Dios También Ama A La Persona Divorciada

"Hace mucho tiempo se me apareció el SEÑOR y me dijo: Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad” Jeremías 31:3 NVI

En días anteriores recibí vía on-line la misiva de una hermana en Cristo divorciada en la que relata y expone todo el problema social y eclesiástico que vivió en su divorcio.

Aun cuando parezca lo contrario, ciertamente la mayoría de cristianos en un concepto fanático y egoísta de la santidad, se vuelven en casos como este y otros, los peores juzgadores y condenadores de sus hermanos en Cristo.

Haciendo una síntesis de aquella nota, esta decía más o menos así: “Parece ante la gente como si llevase a igual que Caín, una gran letra "D" grabada en la frente. Eres a menudo despreciada por tus amigos sociales y la iglesia debido a ese acontecimiento pasado. Uno se siente como si fuese un total y completo fracaso. Es lamentable que no encajes, en especial en la iglesia. Esta presión socio eclesiástica te lleva a preguntarte: ¿cómo vas a sobrevivir? Es tan grande la incertidumbre que raramente te preguntas si Dios puede perdonarte. Es posible que incluso se pregunte uno si realmente pecó. Hay tantas preguntas y tantas respuestas diferentes. Entiendo. Llegue al matrimonio con una mentalidad de pacto, con los planes para hasta que la muerte nos separe. El divorcio no era una opción para mí. Hasta que fue… Ya ves, a veces los corazones se endurecen. A veces las personas dan la espalda al plan perfecto de Dios para sus vidas. 

A veces, una de las partes toma decisiones que cambian para siempre una relación de pacto. Tal vez hay adulterio. Tal vez hay abandono. Tal vez hay abuso y violencia familiar. Siempre hay pecado… Ha sido un camino largo y difícil, pero mi Dios está en el proceso de rescatar y sanar todo el daño y el dolor que he experimentado. Ha sido exactamente lo que necesito en esta etapa que me ha tocado vivir, Él está ahí, exactamente cuándo lo necesitaba. Ha sido mi Gran Yo Soy. Ha sido mi paz y mi proveedor. Ha sido mi ayudante y amigo. Y Él es el dador de la vida nueva, el único que puede resucitar a nuestras vidas de la muerte del divorcio… Él no me condena como mis amigos, como el Pastor y los hermanos en Cristo.”

Leí una y otra vez aquella misiva, me sentí fuertemente confrontado en mi espíritu porque ciertamente, pareciera que hay ciertos puntos del vivir y que verídicamente se dan, a los que la feligresía y las autoridades eclesiástica, les pareciera mejor no hablarlos, pero si usted está divorciada, sólo quiero hacerle saber que Jesús todavía la ama y se preocupa por Usted.

Muchas personas divorciadas hoy han sido criticadas, despojadas de privilegios y condenadas. Estas acciones no son de Cristo. El divorcio no es el pecado imperdonable. Sí, es cierto que Dios ordenó que el matrimonio debe ser para toda la vida, pero si su matrimonio terminó en divorcio, Dios todavía ama y se preocupa por ti.

Si el divorcio ocurrió a causa de las cosas que hiciste, arrepiéntete y pídele perdón a Dios, como lo hizo David en el Salmo 51 y luego a seguir con su vida. Romanos 8:1 dice que ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, para los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

No se pueden deshacer las cosas que ya están hechas. El pasado ya se ha ido. Dios dice en su Palabra que debemos olvidar las cosas que están detrás y luchar por las cosas que están por delante. Nadie, ni nada, debe ser capaz detenernos. Debemos presionar hacia la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios que es en Cristo Jesús.

No permita que nadie le condene. En algunas iglesias las personas divorciadas son tratados como parias y esto no debe ser de esa manera. Si usted está divorciado, esfuércese de una vez por todas a estar viviendo en posición correcta con Dios, Él todavía quiere usarle para hacer grandes cosas para Su Reino. Dios todavía tiene un llamado y una unción en su vida… todavía hay un propósito para su vida.

Una gran cantidad de personas casadas aun sin divorciarse, sólo viven juntos. No tienen comunicación entre sí, no hay intimidad en su matrimonio. Cada cual, camina por su lado, solo mantienen las apariencias hipócritamente. La única diferencia de ser divorciada es la disolución legal del matrimonio.

Una vez que haya buscado el perdón de Dios, no se quede en un laberinto de condenación y de culpa; no pierda el resto de su vida. Dios ya le ha perdonado. Si realmente se arrepiente, Dios borra tus pecados. Él no se acuerda de ellos más. A veces las personas que te rodean recuerdan tu pasado, tan solo por una morbosidad propia de los decires del chambre, pero que no te importe lo que piensen.

¡Lo que Dios piensa que es lo que importa!

La verdad es que todos han pecado y están privados de la gloria del Señor. Dios es misericordioso, perdona y olvida. Si Dios fuera a poner todas nuestras vidas en una pantalla de televisión, se verían unas películas tristes. Porque todos nacieron en pecado y formados en iniquidad. Pero gracias a Dios por la sangre de Jesús que nos limpia de todo pecado; David pecó, pero David se arrepintió y fue un hombre conforme al corazón de Dios.

Las personas divorciadas frecuentemente experimentan la soledad, la crítica y el rechazo. Tenemos que extender el amor de Jesucristo a ellos y no condenarlos, ni ponerlos abajo. Tenemos que orar por ellos y ellos deben saber allegarse a las personas que los aceptan en la condición que son.

Tenga presente que, si usted está divorciado, usted sigue siendo valioso a la vista del Señor. No eres menos hombre o menos mujer. Todo se centran en la obtención de una relación íntima con el Señor Jesucristo. Busca al Señor y pídele que te ayude a desarrollar un hambre y sed de justicia. Cuando se busca en primer lugar a Dios y su justicia, todas las demás cosas se os darán por añadidura. Cuando estás en Cristo, nunca se es un fracaso. Cuando usted se cae, Él lo levanta de nuevo. Confía en la sabiduría y la fuerza del Señor

Si su autoestima se ha debilitado desde su divorcio, pida a Dios para sanar sus emociones. Si usted todavía está experimentando dolor, amargura, y otras obras de la carne, como resultado de lo que experimentó en su matrimonio, Dios quiere que se liberen en el Nombre de Él hoy. Nunca vas a ser capaz de ser un cristiano eficaz con estas obras de la oscuridad en tu vida.

Es posible que haya sido objeto de abuso doméstico, mal trato y engaño, víctima de mentiras y ello lo tenga atrapado, deprimido, pero debe entregar todo eso a los pies del Señor. No vale la pena perder su alma en el infierno. Liberar el resentimiento y la amargura para dar paso a una vida en Cristo, eso lo que urge en la actualidad. Ponerla a los pies de la cruz y dejarlo allí. Dios es capaz de curar todo el dolor y todo el dolor.

Perdone a su ex cónyuge, familia, suegros, el otro hombre u otra señora, o cualquier otra persona que puede haber contribuido a las presiones que llevaron a su divorcio. Lo más importante es perdonarse a sí mismo. Dios quiere hacerte libre, y Él quiere que seas en El, uno solo. Arrepiéntanse hoy y pídale a Dios que te perdone, así como Usted ya perdono a los otros. Pase más tiempo en la oración, en la consejería de verdaderas personas aptas para ello y en la Palabra de Dios de lo que nunca ha pasado antes.

Busca la comunión con los santos en una iglesia donde se predica y enseña la Palabra del Señor sin compromisos.

Jesucristo viene pronto y hay mucho trabajo por hacer. No permita que el diablo le paralice con la condena, tiene que compartir el amor de Jesucristo. Si no se perdona a sí mismo, siempre va a ser engañado por el pensamiento de que la gente que está diciendo cosas acerca de Usted y pensaran cosas de usted cuando no lo son.

Jesucristo verdaderamente ama y se preocupa por ti. Él quiere restaurar a todos ustedes de que la langosta y el pulgón le han quitado. Llega a Jesús hoy. Pon tus cargas y descansa en despreocupadamente en sus brazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario