“pero
hágase todo decentemente y con orden”
1Corintios 14:40
Una
de las mayores fallas de nosotros como cristianos es la falta de
orden en algunas fases o roles de nuestras vidas. La velocidad
asombrosa conque se suceden las cosas en el mundo moderno y la falta
de una educación para el caso junto con la decadencia educativa
tanto escolar como familiar, son factores contribuyentes a este mal.
Orden.
(Del lat. ordo, -inis).
- Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde.
- Concierto, buena disposición de las cosas entre sí.
- Regla o modo que se observa para hacer las cosas.
- Serie o sucesión de las cosas.
El
orden es el resultado de un proceso educativo que se desarrolla de
acuerdo a unas normas lógicas, necesarias para el logro de algún
objetivo deseado y previsto. El
orden tiene su incidencia directa en la organización de las cosas,
en la distribución del tiempo y en la realización de actividades,
por iniciativa propia,
sin que sea necesario recordárselo. El
objetivo del orden está en la necesidad de conseguir una convivencia
adecuada entre todos y no como una necesidad derivada de una
obsesión. El desarrollo del orden no debe alcanzar unos límites en
la que no quepa la vida espontánea y creativa. No se trata de
estructurar la vida en todos sus aspectos sino de establecer lo
mínimo para poder perseguir unos objetivos de mucho valor.
Para
actuar de un modo ordenado debemos tener o desarrollar una estructura
mental ordenada. Por
eso esa estructura debe ser forjada en los primeros años de vida de
la persona. El ejemplo de los padres es bueno para que los niños
entiendan el porqué de los esfuerzos de sus padres en el orden y
estos esfuerzos tengan algún sentido. El
orden está muy relacionado con la limpieza y si la madre de familia
no se preocupa de limpiar la casa, de que los hijos lleven ropas
limpia, etc., es poco probable que sean ordenados. Por eso, la
limpieza personal es tan importante por razones de higiene, pero
también como preparación para permitir a las personas interesarse
por el orden. Y de igual manera si el padre no colabora con la madre
en estas cosas, el resultado será un hijo desordenado, con
dificultades seria para ubicarse en su rol de acuerdo a las etapas de
su vida. Cada
persona tiene su estilo personal y es necesario que respete a los
demás. No vivimos solos en el mundo, convivimos con los demás y eso
implica desarrollar el orden sin excesos, para una convivencia
armoniosa. Aun con toda la creación.
Mínimo
a tomar en cuenta para el orden son estos tres aspectos:
- La distribución del tiempo
- La organización de las cosas
- La realización de actividades
La distribución del tiempo
Para
el orden es necesario diferenciar lo que es importante y lo que es
urgente y no sacrificar continuamente lo importante a lo urgente. En
la vida cotidiana, surgen una cantidad de pequeñas necesidades, para
unos urgencias, que impiden que hagamos lo que es importante. Debemos
aprender a ordenar nuestras actividades en el tiempo, de acuerdo con
lo que es prioritario. Se
trata de combinar la ejecución de actividades rutinarias de todos
los días con las actividades que tienen un desarrollo constante en
un tiempo determinado. En este asunto nos ayudará pensar en cinco
tipos de actividades:
- Aquellas que debemos realizar regularmente y en un tiempo específico,
- Las que necesitan un tiempo seguido específico para realizarlas,
- Las que necesitan bastante tiempo para realizarlas y que no requieren que sea seguido,
- Actividades de duración variable que pueden colocarse en cualquier momento, y
- Actividades periódicas pero no frecuentes o actividades ocasionales a realizar en una fecha dada.
1.
Debemos tener muy claro cuales actividades que hay que realizar en
un momento determinado y saber que hay que dejar todo para
realizarlas. En este sentido, se puede llegar a realizar una cadena
de sucesos que ayudarán a ordenarnos: Primero debo hacer esto aquí
para luego poder hacer lo otro allá.
Deberíamos
respetar ese orden, aunque hay que aceptar que muchas veces no puede
ocurrir así y debemos aprender a ser flexibles. Pero el irrespeto no
debe convertirse a una costumbre.
2.
En el segundo tipo de actividad se trata de prever el mejor momento
y respetarlo. Debemos aprender a utilizar bien el tiempo y no dejar
las cosas a medio hacer. Hay actividades que cuestan tiempo y hay que
prever el tiempo necesario. De este modo podemos desarrollar nuestra
capacidad de relacionar el tiempo con nuestras actividades, y seremos
más sensibles a lo que exige cada actividad. Seremos ordenados.
3.
El tercer tipo de actividad requiere que utilicemos algún método
de recordar y guardemos el objeto de atención de tal modo que sea
factible volver a empezar. Es tener un lugar para cada cosa y una
cosa para cada lugar.
4.
El cuarto tipo son las actividades de duración variable que pueden
hacerse en cualquier momento. Si no hay un momento establecido para
tal tarea nos traería dificultades. Solemos llenar el tiempo libre
con lo más atractivo, por eso, es útil saber que el desarrollo del
orden supone colocar las cosas menos agradables, pero necesarias en
primer lugar, cuanto antes. De lo contrario, es probable que nos
olvidemos de ellas.
5.
Por último, las actividades periódicas, pero no frecuentes, o
actividades ocasionales, ofrecen la dificultad de recordarlas a
tiempo. La solución fácil es utilizar una agenda, aunque a algunas
personas les cuesta apuntar estas cosas, y otras no tenemos el hábito
de utilizar las agendas. Por eso debemos enseñarle a nuestros hijos
desde temprano a utilizar una agenda.
La organización de las cosas
Otro
aspecto del orden es la colocación de las cosas de acuerdo a normas
lógicas, es decir de acuerdo con la naturaleza y función del
objeto. Esto tiene dos finalidades: guardar bien las cosas, para que
no se estropeen y guardarlas razonablemente para que puedan ser
encontradas en el momento oportuno. Debemos conocer los sitios en que
se guardan las cosas y cuando se terminan de utilizar devolverlas a
su sitio. Cada
uno debe ser responsable de devolver cualquier cosa a su sitio,
aunque no la haya sacado o usado él, así conseguimos el orden y
también el desarrollo de la responsabilidad; se trata de que todos
seamos responsables a mantener el orden.
La realización de actividades
Para
ser ordenado no solo hace falta colocar las cosas bien, sino también
de utilizarlas bien. Resulta una falta de orden, utilizar un cuchillo
para abrir una gaveta que se ha atascado, porque puede estropearse.
Tenemos que respetar los objetos según su uso razonable. Cada uno
tiene su naturaleza. Si no lo hace así, podría romperse el objeto o
ser peligroso. Nunca tome cosa ajena para utilizarla sin permiso.
La
enseñanza de utilizar las cosas según su naturaleza debe aplicarse
en objetos personales y también a nuestro propio ser. Es decir,
tenemos que aprender a utilizar la inteligencia, afectividad y el
cuerpo de acuerdo a unas reglas, unos principios. Si no aprendemos el
uso correcto de todo lo que poseemos incluyendo nuestras capacidades
podemos terminar creando situaciones perjudiciales. Por ello, los
padres deben enseñar a sus hijos a utilizar los objetos
adecuadamente, aunque tengan dinero para sustituir cualquier objeto
que se rompe, para que sus hijos adquieran el sentido del orden y la
sobriedad. Difícilmente puede haber un orden interior en la persona
si no existe un cierto orden exterior. También
al realizar actividades debemos observar si tienen como finalidad
principal distraer o educar, pues cada una exige un comportamiento
diferente. Para
finalizar apuntaremos que todos solemos tener unas zonas de descuido
en relación con el orden. Alguno escribirá lógica y ordenadamente,
pero dejará su ropa repartida por el suelo al acostarse. Otro
hablará y razonará con precisión, pero tendrá su mesa de trabajo
en desorden total. Alguno se vestirá con elegancia y cuidado, pero
tratará los libros de cualquier modo, etc.
La
idea y cuestión de este estudio, se tratará de mejorar todos los
aspectos del orden, reconociendo las propias tendencias de olvidar,
de ocultar o de justificar las faltas de orden por pereza. En todo
caso debemos reflexionar sobre la finalidad del orden. El orden tiene
que ver con la limpieza, la estética y la convivencia con los demás. Para
despedirme te aconsejo: Pon orden en tu vida, en tus caminos, no vaya
a ser que al final, no encuentres el camino al cielo. Amen
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