Si alguien nos dice: -eres único, no hay nadie
como tú. Pensaríamos que esa persona es exagerada o que nos está haciendo un
cumplido. Pero no es así, en realidad lo somos, somos únicos e
irrepetibles y no hay, ni ha habido, ni habrá, alguien como nosotros, jamás. Nuestro
ADN, es único en cada individuo de la raza humana, no hubo, ni hay, ni habrá,
jamás, otro ser humano con el mismo ADN. Ni siquiera los gemelos univitelinos
poseen el mismo ADN
Dios nos conoce por nuestro nombre, así lo dice
la Biblia. Somos únicos e irrepetibles y como tales debemos buscar nuestra
propia identidad, nuestro propósito en la vida, el cual fue diseñado por Dios
para que nosotros lo llevemos a cabo; si así lo hacemos seremos bendecidos con
mucho, pues los propósitos de Dios no son egoístas, son para este tiempo y para
la eternidad… por ello, tenemos nuestra Marca Personal.
La marca personal viene determinada por muchos
factores internos y externos del ser humano. Entre los más destacados son:
conocimientos, experiencia, su aspecto exterior, cómo se relaciona… entre otros
muchos.
Tal como indican los expertos en marca
personal, “La Marca Personal no se inventa ni se diseña en un estudio. Las
personas no somos objetos ni productos, por lo tanto, hemos de tener en cuenta
en el ser humano que este tiene una Marca Personal”.
La verdad es que esta definición me viene
excelente para lo que hoy quiero tratar contigo, los hechos de las personas
dicen mucho cuando hablan, se relacionan y entran en acción para contar lo que
son. Lo que haces y dices transmite mucho más de ti que lo que expresas. Es
cierto que el papel o la escritura aguantan todo, pero cuando entramos en
acción, cuando nos relacionamos con los demás, ahí entra la persona que somos y
se puede decir es cuando nuestros actos o nuestras palabras nos delatan.
Vivimos en un mundo muy bien comunicado y la
tecnología facilita el que nos podamos acercar a las personas, sobre todo si
eres profesional y utilizas los medios sociales para relacionarte. Por ello se
hace fundamental que lo que tú eres sea congruente y esté en sintonía con la
imagen y la marca personal que transmites. Algunos aparentan ser buenos en algo
y la verdad que a la hora llegada ni los ves.
La imagen que otras personas reciben de nosotros
viene dada por muchos aspectos y lógicamente el primero, es nuestro aspecto
exterior. Cuidar el vestuario y la higiene personal es muy importante, pero una
vez vendida la fachada, entran en acción otros elementos como:
- La comunicación verbal y lo que el cuerpo transmite por sí mismo.
- Los valores personales.
- La seguridad que tenemos a la hora de expresarnos o transmitir un tema relacionado con nuestra profesión.
- Nuestra propia personalidad.
En estos tiempos tecnológicos, algunos piensan
que el hecho de desarrollar un negocio a través de internet les permite
aumentar su experiencia o conocimientos, mostrar mucho más de lo que son o
incluso ocultar determinados aspectos que no le gustan de ellos. Tarde o
temprano en su relación presencial o virtual dejarán al descubierto lo que son
y saben, y todo esfuerzo no habrá merecido la pena si no es real.
Si bien es cierto que las condiciones socio
culturales, económicas, educativas, etc. del mundo actual, no son parecidas con
las de la época de Jesucristo, también es cierto que su palabra es eterna y se
acopla a toda época.
Te invito a que reflexiones sobre lo que hoy
estamos compartiendo, porque nada defrauda más que una persona que dice, cuenta
o aparenta determinadas aptitudes y luego él hace todo lo contrario.
El cómo actúas y haces las cosas te dará el
tener o no tener en tu vida. “Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más;
y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. Mateo 25.29
Llegó el tiempo en el que se terminó la
tibieza, no hay lugar para términos medios o sabes y haces algo o no sabes y no
haces nada perdiendo hasta lo que tienes.
En el futuro serás de los que tengan más o de
los que se queden sin nada. Depende de ti ver de qué lado te ubicas. Si de los
dos primeros siervos que multiplicaron sus talentos o si del tercero que lo
escondió. No te olvides que la parábola da dos ejemplos positivos y uno
negativo, ambos dependían del mismo señor.
Esto significa que el problema no era el señor
sino cómo actuaron los siervos, ya que a los dos primeros les fue bien y al
tercero no y todos dependían de la misma persona.
El problema no está en el mundo, el problema
está en ti, el mundo siempre hasta su final será mundo, pero serán tus
actuaciones las que determinarán el éxito. Jesús pudo decir: He vencido al
mundo.
El problema no está en el mundo sino en cómo
nos desarrollamos en él.
Se dice que hoy manda el mundo cuando, en
realidad, lo que manda es el talento, al cual el mundo está dispuesto atesorar.
Por eso los talentosos imponen sus propias condiciones, sea desde un médico
hasta alguien que lava autos.
Por eso una empresa o un patrón, hace lo que
sea necesario para retener a un buen trabajador y una familia hace lo mismo para
no perder a una persona de confianza.
El talento también crea su propios y nuevos
hechos, no solo en cosas de avanzada sino también en otras mucho más básicas.
Crea un nuevo hecho una empresa de tecnología
mediante un nuevo producto y también un restaurante con una buena comida. En
estos días que estamos viviendo no me van a negar que la gente está dispuesta a
pagar lo que sea por un buen producto tecnológico y también a hacer una hora de
cola en la calle para comer en un buen restaurante.
Sin lugar a dudas que lo común estos dos
ejemplos es el talento tanto en la tecnología como en la gastronomía el cual el
mercado está dispuesto a retener y así en todos los aspectos de la vida. Lo
talentoso ahora es apreciado, atesorado y bien pagado.
Ahora la pregunta viene a ti: ¿Qué estás
haciendo tú con ese talento que Dios te ha dado?
Cuidado, lo que Dios te ha dado de talento es
para usarse y multiplicarlo, pero hay algunos que llegaron a viejitos y con el
cerebro nuevecito, como dicen, de paquete y todo porque nunca lo usaron.
Pido a Dios, para que reflexiones en este
tiempo, multipliques tus talentos y de esta forma, bendecido por Dios, seas
puesto sobre más y nunca quedarte sin nada.
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