Mañana Hago Mi Casa Dijo El Zope

Dice el cuento que la zopilota le preguntaba al zopilote de vez en cuando: ¿cuándo hacemos el nido, mi amor? y el zopilote en una gran haraganería le decía "mañana". 

Salía a trabajar el zopilote y entradita la tarde, a su regreso, se iban todos juntos al árbol más frondoso y ahí surgía de nuevo la pregunta: ¿cuándo hacemos el nido, mi amor? y el zopilote le decía "mañana", "¿seguro que mañana cariño?", "si, mi amor" y ya entrada la noche les caía una tremenda tormenta a toda la zopilotada, incluyendo a los tiernos y adorables "zopilotíos" y el maleado zope les decía "no se preocupen, que mañana hago mi casa".

Pero llegada la mañana, el tierno sol secaba y calentaba su plumaje y sus alas, las cuales extendía como muestra de su realeza. "Que brutal me siento. Estuvo fea la mojada de anoche, se mojaron todos estos pequeños… tengo que hacer algo. Pero que hambre hace, antes tengo que ir a buscar que comer por ahí, el agua no mata, pero el hambre si".

Y con esta retórica, el zopilote se la pasaba volando todo el día buscando que zambullirse en su bacteriano estómago, revisando los animales atropellados por todos lados: el basurero, la carretera y cualquier otro lugar, hasta encontrar un buen bocado que compartiría con toda su comunidad. Eso si, el zopilote no era mezquino, alargatado sí, pero mezquino no. Pasada el hambre se iba a dar una vuelta por los cielos de la ciudad, por el centro, por el Estadio Nacional, por todos lados y con lo alto que andaba y con la asoleada que se pegó, no recordó nada de sus problemas hogareños diarios.

Terminada la faena del día, bien cansado y asoleado el zopilote, regresaba sin mucho ánimo, solo el suficiente para llegar a la casa, ver la zopilotada de hijos y olvidarse de todos sus problemas. Y así, se encontró nuevamente con su amada zopilota que le volvió a preguntar muy cariñosamente: "¿y nuestro nidito mi amor? ¿cuándo?", "Uff" dijo el zopilote, "será mañana". 

Talvez se estará preguntando ¿y que tienen que ver los zopilotes, con nosotros los cristianos?   

Pues los zopilotes quizás nada, léase bien, quizás nada, pero… la actitud de este zopilote mucho.

Y es que, con nuestra superioridad mental, hemos suplantado el mañana del zopilote con frases más elaboradas: “lo estamos pensando”, “ya trabajamos en eso”, “lo tengo en estudio”, etc. Y otras tan tontas como “por el momento, no es el momento” y si usted amigo lector hace un pequeño esfuerzo mental, de seguro que hallara muchas más y si hacemos un esfuerzo de sinceridad tenemos que aceptar, que las hemos usado en nuestra cotidiana vida en más de una vez.

Lo más triste del caso es que así hemos actuado en cantidad de veces y por lo general, cuando se nos aconseja o reprende en pro de nuestro futuro… mañana… mañana que no llegara.

 Dios en su infinita sabiduría lo sabía y tan lo sabía, que somos enseñados bíblicamente que mejor que decir es hacer… leamos a continuación Mateo 21:28...30 “Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue”.

A la luz de esta parábola podemos reflexionar sobre tres aspectos para aplicar a nuestra vida y ser bendecidos en todas las áreas. Apartando de nosotros esa actitud zopirotil que a veces nos asoma.

Obedecer y actuar

Es de importancia el obedecer y de hacerlo sin demora, ya que de esta forma no solo recibiremos la bendición, sino que esta bendición llegara más rápido a nuestra vida y por ende estaremos mejor. 

Cuando Dios le mande a realizar un cambio personal, un hacer ministerial o algún desafío familiar no deje de asumir el compromiso y actúe cuanto antes en obediencia e inteligencia porque es para su bien.

Si bien es cierto, que, en nuestra lectura bíblica, el primer hijo, a pesar de haberse negado terminó yendo, igual por un tiempo estuvo en rebeldía y por ese tiempo, perdió la bendición por no haber actuado prontamente.

Ser de un solo sentir

Este aspecto está vinculado a la incapacidad que tienen muchas personas a la hora de sostener sus decisiones y de esta forma limitan su crecimiento. Generalmente este aspecto se observa cuando ya hemos sido amonestado o llamados a emprender algo y demoramos su inicio sin razón alguna, usando para ellos las evasivas frases del zope.

El segundo hijo respondió que sí iría, pero terminó no yendo, se nos avisan las cosas y decimos un si, pero en realidad era un no, algo así como “si, pero no”. 

La bendición no llega a nuestra vida solamente por que decidimos “si lo voy hacer” sino cuando verdaderamente lo hacemos. Necesitamos accionar para que las cosas se concreten verdaderamente y esas bendiciones que Dios tiene vengan cuanto antes y nos gozamos cuanto antes.

No esperes la oportunidad

El tercer aspecto está vinculado a la oportunidad, la cual está siempre a tu alcance ya que Dios siempre está abierto a tu cambio de comportamiento. En otras palabras, la oportunidad siempre esta lo que se necesita es dejar de usar pretextos de zopilote.  

Reflexiona y piensa por un momento cuanto te ha dado y puesto Dios en tus manos y cuanto has hecho con ello, Dios te ha dado una profesión ¿Qué estás haciendo para tu bendición?; Dios te ha dado un negocio ¿Qué estás haciendo para que se haga grande?: Dios te ha dado hijos ¿Qué estás haciendo para el futuro de ellos? Etc. Sea cual sea tu situación, si has rehusado a hacer algo que Dios te ha indicado, hoy es un buen tiempo para iniciar a hacerlo. Si te comprometiste a obedecer a Dios cuando llegaste a Jesucristo y no lo haces, hoy también puedes ponerte a cuenta con el Señor. 

Satanás te ha bombardeado y llenado la cabeza de pensamientos de zopilote, pero tú eres hijo de Dios, Dios ha puesto en tu mente la mente de Jesús, no te olvides de aplicar esto en cada área de tu vida y también en los compromisos que asumes con los demás. Yo bendigo tu vida para que en este tiempo no solo puedas decir mañana, sino también hacerlo desde YA, lo que Dios te ha indicado y aquello para lo cual Él te ha capacitado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario