si la familia falla en la unidad y búsqueda del bien común, dicha sociedad fallara también y sus resultados son sociedades violentas como las hay unas mas que otras en nuestro actual mundo.

Desde hace mas o menos treinta años, la visión familiar se fue convirtiendo más en un mito que en una realidad, a tal punto de que en los últimos diez años, vemos como muchísimas familias se han ido desmembrando por múltiples factores. Hijos rebeldes, padres divorciados, familias disfuncionales son el resultado de años de años de planeación estratégica por parte de Satanás. El diablo ha buscado siempre destruir toda forma de unidad del ser humano y qué mejor que destruir la piedra angular de toda sociedad civilizada, la cual es la familia. Una familia disfuncional es una familia en la que los conflictos, la mala conducta y muchas veces el abuso por parte de los miembros individuales se producen continua y regularmente, lo que lleva a otros miembros a acomodarse a tales acciones. A veces los niños crecen en tales familias con el entendimiento de que tal disposición es normal. Las familias disfuncionales son principalmente el resultado de adultos co-dependientes y también pueden verse afectados por las adicciones, como el abuso de sustancias (alcohol, drogas, etc.) Otros orígenes son las enfermedades sicosomáticas no tratadas y padres que emulan o intentan corregir sus propios padres disfuncionales.

Un error común de las familias disfuncionales es la creencia errónea de que los padres están al borde de la separación y el divorcio. Si bien esto es cierto en algunos casos, a menudo el vínculo matrimonial es muy fuerte ya que las faltas de los padres en realidad se complementan entre sí. En resumen, no tienen otro lugar a dónde ir. Sin embargo, esto no significa necesariamente que la situación familiar es estable. Cualquier factor de estrés importante, como la reubicación, el desempleo, enfermedad, desastres naturales, la inflación, etc., puede causar que los conflictos existentes que afectan a la familia empeoren mucho. 

Familias disfuncionales las encontramos en todos los estatus sociales, financieros e intelectuales. Sin embargo, hasta décadas recientes, el concepto de una familia disfuncional no fue tomado en serio por los profesionales (terapeutas, trabajadores sociales, maestros, consejeros, pastores, curas, etc.), especialmente entre las clases media y alta. Cualquier intervención habría sido vista como una violación de la santidad del matrimonio y un aumento en la probabilidad de divorcio (que era socialmente inaceptable en la época). Se esperaba que los niños obedecieran a sus padres (en última instancia, al papá), e hicieran frente a la situación solos.

La sociedad humana actualmente tiene diferentes definiciones de lo que es una familia disfuncional; pero desde el punto de vista cristiano tenemos que describir como disfuncional a cada familia cuyos miembros no asumen el papel que Dios ha provisto para ellos. Es Dios quien ha inventado la familia, entonces tenemos que recurrir a El para saber cómo funciona una familia sana. En forma muy resumida, podemos encontrar los siguientes principios:
  • El papel del esposo consiste en amar a su esposa y entregarse por ella. Esto lo declara Pablo en Efesios 5:25, donde Pablo compara el amor de un esposo con el amor de Cristo por su iglesia. ¡Esto significa la máxima entrega de la cual un ser humano es capaz!
  • El papel de la esposa consiste en respetar y apoyar a su esposo. "No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él." (Génesis 2:18) - "Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. ... y la mujer respete a su marido." (Efesios 5:22 y 33) - Cuando el esposo demuestra a su esposa amor y entrega "como Cristo", la sujeción y el respeto de la esposa es una respuesta lógica.
  • El papel de los padres consiste en proveer para la familia y educar a los hijos: "Pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos." (2 Corintios12:14) "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor." (Efesios 6:4) "Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten." (Colosenses 3:21) Esto implica que los padres demuestren respeto por sus hijos. Dios no nos autoriza para administrar castigos arbitrarios o humillantes, ni para insultar o ridiculizar a los niños.
"Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes." (Deuteronomio. 6:4..7) Los padres son responsables de instruir a sus hijos constantemente en la Palabra de Dios.

El papel de los hijos consiste en honrar a sus padres y mientras son niños, obedecerles: "Niños, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa..." (Efesios 6:1..2) Aunque la versión Reina-Valera traduce "Hijos, obedeced ..."; el texto original dice "Niños". Hay una diferencia sutil entre "obedecer" y "honrar"; lo primero se aplica solamente a los niños, mientras lo segundo se aplica a los hijos durante toda su vida. A través de toda esta enseñanza observamos un equilibrio entre derechos y deberes. Cada miembro de la familia tiene sus derechos y también sus deberes. Es obvio que los principios bíblicos acerca de la familia exigen mucho a cada miembro. De hecho, humanamente es imposible cumplirlos a cabalidad. Necesitamos la ayuda de Dios para edificar una familia. Él es la fuente del amor y de la autoridad en la familia y necesitamos aprender a beber constantemente de esta fuente.

Cuando un miembro de la familia se empieza a salir del propósito sano de Dios, todos los demás miembros tienen que hacer ajustes para compensar lo que falta. Como resultado, toda la familia se vuelve disfuncional. Ejemplo: si el padre es alcohólico, deja de asumir su papel correspondiente como padre y esposo, como proveedor y educador. Entonces, los otros miembros de la familia se ven obligados a contribuir más de lo que deben. Cada miembro de la familia se siente obligado a asumir un papel que no le corresponde y que por tanto no puede cumplirlo a cabalidad. En tal hogar, muy pronto se hacen sentir la falta de amor y ánimo. Todos sienten que están viviendo en un desastre, todos se sienten culpables dentro de ellos, pero nadie quiere admitirlo. Entonces se echa la culpa unos a otros: el padre a la madre, la madre a los hijos y los hijos entre ellos. Además, todos conspiran para esconder hacia afuera el problema del padre alcohólico y aparentar una familia sana.

Lo mismo sucede en familias con otra clase de problemas: familias donde se comete maltrato o incesto, familias donde los padres viven separados, familias de delincuentes, etc. Es una pena que en estos tiempos, las familias ya están naciendo dañadas, a merced de las mismas carencias familiares que estas personas han vivido. La saña de Satanás ha dañado gran parte de nuestra sociedad y pareciera que en este tiempo él tiene la guerra ganada. Pero no todo está perdido. Muchos de nosotros, los que hemos aceptado a Cristo en nuestros corazones, hemos experimentado un amor especial por nuestras familias, sean creyentes o no (por lo menos así debería ser). Más aún, cada uno de nosotros ha experimentado la sensación de ganar una familia más grande aún.

Dentro de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, encontramos una gran familia, llena de miembros de diferente género, clase, pero bajo un mismo linaje, una misma línea sanguínea, la de Jesucristo, que ha comprado nuestras vidas derramando su preciosa sangre. La Palabra de Dios nos muestra claramente que el único camino para las bendiciones familiares se da en que las familias sirvan al Señor (Josué 24:15). Si empezamos a caminar como familia dentro del ministerio, podemos asegurar que habrá bendiciones grandes para nuestras vidas y sobre todo, para nuestras familias. Es importante que tengamos amor entre nosotros, que podamos expresarlo, ayudarnos a seguir cumpliendo los propósitos de Dios para nosotros. Ya no es el tiempo para que hombres y mujeres solas realicen obras para Dios; es el tiempo de las familias trabajando juntos, en unidad, solamente así podremos ser los que cambien el destino de nuestro país.

¿Estás listo para ser parte de la gran familia de Dios? ¿SI?... ENTONCES CAMINA

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