Con suma preocupación observo como los hermanos en Cristo dejan de congregarse en sus iglesias y como pretender sustituir esta obligatoria conducta por medio de estar cómodomante en sus casas pegados a un aparato de televisión o radio, viendo y oyendo a uno u otro predicador. Quiero dejar sumamente claro, que no trato de decir que la predicación por televisión no sirva, en ningún momento es esa mi intención, lo que trato de decir claramente, es que la predicación televisiva o radial, en ningún momento nos exonera de la obligación de congregarnos. Para nosotros el congregarnos significa reunirnos en un lugar determinado para una determinada actividad. La Biblia presenta de varias formas este mandato y una de ellas dice: "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca". (Hebreos 10:25). Cuando el Jacob ya anciano, se juntó con su amado hijo José, allá en Egipto, por el año 1689 a. C., este hombre de Dios ya estaba pronto a presentarse ante su Creador, acostado en su lecho; se sentó en la cama con mucho esfuerzo, llamó a sus hijos y profetizó un aviso de Dios para todos ellos. De todas las palabras del viejo Israel nos llama la atención la profecía para Judá: "No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos." Génesis 49:10. Al estudiar el contexto de este verso podemos concluir que la palabra "Siloh" se refiere al Mesías, es decir, a Cristo Jesús. Las palabras proféticas del moribundo anciano revelan las intenciones del corazón del Creador: que ante Jesucristo se congreguen (reúnan) todos los moradores de la tierra. ¿Qué propósitos tendrá el Señor de que los hombres se congreguen? Por qué el escritor de la carta a los Hebreos aconseja "no dejando de congregarnos".
En el capítulo 36 del libro de Éxodo, desde del verso 8 se nos describe la construcción del tabernáculo que Jehová había mandado hacer, al cual Dios llama "Tabernáculo de reunión" (Éxodo 27:21); estaba construido de tal manera que podía ser trasladado y reconstruido en cualquier lugar conforme avanzaban por el desierto. Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, las cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los campamentos. Y cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión." Números 10:2..3. El Tabernáculo de reunión era el lugar que Dios había escogido para "manifestarse" al pueblo de Israel; por eso Dios mandaba que los hijos de Jacob se congregaran y se acercaran a aquel lugar que con tanta minuciosidad mandó construir. ¿Para qué se congregaban? Estando ya Moisés muy anciano, éste habla a Josué, en presencia de todo el pueblo Israelí y les informa que Josué sería el joven sucesor con quien entrarían en la tierra prometida y que él, entregaría la tierra por herencia a los hijos de Jacob; que Jehová estaría con él, pero antes Josué debía hacer algo: "Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella." Deuteronomio 31:12..13. Aquí encontramos a Moisés que le está hablando al discípulo de congregar al pueblo, en este caso, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos; pero la enseñanza que queremos enfatizar se aplica en un sentido general y perenne.
En los pasajes presentados con anterioridad, podemos notar el propósito de congregar al pueblo; pero es bueno recalcar quiénes eran los que debían congregarse: Los varones, las mujeres y los niños del pueblo, además, los extranjeros que vivieran entre el pueblo; y en el futuro debían congregarse los hijos de ellos que no supieron, es decir, que todos los que estaban y los que vendrían debían congregarse. ¿No podía Dios tratar con cada uno en forma individual? ¡Sí, pero Él mandó que se congregaran! ¿Para qué congregarse?... Para que oigan. Era costumbre en esos tiempos que el pueblo se reunía en algún lugar, en este caso el Tabernáculo, para escuchar lo que Dios quería decirles por medio de algún sacerdote o de un profeta y muchas veces para que simplemente se leyera el libro de la ley cuando éste estuvo ya en el pueblo. Además, Dios puso maestros en la iglesia (1 Corintios 12:28), para que estos enseñaran al pueblo congregado, para que los hermanos oigan las enseñanzas y aprendan. Los jóvenes tenían que instruirse de los ancianos, los alumnos de los maestros, los hijos de los padres; debían aprender lo que Dios había hecho por su pueblo, las maravillas y la grandeza de aquel que creó los cielos y la tierra. Y teman a Jehová, he aquí el principio de la sabiduría, todo el pueblo debía tener conciencia del poder de Jehová. Y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley, esta encomienda es la que más tiempo le ocuparía al pueblo, por eso tenía que congregarse con frecuencia, debían tener mucho cuidado en obedecer la Palabra de Dios. Muchas veces en esas reuniones se manifestó, como sucede ahora, su poder y su gloria: "Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel." 1Reyes 18:19. La historia es muy conocida, el profeta Elías desafía a 850 profetas de dioses falso (cuatrocientos cincuenta de Baal más cuatrocientos de Asera), los versos siguientes parecen sugerir que los cuatrocientos profetas de Asera lograron evadir el combate.
Lo cierto es que el dios Baal quedó ridiculizado y sus profetas también y todo Israel pudo ver el poder y la gloria de Jehová de los ejércitos. En Éxodo 40:34..38 vemos como ". . . una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas". También manda a congregar al pueblo de Dios, para dar a conocer su nombre: "Para que publique en Sión el nombre de Jehová, y su alabanza en Jerusalén, cuando los pueblos y los reinos se congreguen en uno para servir a Jehová." Salmo 102:21..22. Aquí podemos ver que es importante congregarnos para publicar (anunciar) al pueblo el Nombre de Jehová, su Palabra; notemos que se nos dice que se congreguen para servir a Jehová, el texto sugiere que le podemos servir mejor si tenemos la costumbre de congregarnos para servir a Dios: "Cuando los pueblos y los reinos se congreguen en uno para servir a Jehová." Salmo 102:22; el salmista habla de lo futuro, pero es palpablemente tangible, que se le sirve mejor a Dios cuando los creyentes se reúnen para organizar el servicio, así como lo hacían los levitas para ministrar en el tabernáculo y el templo que construyó Salomón.
Para clamar, gritar o dar voces, en especial para quejarse o pedir ayuda o pedir con vehemencia algo a Dios: "Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová." Joel 1:14. El profeta habla Palabra de Dios a los ancianos de Israel y a los moradores de la tierra (versículo. 1), en tiempos difíciles para todas las naciones de los días del profeta (leer los versos del 1 al 13). Había hambre en todas las regiones, los labradores estaban confundidos, la vid estaba seca y pereció la higuera; había gran escasez y el pueblo sufría penurias. ¿Cuál es la respuesta, a esta situación, que da el profeta Joel: "Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová." Es necesario que comprendamos, pues, la necesidad de congregarnos, Jesús dijo: "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos." (Mateo 18:19); el Maestro está recalcando una enseñanza que había dado anteriormente la cual quiere que quede bien clara en sus discípulos. Pareciera que el clamor de muchos conmoviera más el corazón de Dios. Y luego el Maestro concluye: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." (Mateo 18:20) el Señor desea que nos unamos (congreguemos) para que todos juntos clamemos a Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario