Ni Yo Te Condeno – Por Saúl Guevara

 


Juan 8:10…11 “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más”

 Leemos en esta sección bíblica, como Jesús ofrece un mensaje de esperanza, perdón y libertad. A través de estas palabras, comprendemos que en Cristo no hay condenación para aquellos que se acercan a Él.

 Vamos a examinar cómo aquí, tres declaraciones de Jesús impactan nuestras vidas y nos liberan de la carga de la condenación.

 1.            ¿Dónde Están Tus Acusadores?

 En esta escena, nos encontramos con una mujer atrapada en adulterio, arrastrada y llevada ante Jesús por los escribas y fariseos con la intención de condenarla públicamente. Pero Jesús responde de una manera asombrosa, inesperada y que nos recuerda “que sus pensamientos no son nuestros pensamientos”, entonces dice: "El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella" Juan 8:7.

 Esta declaración nos esta recordando que todos somos pecadores y no tenemos el derecho de señalar condena. En Cristo, no hay espacio para la hipocresía ni para acusar a otros.

 2.            Ni Yo Te Condeno

 Jesús, el único sin pecado, es quien podría haberla condenado, pero en lugar de eso, le dice: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más".

 Estas palabras de Jesús son un recordatorio de su misericordia y gracia inmerecida.

 Cuando venimos a Cristo, encontramos perdón y liberación de la condenación. Jesús pagó el precio por nuestros pecados en la cruz y cuando lo recibimos como nuestro Salvador, somos lavados y perdonados.

 No debemos olvidar que somos hijos de Adán y Eva quienes tomaron el camino prohibido. Pecaron. Nos encontramos haciendo lo mismo que hicieron ellos.

 Hacemos cosas que son en contra de la voluntad de Dios e hipócritamente muchos se creen santos cuando realmente solo son oidores dominicales de las palabras del pastor, quien, en muchas ocasiones, como todo ser humano, habla de cosas que no están en la Biblia solo porque él cree que así son.

 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9

 Todos hacemos cosas que nos lastiman a nosotros y a otros. El texto menciona que debemos confesar los pecados. Cada vez que pecamos, nosotros pecamos en contra de Dios y dañamos nuestra relación con Dios.

 El término confesar, en 1 Juan 1:9, también puede significar admitir, reconocer a Dios, porque en la siguiente parte del versículo escuchamos que, si se confiesan los pecados, Dios es fiel y justo, y nos perdonará nuestros pecados. Por ello debemos confesarlos ante Dios,

 3.            Vete, y No Peques Más

Las palabras finales de Jesús son un llamado a la transformación y cambio de vida. Aunque nos ofrece perdón gratuito, también nos exhorta a alejarnos del pecado.

 Jesús quiere que vivamos en libertad y obediencia, dejando atrás las cadenas del pecado. No es solo un llamado a dejar de pecar, sino a vivir en comunión y obediencia a Él, experimentando la plenitud de vida que solo Él puede ofrecer.

 Pero… ¿Cuál es la tarea del ser humano para recibir el perdón?

 Confesar, que es lo mismo que admitir o reconocer, a Dios, pues de él sólo proviene el perdón.

 Ya para concluir, podemos apuntar que en este pasaje, vemos el corazón de Dios que anhela liberarnos de la condenación y del peso del pecado.

 En Cristo, encontramos perdón, gracia y libertad para vivir una vida transformada.

 Como creyentes, no debemos cargar la condena, sino aceptar el perdón de Dios y buscar una vida en obediencia a su Palabra.

 Aprendamos de esta mujer y de las palabras de Jesús: no hay condenación para aquellos que están en Cristo.

 ¡Vayamos y no pequemos más, viviendo en la plenitud de la gracia que Él nos brinda!

S.A.G. - 04 – DIC – 2023




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