Congregaciones Explotadoras: Sus Rasgos y Como Salir (Parte 2 de 2)

  • Una salida dolorosa
Dejar una congregación con doctrina malsana puede dejar cicatrices muy profundas. Quienes dejan una iglesia malsana sufren aislamiento, amargura, vergüenza, pena e ira. Esto se aúna a la confusión y a la pregunta de cómo Dios pudo permitir que ocurriera. También se reprochan a sí mismos por involucrarse con un grupo así y quedarse en la organización el tiempo que se quedaron.

Muchos miembros que salen tienen dificultades para ajustarse a la vida diaria en la sociedad. Bastantes sufren de lo que los sociólogos denominamos "pérdida de rol". Su propósito estaba tan vinculado a la congregación que sufren ansiedad de no saber dónde encajan o cuál será el futuro. Están en una situación de vacío. Algunos, dejan de buscar a Dios y abandonan la iglesia por completo. Muchos son incapaces de confiar en nadie --incluso Dios--, lo cual complica el proceso, dado que el desarrollo de relaciones saludables es esencial para el proceso de recuperación.

La recuperación no es imposible. Tenga presente que el proceso de sanidad no es el mismo para todas las personas. Para algunos, la sanidad puede llevar años; para otros, puede ocurrir en unos pocos meses. Algunos podrán recuperarse con la ayuda de una comunidad cristiana madura, mientras que otros tal vez necesiten asesoramiento cristiano profesional.

A menudo, una congregación malsana está edificada alrededor del líder que practica algunas formas malsanas de pastoreo. Muchos de estos líderes presentan una necesidad de significación no satisfecha. Pudieron haber comenzado con intenciones nobles, pero sus problemas personales no resueltos los hacen volverse dependientes de su ministerio para satisfacer sus necesidades.

Por lo general, los líderes abusadores usan su posición para exigir lealtad y sumisión. Si bien los pastores son llamados a liderar a sus congregaciones, están bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Cuando actúan de forma contraria a la Biblia necesitan ser confrontados y el comportamiento incorrecto necesita ser corregido. En 2 Samuel 22, el profeta Natán confrontó al rey David por su pecado. En Gálatas 2, Pablo confrontó a Pedro, el líder de los apóstoles, por no actuar de acuerdo con la verdad. En vez de alimentar y cuidar del rebaño, estos pastores se alimentan del rebaño y lo usan para satisfacer sus necesidades de reconocimiento.

Los verdaderos líderes espirituales se definen por el ejemplo de Cristo: "El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor" (Mateo 20:26). El liderazgo como el de Cristo consiste en ser un siervo.

Los verdaderos líderes obtienen la lealtad de sus ovejas por la calidad de su carácter y su actitud de siervo. Los miembros se someten libremente a un liderazgo como el de Cristo, y no tienen que ser forzados a seguirlo. Los buenos pastores aligeran la carga de sus ovejas, mientras que los falsos les agregan cargas.

Como discutimos anteriormente, salir de la situación de una congregación abusadora o malsana es un proceso muy doloroso, pero la recuperación y la sanidad son posibles.

Cuando usted se da cuenta de que está en una iglesia autoritaria, es mejor salir y hacer un corte completo. Muchos miembros se quedan, pensando que su presencia ayudará a cambiar la situación, pero esto es altamente improbable. De hecho, la permanencia puede perpetuar la existencia de la organización. Reconozca que ha existido el abuso. Negarlo solo demorará la recuperación.

Desarrolle nuevas relaciones con cristianos maduros que lo escuchen y lo apoyen en el proceso de sanidad. En un grupo seguro y reservado usted podrá compartir sus sentimientos, experiencias, esperanzas y luchas. Si bien puede ser difícil, debe entender que la recuperación raramente ocurre en el aislamiento. Usted debe aprender a confiar nuevamente.

Luchara contra algunas emociones difíciles. Reconozca que usted pasará por un proceso de dolor por los años perdidos, los amigos perdidos y la pérdida de su inocencia. Usted tal vez sienta también culpa, vergüenza y temor. Es natural que se sienta como un tonto y experimente dudas en cuanto a su propia capacidad. Estas son, en realidad, emociones saludables que no deben ser contenidas. Lamentarse por malas decisiones es una señal de crecimiento, y con el tiempo usted dejará atrás esas emociones. Por lo tanto, es crucial encontrar personas que sean de apoyo y lo ayuden a tratar con sentimientos difíciles. Para algunos, la consejeria cristiana profesional es necesario. Busque un consejero que entienda la dinámica de los sistemas abusadores y que pueda brindar el cuidado y el calor necesarios.

