Es
increíble como las palabras del enemigo pueden presionarnos: leamos
I Samuel 17:8 "Y se paró y dio voces a los escuadrones de
Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de
batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl?
Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí." Dice
que se paró ¿Y dio qué?... Dio voces a los escuadrones de Israel,
diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿Qué
está sembrando ahí?, cizaña, desconfianza. Usando palabras para
debilitar el ejército del Señor. Y
el versículo 11 dice: "Oyendo Saúl y todo Israel estas
palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo".
Fíjate que aquí no dice "miedo", dice "gran miedo". De
interés a nosotros debe de ser que dice: "Oyendo estas
palabras; Se turbaron y tuvieron gran miedo. Observa y ten en cuenta,
que las palabras del enemigo cuando tú las oyes constantemente ¿Qué
traen?: turbación y esa turbación engendra miedo. La
presión de las palabras del enemigo, si tú las escuchas y si le
prestas atención, te van a turbar y te van a ocasionar miedo. Leamos
el versículo 16: "Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y
por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días." ¿Cuándo
venía?: ¡Por la mañana y por la tarde! Observemos
que les permitía reposar durante el día, les permitía sembrar, les
permitía trabajar, pues solo venía por la mañana y por la tarde,
¡pero por 40 días! Se
ha puesto a preguntar ¿Por qué por la mañana y porque por la
tarde? Para
que empezaran el día oyendo las palabras de él, para asustarlos y
por eso venía por la tarde, el enemigo se quería asegurar que antes
que ellos se fueran a descansar, lo último que oyeran, era lo que
había dicho el enemigo. En otras palabras, el enemigo quería
desgastarlos. Turbándolos de día y turbándolos de noche. Sembrando
turbación y sembrando miedo. ¿Y
como se aplica eso a nosotros?
Cuando
el enemigo quiere desgastarte, viene por la mañana y te habla y te
amenaza, te mete miedo, y según el día va pasando, uno se
entretiene con el trabajo, con los compañeros, etc. Pero llega por
la noche y otra vez los dardos del enemigo... ¿Sabes
mi lector(a) de lo que estoy hablando? ¿Ya has vivido esa
experiencia? ¿Quieres salir de ella? ¿Cuanto
tiempo estuvo Goliat haciendo eso? 40 días. Eso nos habla de la
constancia del enemigo: El no tiene prisa, el no tiene otra cosa que
hacer, él conoce nuestra condición, él sabe que si le prestamos
atención a lo que él nos dice, entonces será cuestión de tiempo
para que nos derrumbemos. Por
40 días Goliat estuvo hablando: Los asustaba, los turbaba, Goliat
era grande, era un gigante y no había nadie en Israel que se
atreviera a pelear... ¿Porqué? ¡Porque
estaban acostumbrados a oír al enemigo!
Hay
gente que se acostumbra a oír lo que el enemigo le dice por la
mañana y por la tarde... y llega un momento que pierden las ganas de
pelear, pierden las ganas de seguir adelante... las ganas de vencer. Pero
David que no estaba allí los 40 días, venía con otra óptica y a
diferencia de todos cuando oyó las palabras de Goliat lo que hizo
fue despertar en el un guerrero. Se despertó en el un hombre de Dios
que sabe que la mejor forma de derrotar al enemigo, es no hacerle
caso, no exponerse a las palabras que el enemigo habla en contra del
Altísimo. Yo
creo que David en esos momentos pensaba: el que me dio la victoria
con el oso y con el león, me la puede dar contra este gigante. David
a igual que nosotros ya conocía de los beneficios de Dios. Todo
se vuelve un asunto de perspectiva, un asunto de no dejarte asustar,
de no dejarte amilanar. Pero sobre todo, es un asunto de confianza en
Dios. Cuando
tu quieres hacer algo para Dios, lo primero que el enemigo te va a
mostrar son todas las dificultades, todos los contra y te va a decir
que no se puede hacer o que eres incapaz de hacerlo. Y si uno le
hace caso, uno se empieza a debilitar, uno se empieza a cansar y al
final, uno acaba derrotado.
¡No
te dejes!...
- No importa lo que el enemigo dice... ¡No te dejes!...
- No importa lo que tu ves... ¡No te dejes!...
- No importa lo que tu oyes,... ¡No te dejes!...
- ¿Sabes que quiere el enemigo?... Que te acostumbres a él... ¡No te dejes!...
- "No ores mas eres un caso perdido... " ¡Eso es mentira del diablo!, No hay casos perdidos. Pero él te lo dice por la mañana y te lo dice por la tarde... ¡No te dejes!...
- Y podría pasar que cuanto tu mas oras por las personas, estas peores se ponen,
- Cuanto tu mas oras porque lleguen a l iglesia, menos vienen a la iglesia,
- Cuanto tu mas oras porque se vuelvan mansos, se vuelven más rebeldes,
- Quizás si oras por sanidad, empeoran, se ponen más enfermos... etc.
- Y el enemigo viene a decirte, por la mañana y por la tarde... no puedes, no puedes... ¡No te dejes!...
¡No
te dejes!... ¡No te dejes!... ¡No te dejes!... ¡No lo aceptes!,... No
te acostumbres al problema, no te acostumbres a la enfermedad, no te
acostumbres al enemigo... Esa
no es la actitud de un hombre o una mujer de Dios, esa es la actitud
de un cobarde. ¡No te acostumbres al enemigo! ¿Sabes
quién cambió la situación del pueblo de Israel? No
fue un general, no fue un coronel, ni siquiera fue un experto en la
guerra, fue un muchachito que le creyó a Dios. Cuando
Goliat venía a él, el muchachito le decía: Tu vienes a mi con
lanza y con jabalina, pero yo voy a decirte a ti en que nombre
vengo... Observa
que David conocía el poder de las palabras y David sabía que él
podía debilitar a Goliat con el poder de las palabras... ¿Sabes lo
que le dijo?, "incircunciso".
Hoy
en día a nosotros eso no nos suena, se nos vuelve de difícil
comprensión, no entendemos muy bien lo que eso significa. Pero
Goliat, sabía que lo que distinguía al pueblo de Israel como un
pueblo que tenía pacto con Dios, era la circuncisión. Y la
circuncisión garantizaba la protección, el pacto de Dios con sus
hijos. David
se enfrenta a Goliat, no con espada ni con jabalina, sino con una
honda y cinco piedras... y solamente usó una piedra,...Y
le dijo: Incircunciso, en otras palabras: tu no tienes pacto, yo si,
- Y le dijo mas: -Tu vienes con lanza y jabalina, pero yo vengo en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel...
- Y le dijo mas: Le dijo: y lo que hice con el oso y con el león, lo haré hoy contigo...
- Y le dijo mas: te cortaré la cabeza...
- Y le dijo mas: le voy a dar la cabeza tuya de comida a las aves del cielo...
Así
que ahí te va, le tiro la piedra y se acabó el problema.
¿Y
TU QUE?
Levántate en el Nombre de Cristo, levántate y
renuncia en el Nombre de Jesús a esas palabras y pensamientos de
Satanás, en el Nombre de Jesús expulsa a ese diablo sucio de tu
vida, TU eres bueno, TU puedes, TU eres un triunfador, TU eres una
victoriosa, párate ante el diablo y expúlsalo en el Nombre de Jesús
de tu vida, de tu casa, de tu trabajo, de tu matrimonio, de tu
familia, MAS FUERTE es Jesucristo que vive en ti, que el diablo
porquerizo que vive en el mundo. ¡No te dejes!... ¡No te dejes!...
¡No te dejes!... ¡No lo aceptes!
Dios les bendiga, le doy gracias a Dios que me llevó a ësta página, y a leer varios de su mensajes, todos me han edificado y sobre tod este, el enemigo ha estado manipulando mi mente durante años y aun lo hace, y es una lucha constante pero alabado sea el Señor porque se que voy a vecer porque con Cristo soy mas que vencedora...bendiciones
ResponderEliminarAmén hermana. Bendiciones a tu vida.
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