Empresa Cristiana 2: ¿Qué Es La Empresa Cristiana?

Es una comunidad humana de personas y no maquinas, ni explotados, si bien la empresa es una realidad de carácter económico orientada a producir y distribuir productos de manera eficiente antes que nada es una comunidad humana de personas, los beneficios económicos, subordinados a un criterio cristiano, son un objetivo intermedio necesario pero el objetivo principal es la realización de todas las personas que forman la comunidad, asimismo el ambiente laboral de cada empresa debe constituir una oportunidad para que el mundo sea mejor.

Es, en un sentido, cuestión de fe, las empresas surgen porque muchos bienes o servicios, por su demanda o complejidad, no pueden ser producidos por una sola persona y exigen la colaboración de varios, es decir una persona o varias se embarcan en un proyecto común invirtiendo recursos (como tiempo y dinero) con la esperanza de obtener beneficios económicos, sin embargo nada asegura el éxito por lo que se asume un riesgo según la confianza que tengan en la iniciativa y su desarrollo; de hecho esto se complementa al conocer que una de las principales razones por la que las personas no inician la propia empresa es la falta de fe en el éxito de la misma.

Una empresa cristiana es mucho más que una maquina de ganar dinero, pues crea empleo, genera riqueza, es fuente de innovación y hace asequibles bienes, productos y servicios realmente útiles y cada vez mejores a mayor cantidad de personas. El derecho a la iniciativa económica es fundamental, si este derecho no se respeta las personas pueden caer en la pasividad y esto traer como consecuencia una disminución de la creación de riqueza. El bienestar social que producen algunos productos (alimenticios, de salud, necesidades básicas) es posible en gran parte gracias a la actividad empresarial, buscando siempre hacer que este bienestar llegue a más personas y no sólo a unas cuantas. El beneficio económico de las empresas en sí mismo no es reprochable, lo reprochable puede ser el cómo se consigue el beneficio o qué se hace con este.

Existe una corresponsabilidad en cada colaborador, los directivos de la empresa tienen responsabilidades de carácter económico pues deben asegurar la continuidad de la empresa y un retorno razonable a sus inversores; existe un incumplimiento de esta responsabilidad si se buscan beneficios inmediatos poniendo en peligro el futuro a largo plazo tomando decisiones como por ejemplo: Liquidación de activos necesarios, reducción de inversiones en formación ó investigación y desarrollo, recortes excesivos de personal, política de incentivos remunerativos excesivamente vinculada a los resultados a corto plazo, etc. en todos los casos la responsabilidad recae en cada persona que toma la decisión y en las personas que sacan provecho de ella, por lo que todos los colaboradores deben de trabajar siempre para el bien de la empresa con independencia de los incentivos económicos.

Existe la Responsabilidad Social Empresarial, que depende de los efectos que la actividad empresarial tiene sobre el entorno, pero lo que busca en el fondo es generar espacios de desarrollo, formación, promoción y oportunidades para todos los actores de la comunidad donde se desempeña. Esto implica, entre otras cosas, brindar un equilibrio entre vida y familia para los trabajadores, desarrollar una relación ganar-ganar con proveedores y clientes, un trato respetuoso a los competidores, políticas que protejan el medio ambiente, apoyar las iniciativas filantrópicas y/o caritativas, etc.

Es importante subordinar la dimensión material e instintiva del hombre a la interior y espiritual, para asegurar un desarrollo auténticamente solidario e integral de la sociedad, la empresa perseguirá así el objetivo de contribuir al bien común tanto como sea posible.

A continuación los 10 mandamientos de un empresario o negociante cristiano

I. No ames a tu negocio por encima de Dios
Recuerda que tu habilidad, las puertas abiertas y la prosperidad de tu negocio serán un producto directo de la gracia de Dios sobre tu vida. Por eso, ningún negocio, empresa u ocupación, deben tomar el lugar de Dios. Lo mejor de tu tiempo y de tus fuerzas deben ser primeramente dedicados al Señor.
II. Diezmarás y ofrendarás de tu negocio
De todos los ingresos que tu negocio reciba, debes diezmar y ofrendar fielmente. Sin olvidar que una cosa son tus diezmos individuales y otra cosa son los diezmos de los ingresos que tu negocio percibe.
III. Tratarás con respeto y dignidad a tus empleados
La Biblia dice que tenemos que tratar a todas las personas como superiores a nosotros mismos (Filipenses 2). Por eso, como jefe o dueño de negocio debes siempre tratar a tus empleados con dignidad. Recuerda que eres testimonio del Señor delante de tus trabajadores, sean creyentes o no.
IV. Cuentas y expectativas claras
Es importante mantener las cuentas claras con toda persona. Las expectativas para cualquier transacción o negocio, deben estar claras y si es posible plasmadas en papel para evitar malos entendidos. Aun con los empleados (si los tienes) se deben establecer claramente cuales son sus responsabilidades desde el comienzo. Desde el inicio es crucial que todos sepan cuales son las expectativas de ambas partes.
V. No harás negocios ilegítimos, ni procures sacar ventajas de ninguna forma.
La Biblia enseña que el premio y la recompensa llegan como consecuencia de haber "luchado legítimamente" (2 Timoteo 2:5). Debes tener temor de Dios y nunca sacar ventaja de cualquier tipo. Conduce todos tus negocios con integridad y rectitud, sabiendo que Dios honra la justicia (Salmos 37:6)
VI. Testificarás de tu fe
Recuerda que más allá del beneficio económico que puedas darle a un empleado, la salvación es lo más valioso que tenemos para ofrecer. Por eso debes aprovechar las oportunidades para predicar el evangelio y para aconsejar a aquellos que lo necesitan.
VII. Serás testimonio
En todo momento debes exhibir el carácter de Cristo. Delante de tus empleados, clientes y proveedores eres un testimonio de Dios. En tu forma de tratar a las personas, en la manera como te conduces, en la forma como resuelves conflictos y cuando estas bajo presión, no debes olvidar que eres un hijo de Dios.
VIII. Excelencia en lo que ofreces
Sea que ofrezcas un servicio o vendas un producto, debes demostrar excelencia en todo lo que haces. La calidad de tu trabajo, será determinante para el éxito de tu negocio. Recuerda que eres una extensión de Dios y el producto que vendes o el servicio que ofreces deben ser testimonios de ello.
IX. Honra a quien honra merece
Es importante honrar a aquellos que contribuyen con el crecimiento y el desarrollo de tu negocio. Sea un proveedor que te presta un buen servicio o un empleado quien va "la extra milla". Cuando eso sucede debes celebrar, honrar y reconocer lo que hacen. Para este efecto, puedes dar algún presente o un detalle. Cuando se trata de tus empleados es importante que estás pagándoles un salario digno.
X. Cumplirás con todos tus compromisos laborales y contratos

Tu palabra y tus promesas deben ser cumplidas a cabalidad. Cumplirás con tus contratos, aun si eso representa una perdida de dinero. Por encima del beneficio monetario, está el buen nombre y la reputación de tu negocio. El rey Salomón decía "De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro" (Proverbios 22:1).

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