Renueve su andar con Dios. No renuncie a la verdadera iglesia, a pesar de sus imperfecciones. De hecho, lo aliento a visitar numerosas iglesias saludables. Es refrescante ver cuán diverso es el cuerpo de Cristo y que hay muchas formas diferentes de expresar nuestro amor y compromiso con Cristo. Luego, ¡relájese! Disfrute de las libertades que acaba de encontrar. Tómese tiempo para la recreación física, el arte, la música y la simple diversión. El Señor sabe que necesitamos tiempo para hacer luto, reflexionar y sanarnos de nuestra pérdida.

Si bien salir de una congregación abusadora puede dejarnos con cicatrices mentales y emocionales, hay esperanza de recuperación y plenitud. De hecho, este intenso proceso puede fortalecer nuestra fe y comprensión de Dios y de lo que significa caminar con Él.

Mientras estamos en una organización autoritaria, nuestra visión de Dios se vuelve distorsionada. Vemos a Dios como alguien que nos ama por lo que hacemos por Él. Cada vez que faltamos a un estudio bíblico o no convertimos a alguien, Dios de alguna forma se disgusta y tenemos que trabajar más duro para recuperar su aprobación. En contraste con esta falsa imagen, 1 Juan 4:8 dice que "Dios es amor". En otras palabras, Dios nos acepta incondicionalmente. Solo pide que recibamos el don de gracia que ha provisto para nosotros. Para muchos que han vivido bajo una falsa imagen de Dios, enfrentarse a la gracia y el amor de Dios puede ser una experiencia renovadora.

Podemos aprender es que nuestra identidad está en Cristo, no en la organización o en las relaciones dentro del grupo. Es un tiempo oportuno para darnos cuenta de que nuestro valor y autoestima están seguros por nuestra relación con Cristo. Esto nos ayuda a volvernos más dependientes de Cristo y menos de otros.

La Biblia enseña que Dios hace surgir lo bueno de una mala situación. Romanos 8:28 dice: "sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". Esta promesa se aplica aun a aquellos que han sido abusados espiritualmente. A través del dolor y el proceso de sanidad, Dios puede modelarnos para volvernos más como Él. Si nos acercamos más a Dios en nuestro tiempo de necesidad, podemos ser sanados y vencer nuestro pasado doloroso.

Aun después de dejarla, muchos exmiembros suelen permanecer muy interesados en los asuntos de la iglesia anterior, porque esperan que pueda ocurrir todavía la restauración. Aun cuando con Dios todas las cosas son posibles, es mi opinión que es altamente improbable que una congregación abusadora cambie. Si bien algunas pocas han cambiado, son las excepciones.

¿Por qué es tan difícil el cambio en estas organizaciones? Una razón es que la estructura de liderazgo está diseñada para que el líder tenga control sobre las ovejas. Si bien podría haber una forma de gobierno, los integrantes de este, son elegidos en última instancia por el líder autoritario. Él elige hombres y mujeres leales a él, que no lo cuestionen ni le hagan rendir cuentas. Por lo tanto, se niega a tratar con temas difíciles o abordar sus prácticas malsanas. También se resisten a cambiar porque sería un reconocimiento de un fracaso.

A fin de tener un auténtico cambio de corazón, los líderes deben reconocer primeramente un problema y arrepentirse. Sin embargo, raramente se humillará confesando sus fallas. La plenitud espiritual y la renovación no pueden lograrse hasta que se reconozca el comportamiento malsano y sea tratado. A menos que se confronte este comportamiento, la posibilidad de un verdadero cambio se reduce.

En la mayoría de los casos, el líder centra la culpa en otros. Los que se fueron de la iglesia no estaban consagrados, eran personas que saltan de iglesia en iglesia, etc. En fin, todo el que se rebela contra el sistema debe ser atacado personalmente para que las personas piensen que el problema está en otras personas y no en el. Suele ser inútil señalar las fallas, porque el abusador vive en un mundo de negación. Suelen ser tan narcisistas y están tan centrados en alguna cosa grande que están haciendo para Dios que no notan las heridas que están causando en sus seguidores. Estos líderes suelen torcer las Escrituras para justificar su comportamiento malsano.


Los miembros que no están de acuerdo son amenazados y se les dice que permanezcan en silencio o son apartados silenciosamente. Por estas razones, opino que lo mejor es dejar una iglesia abusadora o malsana. Aprenda a dejar las cosas y dejar que Dios trate con ese grupo. Si bien es doloroso, dejar una iglesia malsana, el unirse a un cuerpo sano de creyentes hará comenzar su proceso de sanidad y abrirá nuevas puertas de comunión, adoración y servicio para usted. De todas formas USTED DECIDE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario