De Hacer El Bien, No Te Canses

Una preciosa lectora me escribía: "Desde que estaba chiquita, mi mamá me enseñó que agrado quiere agrado. Y así he sido toda mi vida: respetuosa con la gente que me ha tendido la mano. Por eso cuando alguien me sale con algo turbio, me saca de onda, sobre todo, cuando yo sé que he sido buena con esa persona. Estoy empezando a pensar que está mal creer en la gente o incluso, ayudarle. Porque, al final, te meten un cuchillo por la espalda. Sé que es extremo lo que pienso, me siento hasta mal, pero, no sé si tengo que endurecer el corazón... ¿Estaré en lo correcto?"

¡¡No te canses de hacer el bien!!... 2 Tesalonicenses: 3:13

El término cansancio significa falta de fuerzas, desvanecimiento, desfallecimiento, desaliento. El cansancio puede ser producto del desgaste físico, así como producto del desgaste mental y emocional. Hacer bien se traduce del término griego "engkakeo" que significa "hacer lo que uno sabe que es lo correcto, por difícil que sea hacerlo o por mucho que eso demande"; dicho de otro modo "hacer bien" es obedecer a Dios viviendo por el Espíritu.

Es por la gran exigencia que requiere "hacer bien" que Pablo dice inspirado por el Espíritu Santo que "no nos cansemos" de hacer bien, que no desmayemos, no desfallezcamos, en la obediencia a Dios.

Un ejemplo de "hacer bien", lo encontramos en 1 Samuel capítulos 18 al 31. Ellos nos narran lo difícil que fue para David "hacer el bien", el precio que tuvo que pagar para hacer lo que él sabía que era lo correcto. Todo comienza con la victoria de David sobre Goliat, pues la hazaña de David desencadenó una terrible y despiadada persecución sobre él a manos de Saúl, debido a que la victoria de David produjo los cánticos de las mujeres del pueblo que daban mayor honra a David que a Saúl, despertando esto en Saúl una gran envidia. Esta envidia llevó a procurar la muerte de David en dos ocasiones. A pesar de estos intentos fallidos, David se condujo prudentemente; dicho de otro modo, hizo lo que sabía que era lo correcto, pasando por alto los atentados de muerte, aunque no era fácil.

Esta situación llevó a David a tomar la decisión de huir (aunque su huida no era por falta de valentía) a Ramá. Oyendo Saúl que David está en Ramá, manda mensajeros para que traigan ante él a David, lo cual era un intento más de hacerle daño, pero David huye de nuevo y se encuentra con Jonatán hijo de Saúl, a quien David le descubre sus interrogantes, "¿Qué he hecho yo?¿Cuál es mi maldad, o cual es mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida?". Los capítulos 21 a 23 narran la vida errante de David en Nob, Gat, Cueva de Adulam, Mizpa de Moab y el bosque de Haret.

Si reflexionamos sobre esto, entenderemos que David poco a poco se estaba cansando, tanto físicamente (por la huida continua de un lado a otro), como mentalmente (por las continuas interrogantes acerca de los intentos de muerte por parte de Saúl), aunque vemos el continuo esfuerzo de David por obedecer a Dios, que es lo que hace todo aquel que hace el bien, pues en 1ª Samuel 24:1-13 leemos que Saúl fue puesto en las manos de David para que este hiciera con el lo que le pareciera, perdonándole David la vida;

Hasta aquí David se había conducido prudentemente pero llegó el momento en que David hizo algo impropio de aquellos que como él quieren hacer el bien, trato de matar a Nabal, algo que el mismo había dicho era una impiedad; pues él consideró el quitarle la vida a un semejante como una impiedad. Era evidente que David estaba agotado, cansado de soportar tanta impiedad, pero Dios no permitió que él cometiera la impiedad de matar a Nabal, haciéndole razonar por medio de las palabras sabias de la mujer de Nabal.

David se dio cuenta que debía tratar del mismo modo a Nabal y a Saúl, dejando la venganza y la justicia en las manos de Dios, aunque estuvo a punto en el caso de Nabal de hacerlo el mismo.

En ocasiones, movidos por el deseo de hacer justicia y no seguir soportando la impiedad, hemos pensado tomarnos la justicia por nuestra propia mano, sin pensar que Dios tiene su tiempo y su momento para hacer justicia. Dios siempre ve nuestra obediencia y lealtad, las cuales no dejará sin recompensa.

Llegó el momento de Dios para honrar a David, ante tanto esfuerzo por hacer el bien, ya que David había demostrado querer hacer lo correcto a pesar de que fue francamente difícil, pues la insistente persecución de Saúl sobre el se lo había puesto difícil. Y Dios honró a David, haciendo justicia primero con Nabal, quien había pagado a David mal por bien, hiriéndolo de muerte; "... Jehová hirió a Nabal, y murió", y después haciendo justicia con Saúl quien había procurado su muerte, como el mismo David había demandado de Dios; "Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad;... como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción"; 1 Samuel 26:23..24, muriendo Saúl a manos de los filisteos y quedando David libre de la aflicción que por tanto tiempo había soportado.

Amada hermana, demás hermanos y amigos, el momento de Dios para honrarte y hacer justicia llega (a su tiempo), pues también Dios conoce tu continuo esfuerzo por hacer lo correcto. No te canses de "hacer bien" por difícil que sea hacerlo o por mucho que eso demande, recordemos cual es nuestra obligación siempre. Sepamos que si no desmayamos en la obediencia y lealtad, también Dios nos honrará como lo hizo con David.

Dejemos que Dios haga justicia; "No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: "Mía es la venganza; yo pagaré""; Romanos 12:19 NVI

El deber Cristiano es un continuo de buenas obras, de hacer bien a la humanidad, a nuestro prójimo; algo que nunca debe cesar, porque a través del bien, crece el testimonio a nuestro favor, y a favor de la obra de Dios.

¡¡Ellas hablan por nosotros!!

1- ¿Qué es el bien?
Hacer todo lo que es un deber ético, moral y espiritual.
El hacer bien, debe estar revestido de motivos puros y elevados y la acción más pequeña, como darle un pan a un pobre, se convertirá en verdadero maná celestial.

2- ¿Qué es lo bueno?
a- En lo Espiritual: Predicar, enseñar, evangelizar, ministrar clases bíblicas, amonestar y animar en el Señor, oración privada y entre hermanos, alabanza, visitar con motivos puros, etc.
b- En lo social: Cuidar del pobre, la viuda, el huérfanos, el ignorante, el enfermo, el caído y desesperado.

3- ¿Por qué Pablo exhorta a hacer el bien?
a- Porque el malo no se cansa de hacer el mal, mas el bueno tiende a cansarse de hacer el bien (Eclesiastés 8:11).
b- Cuando uno se cansa, se vuelve perezoso o desordenado, "no trabajando en nada" (cambian lo bueno y sublime por los deleites del mundo)
c- Este tipo de personas, impide el crecimiento de la obra;
Desalientan a los que quieren servir al Señor; Son activos en el mundo y perezosos en la obra;

Satanás también es activo, constante y diligente como Gabriel; pero uno esta condenado al infierno y el otro esta en el cielo; uno es un Monstruo y el otro un ángel.
* Al que esta haciendo el bien, le animo a seguir por la misma senda ¡¡Tendrás tu recompensa!! (Mateo 25:21)
* Al que esta cansado de hacer el bien, lo amonesto en el amor de Dios, a hacer "frutos dignos de arrepentimiento" (Mateo 3:8)
* A los ociosos, les mando a que se llenen de buenas cosas, de virtudes santas. (2 Pedro 1:5..8)
* A los que andan desordenadamente, les animo a ¡Temer a Jehová! Para que les vaya bien. (Eclesiastés 8:12..13)


Y a los que no saben que están haciendo les digo en Nombre de Dios: DESPIERTEN.

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