"Instruye al niño en el camino correcto, y
aun en su vejez no lo abandonará" Proverbios 22:6 NVI
No soy psicólogo, pero llevo toda una vida a la
par de una excelente esposa que trabaja con ellos en el área de los especiales.
Soy fundamentalmente sociólogo, aunque me manejo también como licenciado en
artes y pastor, sé algo de lo mío y también de niños y adolescentes. La
educación está actualmente hecha un desastre y no solo en los colegios, sino
también en las casas. Hay niños malos de nacimiento, pero el 90% de la
responsabilidad de que un niño salga bien o mal la tienen los mayores.
El otro día oí en la radio unos testimonios que
paraban los pelos, de madres cuyos hijos eran unos tiranos. El Síndrome del
Emperador, lo llaman los psicólogos modernos. Son niños egoístas que hasta
llegan a pegar a sus padres. Decía una señora que su hijo destrozó un día la
habitación porque no encontraba el cable del MP-3. Otro niño (de 22 años) había
agredido a sus padres porque le habían dicho que se levantara temprano para
acudir a una entrevista de trabajo.
Hablamos de niños y hombres que no quieren
estudiar ni trabajar. Que no tienen otras inquietudes que no sean las de
escuchar música, jugar a la consola y chatear. Personas que, en muchos casos,
acaban delinquiendo. Recuerdo a un compañero de la escuela donde estudie mi
bachillerato, ya con 15 años era una cosa seria en su comportamiento; tras
repetidas llamadas de atención, no hubo más remedio que expulsarlo. La madre,
sin embargo, venía y a los catedráticos les era imposible razonar con ella.
La educación es una cuestión de roles. Los
padres deben ser padres y no amigos de sus hijos. Y lo mismo los profesores, no
se puede ser amigo de los alumnos. A los niños hay que educarlos con autoridad
y disciplina, decirles lo que está bien y lo que está mal; educarlos para ser
personas y no emperadores. Me preocupa como hoy en día, la facilidad de muchas
personas para tener hijos a una edad precoz. Como me inquieta la facilidad con
que tales padres echan a perder las vidas de esos niños.
Para empezar, hay que resaltar que los buenos
modales, no tienen nada que ver con una específica clase social, poder
económico o que sea exclusividad de una élite.
Creo que todos hemos sido testigos de
comportamientos a mejorar de los padres y de sus hijos, cuando hemos llevado a
los niños a la escuela, espectáculos y lugares de ocio. Y es que hay adultos
que son peores que sus retoños, cuando en uno de estos eventos ves como el
profesional, haciendo su trabajo se desempeña con ahínco, mientras los niños
corretean o gritan y los padres en vez de hacer que se comporten, los animan,
como se dice, se hacen los locos, no les corrigen o incluso se portan peor que
ellos es cuando nos damos cuenta de que la culpa no es de los pequeños sino de
los padres.
La educación y los modales son para ponerlos en
práctica en casa y fuera de ella, de nada sirve aparentar reglas de cortesía
ante los demás, si dentro del entorno más importante como es la familia, somos
irreverentes, groseros o hacemos cosas que dicen mucho de quienes somos y que
tarde o temprano sacaremos a flote al momento de relacionarnos. Los niños son
como nosotros les enseñamos y si no les inculcamos normas básicas de
convivencia en sociedad e incluso ven dicha falta de respeto y educación hacia
los demás en nosotros que somos los modelos que imitar poco puede sorprendernos
que sean maleducados.
Estos buenos modales se han perdido por que
muchas veces se descuida la educación de los niños basándonos en la falta de
tiempo o en que son los profesores y colegios los que deben supervisar o
enseñar comportamientos adecuados, por eso invito a todos a reflexionar, aún
estamos a tiempo de criar niños sanos en todo aspecto, niños educados y que
sepan convivir en sociedad. Debemos estar seguros de que a nadie le interesa
tener en su empresa, como pareja o en cualquier ámbito, a personas groseras, a
las que uno les huye por la molestia que producen sus malos modales.
Debemos recordar que los padres somos el
ejemplo en que se afianzarán nuestros hijos
Iniciamos con Proverbios 22:6 "Instruye al
niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará", porque
recibo buen número de consultas de padres que tienen problemas con sus hijos o
hijas de 15, 18, 21, 26 y más años, realmente siempre me pregunto ¿que hacían
cuando estaban en el tiempo exacto para educar? Qué triste es leer y darse
cuenta de que ya poco puede hacerse.
Lo anterior me ha motivado a poner en este
estudio parte de la sabiduría bíblica que puede ayudarnos a convertirnos en
padres, profesores, abuelos y ayudadores sabios y exitosos.
Adán y Eva, los primeros padres de acuerdo con
la Biblia, probablemente tuvieron que aprender a ser padres por ensayo y error
debido a la falta de modelos a seguir. Los padres de hoy tienen miles de años
de sabiduría bíblica para ayudarles a determinar los principios parentales para
la disciplina, la formación y las relaciones familiares.
Las primeras pautas definitivas sobre la
crianza de los hijos fueron transmitidas a Moisés por Dios en los 10
Mandamientos.
·
Obediencia
Éxodo 20:12 ordena que los niños honren a sus
padres si quieren vivir una larga vida. La palabra hebrea a menudo traducida
como "honor" significa tratar con cortesía, obediencia y respeto. Los
10 Mandamientos se repiten en Deuteronomio 5 y en Deuteronomio 6:9 y los padres
son instruidos para enseñar los mandamientos a sus hijos. Usted debe explicar
repetidamente los mandamientos en el hogar, usted debe estar pendiente en su
casa y fuera de su casa, asegurándose de que sus niños aprenden comportamiento
cristiano.
·
Enseñar
sabiduría
La Biblia nos informa que Salomón fue el rey
más sabio porque le pidió a Dios sabiduría sobre todas las cosas. El libro de
Proverbios contiene muchos de los sabios dichos de Salomón, y muchos de ellos
expresan la sabiduría que un niño debe aprender. Salomón escribe que el
propósito de Proverbios es enseñar sabiduría, disciplina, buena conducta, hacer
lo correcto y dar propósito a niños y jóvenes. Usted puede usar Proverbios para
enseñar y disciplinar a su hijo, al igual que profesores y otros que inciden en
los niños, buscando versos que comiencen, "Escuchen, mi hijo" o
alguna otra designación de instrucción para los jóvenes. Comience con
Proverbios 1:8...9, que exhorta al niño a escuchar la sabiduría y las
enseñanzas de su padre y su madre.
·
Ejemplos
divinos
Tu ejemplo es el mejor método de enseñanza que
tengas. Los niños imitan el ejemplo de un padre. En Efesios 6:1...4, Pablo
repite el quinto mandamiento y luego se dirige a los padres. Advierte a los
padres que no exasperen a sus hijos por la forma en que los tratan. En su
lugar, los padres deben amar a sus hijos, vivir delante de ellos una vida correcta,
digna y justa; enseñarlos como Dios dirige. El amor de un padre y el buen ejemplo
significan más que todas las palabras dichas entre un padre y un niño. Si no le
enseña a su hijo a vivir, es probable que su hijo se enoje con su hipocresía y
no haga caso de lo que dice.
·
Ejemplo
de Dios
En la Biblia, usted ve a Dios enseñando a sus
hijos, administrando la corrección, enviando mensajeros que pueden proveer
palabras de precaución y exhortación, y proporcionando reconciliación después
de la corrección. Su ejemplo es el último modelo que seguir para los padres.
Usted enseña a su niño pequeño por el ejemplo y la instrucción directa,
proporcionando los límites y los límites que cambian como las capacidades de su
niño, la madurez y el cambio de la comprensión. Usted administra la corrección
cuando es necesario de maneras que enseñan a su hijo las consecuencias
naturales de una mala conducta, como perder privilegios cuando el niño
demuestra que no se puede confiar en ellos.
Tu hijo
es y refleja el amor con el que los has criado. Has las cosas bien.
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