Para Tener Un Final Bueno

El apóstol Pablo estaba obsesionado en tener un buen final. Veía la vida como una carrera. Al encontrarse con sus amados de Éfeso por última vez dijo: "Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." (Hechos 20:24 NVI). Pablo estaba tan motivado por terminar bien, que desafiaba a los creyentes Corintios a: "Correr (la carrera) de tal manera que obtengan el premio… No… corriendo como a la ventura" (1 Corintios 9:24..26). Disciplinaba su cuerpo a hacer lo que debía hacer no a lo que deseaba. Qué gozo invadió su corazón, cuando testificó al final de su vida: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Tito 4:7).

Terminar bien no significa alcanzar la perfección, sino como Pablo, proseguir hasta el final para que cuando éste llegue, nos encontremos aún creciendo en amor e intimidad con Cristo, viviendo como sus discípulos y amando a las personas que Dios pone en nuestro camino.

Cuando estudiamos bíblicamente a lideres que terminaron bien y a los que no, los que terminaron bien parecen haber tenido algunas características similares y a los que no les faltaban esas mismas características. Veamos algunas de ellas:

1. Tenían una visión que les permitió mantener un claro objetivo.

La visión se destaca como característica de todo buen líder y de quienes terminan bien la carrera. La visión permite ver el contexto más amplio de la circunstancia presente, poder relacionar lo que está sucediendo con el panorama a largo plazo. Con una visión clara y adecuada uno puede centrar su atención en lo importante o prioritario.

Sin una meta clara en nuestra vida nos lleva a caer en la mediocridad, haciendo un poco de todo, no siendo eficaces en nada. Aquellos con influencia en su mundo son aquellos que pueden concentrar esfuerzos y atención en áreas apropiadas y pueden mantener esa actitud.

Pablo enseña el efecto recíproco que tienen la visión y la mirada concentrada en la meta;
la visión viene a través de la experiencia y de la meditación en la presencia de Dios.

Cuando comenzamos a entender cuáles son las prioridades de Cristo y las aplicamos a nuestra vida, podemos entonces centrar nuestro objetivo en lo correcto. Simplemente requiere conocer a Cristo y su Palabra, permitiendo que Su mente invada nuestra mente.

2. Disfrutaban de intimidad con Cristo y experimentaban continua renovación interior.

La intimidad con Cristo es la esencia de nuestro ser interior. Salomón, el rey de Israel, escribió en Proverbios: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida" (4.23). El poder para guiar y ministrar viene de la vida interior.

En Juan 14.21 Cristo nos asegura que si obedecemos los mandamientos de Dios, el Padre y Cristo nos amarán y nos revelarán más de sí mismos. Mateo 11.28..30 nos invita a unirnos en yugo con Cristo, a obedecerle y trabajar en unión con Él y por lo tanto, a aprender de Él.

Al pasar tiempo con Cristo, tratando de vivir en obediencia y ministrando a sus ovejas juntamente con Él, llevará a una intimidad con Él que cada área de nuestra vida se verá afectada. La integridad y el carácter semejantes a Cristo serán parte de nosotros al tiempo que permitimos al Espíritu Santo tomar posesión de nuestra vida y al tiempo que experimentamos una continua comunión con Él.

Cuando notamos falta de integridad en nuestra vida exterior, hay un síntoma claro de falta de integridad en la vida interior que nadie percibe. Y cuando hay falta de integridad, no hay poder espiritual, confianza, libertad ni transparencia. El secreto de la integridad interior es intimidad con Cristo.

La mayoría de los líderes que no terminaron bien, fallaron en su vida interior. Su integridad se deterioró y tomaron malas decisiones. Al tomar conciencia del creciente abismo entre la verdad y la vida en su ser interior y al temer ser descubiertos, se apartaron de la comunión que más necesitaban, la comunión con Cristo.

3. Eran disciplinados en las áreas importantes de la vida.

La disciplina no se destacó en todas las áreas de aquellos que terminaron bien, pero sí en las áreas importantes y aun éstas variaban. Por ejemplo, algunos fueron disciplinados en su oración y estudio bíblico, pero no en su dieta. Algunos eran disciplinados con sus planes pero desorganizados con su puntualidad. Y así seguía… pero cada uno demostró disciplina en las áreas importantes.

El diccionario define la disciplina como un "entrenamiento que produce control propio, carácter o método y eficiencia". Para tener un buen final debemos tener dominio propio y canalizar la energía en una dirección específica. Muy pocos niños con talento (o aun adultos) alcanzan su potencial por una simple razón: falta de disciplina.

Para desarrollar nuestros dones, habilidades y destrezas y que lleguen a ser instrumentos para lograr las metas de la vida, se necesita disciplina.

Como dijimos en 1 Corintios 9.24..27, Pablo enfatiza la importancia de la perseverancia y la concentración… con disciplina. Pablo está hablando de disciplina y dominio propio. Si cedemos en nuestra forma de vida, debemos ser consistentes en la disciplina interior o podríamos llegar a ser descalificados o no terminar la carrera.

¿Cuáles son las tres áreas que usted considera importantes para su vida interior y para su crecimiento espiritual? ¿Qué es lo que alimenta su intimidad con Cristo? Quizá necesite disciplinarse en esas áreas. La disciplina en las áreas adecuadas para hacer lo correcto contribuirá al crecimiento y lo capacitará.

4. Mantenían una actitud de aprendizaje positiva durante toda su vida.

La mayoría de gente, deja de aprender a la edad de cuarenta años. No se empeñan más en adquirir sabiduría, entendimiento y experiencia para mejorar su capacidad de crecimiento y contribución para los demás. La mayoría simplemente se queda con lo que ya sabe; pero los que llegan a un buen final mantienen una actitud positiva de aprendizaje durante toda su vida.

Muchas personas se estancan. Están satisfechos con lo que son y lo que saben. Esto generalmente ocurre después de haber adquirido lo suficiente para estar confortables o cuando pueden prever un futuro relativamente seguro. Pero esto contradice el principio bíblico de mayordomía. Como mayordomos somos responsables de incrementar lo que Dios nos dio.

El mantener una visión clara nos ayudará a identificar lo que precisamos aprender para continuar creciendo y proseguir apuntando a nuestra meta. La amistad con personas que valoran seguir aprendiendo es provechosa y de ayuda. Exponerse a situaciones nuevas o variadas, estimulará nuestra necesidad de aprender.

5. Se relacionaban con personas que influenciaban su vida para bien, así también como con mentores capacitados.

Cada buen líder bíblico estuvo rodeado de buenos amigos y mentores durante su vida. Por lo tanto, es importante destacar que tener colegas y mentores cercanos nos ayudará y animará en las otras cuatro áreas para tener un buen final.


En fin y para concluir, el ser viejo o ser joven, no te excluye de tu responsabilidad de tener una visión en tu vida, como tampoco te excluye de tu obligación de seguirte formando y ser nuevo cada día. Por lo tanto rodéate de gente sabia e inteligente, oye sus consejos y PONTE A TRABAJAR.

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