Los innumerables casos de corrupción que asolan las sociedades del mundo,
llenan los periódicos y gracias a esas prácticas sus responsables han
conseguido de manera ilícita miles de millones en dinero de sus países.
La corrupción no entiende ni de regiones ni de siglas políticas. Los
escándalos se han producido en todas las comunidades y en todos los pueblos.
Donde ha habido poder ha habido corrupción. Los últimos y graves escándalos han
calado como nunca en la ciudadanía y han colocado a la corrupción de manera
destacada.
Tan de actualidad, pero a su vez tan antigua. Pese a la enorme dimensión
de los casos que copan las portadas la corrupción es casi tan antigua como la
vida misma. Desde hace miles de años ha habido casos de este tipo y también
entonces los autores fueron reprendidos, aunque no siempre con facilidad.
La Biblia recoge ejemplos de ello y sobre todo condena estas prácticas,
extendidas a lo largo de la historia y por todo el orbe. Tanto el Antiguo
Testamento como el Nuevo muestran cómo el "justo" debía luchar contra
el soborno, el fraude y el robo de aquello que recaudaban, los que trabajando
debían pagar sus impuestos. Pareciera como si el tiempo no hubiera pasado.
La corrupción para el cristianismo entraña un pecado grave pues es una
agresión al prójimo y también al bien común. Aunque de carácter más general dos
de los diez mandamientos engloba este tipo de actuaciones, concretamente el que
dice: "no codiciarás los bienes ajenos" y el que sin medias tintas te
dice "no robarás". Además de ellos, la Biblia está repleta de
alusiones muy explícitas a una corrupción que se asemeja mucho a la que está
destruyendo actualmente las sociedades y en las que se marca el camino que el
"justo" debe seguir.
Actualmente en mi país El Salvador, se está ejecutando unos de los casos
que harán historia, por primera vez un expresidente de la república se declara
culpable de delitos varios de corrupción, junto a él, existen otros detenidos
entre ellos testaferros cristianos y se encuentran involucrados hijos y la
esposa. En este artículo, hablaremos del tráfico jurídico mercantil y del
derecho privado en el oscuro mundo de las inversiones como una alerta a
nuestros emprendedores cristianos porque “y conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 38:32
Es preciso dejar claro que el testaferro o la sociedad pantalla no son,
“per se”, instrumentos ilegales. Sin embargo, es muy frecuente relacionar a
estas con maquinaciones relacionadas a delitos socio-económicos o a casos de
corrupción política o mercantil.
La Real Academia Española, lo define como: “Del italiano. testa-ferro
‘cabeza de hierro’. m. y f. Persona que presta su nombre en un contrato,
pretensión o negocio que en realidad es de otra persona”.
En El Salvador, el término en sí, no ha sido descrito dentro de nuestra
legislación nacional. Sin embargo, sí se hacen algunas referencias directas e
indirectas.
¿Cuál es la estructura del testaferro?
La estructura operativa y funcional del testaferro y de sus sociedades
pantallas se basa en cinco elementos: a) el Propietario, b) el Testaferro, c) la
Sociedad base, d) la Sociedad pantalla y e) los gestores o agentes fiduciarios.
Un Propietario, “mano negra” o el interesado real de la relación
parajurídica, logra encontrar un Testaferro idóneo de buena apariencia, ajeno
al negocio que pretende ocultar y del que pueda fiarse. Éste no será más que
una especie de pantalla legal.
A continuación, el Propietario sitúa al Testaferro en posición de
administrador de una Sociedad, que no es más que una sociedad “prefabricada”,
con un objetivo social muy amplio y preparada para operar, a la que se le ha
hecho un “maquillaje societario a medida”. La función principal de estas
Sociedades es la de confundir u ocultar, ante cualquier investigación privada
(acreedores) o pública (inspectores).
Como vemos, el Propietario, “mano negra” no aparece en ningún papel o
registro. Sin embargo, es el que toma todas las decisiones. Es el administrador
de facto de todas esas operaciones.
El testaferro suele ser un familiar (hermanos, primos, esposa, cuñados,
hijos) o persona de confianza, aunque también puede ser un extraño. Se le
remunera económicamente mediante una pequeña comisión en contraprestación a la
mera aportación de su identidad.
Estas figuras suelen emplearse para: evitar acciones de reclamación
sobre posibles acreedores en supuestos de insolvencia, fraude fiscal, blanqueo
de capitales, simular pérdidas a efectos fiscales, emitir facturas irreales,
etc.
En El Salvador, el ejemplo más claro sobre aplicación de testaferro es en
el sector de la inversión privada con las llamadas Sociedad Anónimas de Capital
Variable (S.A. de C.V.) que están reguladas por la Ley. La operativa para
constituir una S.A. de C.V. con pleno control es la siguiente: El Propietario, “mano
negra” crea la sociedad a través de un pequeño grupo de accionistas de
confianza a los que les da una mínima participación. De esta manera disponen
del control de una sociedad perfectamente constituida que opera bajo el control
directo de esa minoría tras la que se esconde el Propietario, “mano negra”.
Para cuando el Propietario no es “mano negra”, podríamos afirmar, que
dicha concatenación de sociedades interpuestas, por medio de testaferros,
agentes fiduciarios, o mandatarios no representativos (como queramos llamarlos)
no es delictiva, mientras su fin último tenga ausencia de: “fraude”, “falsedad
documental”, o fin “ilícito/ilegal”. Por tanto, la mera existencia de dichas
sociedades y testaferros son completamente legítimas y puede ser incluso útiles
herramientas mercantiles dentro de la economía, siendo esta cualidad por la que
es usada por pequeñas, medianas, grandes y multinacionales empresas.
Una de las formas de cuidarse de no caer en estas sociedades fraudulentas
es viendo las cosas como si fueran dentro de una familia donde se da o se vive
en una violencia económica. ¿Por qué cómo
familia?
Continuara La Proxima Semana
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