Tienes Una Cita A Un Juicio


En Memoria de mi hermana en Cristo y líder en la Iglesia el Renuevo, Elsy Cisneros quien habita en la Casa de Dios desde el 12 de abril de 2012.

Todos hemos de comparecer ante Dios en el Juicio. Nadie absolutamente nadie, podrá evadir su presencia y comparecencia a este Juicio. Muchos pasajes de la Escritura hacen referencia al hecho de que los muertos, tanto los grandes como los pequeños, los ricos y los pobres, los buenos y los malos, se enfrentarán a Dios en el juicio. Podemos apartarnos de la iglesia si queremos. Podemos vivir en maldad como Satanás toda nuestra vida si queremos. Pero hay una cita a la que no vamos a poder faltar: nos enfrentaremos a Dios en el Juicio. Juan 5:28..29 "28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;  29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación"
En Mateo 25:31..33, Jesús nos da alguna información específica sobre lo que habrá de acontecer cuando llegue el día del Juicio. El dice, "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones, y separará a los unos de los otros, como separa el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda". ¿Estás listo? La trompeta esta por dar la señal... ¿Estás listo ... esperando ... el juicio final? Esa pregunta debiera ser considerada seriamente por todos los que lean estas líneas. La misma Biblia que nos habla acerca del cielo también nos habla del infierno. No hay forma de sacar a uno de la Biblia y dejar el otro. Y no existe ninguna tercera opción. Todos los que no lleguen al cielo pasarán al infierno. No hay otro lugar a donde ir. El juicio de Dios es final y no hay ningún otro alto tribunal al que podamos apelar si el veredicto no nos es favorable.

Este juicio es totalmente final. No hay una segunda oportunidad. Muchos ahí se darán cuenta que no hay tal invento del purgatorio por el que se pueda pasar para que salga. No hay posibilidad de que otro nos haga el favor de recibir al Señor por nosotros después que hayamos muerto para ayudarnos a escapar del abismo. La recompensa que recibamos en el juicio, ésa es la que tendremos y durará eternamente. Esa razón es mas que suficiente para que contestemos al llamamiento y hagamos una elección segura mientras tengamos oportunidad de hacerlo (2 Pedro 1:10..11). El libro de Apocalipsis, desde varios puntos de vista, nos presenta el hecho de que los perdidos serán castigados mientras que los redimidos serán ricamente recompensados en gloria. El infierno fue diseñado como domicilio de los perdidos para siempre y el cielo es el hogar de los justos para siempre.

No me agrada pensar en el infierno. Ninguno de nosotros quisiera estar allí. Si tuviéramos la oportunidad de probar la realidad del infierno durante cinco minutos, todos nosotros, teniendo la oportunidad, desearíamos obedecer al evangelio. En las Escrituras se describe el infierno a menudo y siempre como un lugar horrible donde el gusano no muere y el fuego nunca se apaga (Marcos 9:48). Así lo expresó Jesús en Mateo 25:41 "Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles". Sería realmente horrible verse privado de la presencia de Dios para siempre. Aquí en esta vida seguramente no nos gustaría vernos apartados en un lugar donde nunca se sienta el poder y la providencia de Dios. Y sería mucho peor tener que pasar la eternidad en un lugar donde nunca hay luz y se desconocen la gracia, el amor y la misericordia.

Donde vayamos a parar después de dejar este mundo no es responsabilidad de Dios. Si hubiéramos nacido totalmente depravados e incapaces de ser salvados, podríamos culpar a Dios; pero no lo hemos sido. Somos libres y capaces de escoger entre ser salvos o no. Dios ha hecho todo lo que está de Su parte. Jesús hizo todo lo que estuvo de su parte. El balón está en la cancha y la siguiente movida es la nuestra. Si nos perdemos será nuestra culpa y de nadie más. Por lo tanto, vale la pena revisar como estas viviendo, si realmente tu si es si y tu no es no. Dios no acepta medias tintas, bueno es que revises tu proceder en los diferentes campos, tu trabajo, tu familia, tu iglesia, tus vecinos, tus amigos, en fin a cualquier lado que vayas.

Es mucho más deseable ser salvo eternamente y vivir en el cielo después del juicio. Y podemos, ¿sabe usted? Por las limitaciones de nuestro lenguaje humano, se torna imposible describir adecuadamente las glorias y las alegrías de ese mundo celestial. Cosas que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman (1 Corintios 2:9). Todo lo que podemos decir es que Dios enjugará toda lágrima de nuestros ojos para siempre. No habrá más penas ni enfermedad y el ángel dice que ya no habrá muerte; porque las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4). Ni las palabras de los oradores ni las plumas de los poetas podrán en justicia describir al cielo. Sólo Dios puede preparar tal lugar, porque sólo Dios es infinito y omnipotente. Y sólo Dios es amor.

Querido lector, está conciente de su estado actual... le queda claro de que o es salvo o está perdido. Tiene la esperanza del cielo o no la tiene. Con todo nuestro poder de persuasión, le instamos a que no se arriesgue a pasar otro día sin Cristo. La vida es frágil, con demasiado peligro e incertidumbre para dejar su alma sin asegurar. Hoy es día de salvación; sea salvo mientras tiene la oportunidad, si no ha aceptado al Señor, hoy es buen día para hacerlo y si ya lo acepto, hoy es buen día para que rectifique y vuelva al camino correcto.     




Amen.



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