Se
llama responsabilidad social a la carga, compromiso u obligación que
los miembros de una sociedad -ya sea como individuos o como miembros
de algún grupo- tienen, tanto entre sí como para la sociedad en su
conjunto. La iglesia es parte activa de la sociedad. El concepto
introduce una valoración -positiva o negativa- al impacto que una
decisión tiene en la sociedad. Esa valorización puede ser tanto
ética como legal, etc.
Estamos
viviendo un tiempo complejo donde la Responsabilidad Social y la
Ética Profesional están muy presentes en los discursos pero muy
ausentes en la práctica profesional. De igual forma la iglesia y su
doctrina social aun cuando se predica de ellas, que gran ausencia se
manifiesta en las acciones de la mayoría de cristianos. Gran parte
de las causas que han desatado la crisis social que vivimos en el
ámbito mundial, la encontramos en la irresponsabilidad y falta de
ética profesional de destacados profesionales y funcionarios, como
también en la falta de autenticidad cristiana en el caso de nosotros
los creyentes.
Para
referenciar este estudio a la luz bíblica, recomiendo leer Mateo
25:31..46, ahí Jesús pronuncia estas palabras acerca de su venida,
antes de ser entregado por uno de sus discípulos, (Judas Iscariote),
para ser crucificado en la cruz. Son palabras de sabiduría y de
enseñanza para la iglesia hoy.
Anteriormente,
Jesús ha estado explicando todo lo referente al reino de Dios y de
cómo será su regreso glorioso; ahora en este capítulo 25 del
evangelio de Mateo, especialmente en los versículos 14..30 y 31..46,
hace referencia sobre la responsabilidad del creyente en lo referente
a los bienes (talentos) y con los pobres (prójimo). Sin duda que
todo esto tiene que ver con el juicio que el Señor hará a todos.
Para
aquellos que aún no saben en qué términos se realizará el juicio,
Jesús explica que el juicio se hará en relación con nuestra
responsabilidad con el prójimo, en particular con los pobres. No es
en función de cuánta fe tenemos, sino cómo
hemos puesto en práctica
nuestra fe en Dios. Lamentablemente algunos creyentes olvidan este
detalle y se dedican a practicar su fe en forma individualista, sin
ningún amor por el prójimo; es decir, insensibles al dolor y a la
tragedia humana.
Es
importante tener en cuenta que Mateo destaca desde el inicio del
Sermón del Monte, la preferencia de Jesús por los pobres y ahora
los vuelve a mencionar al final de su discurso escatológico.
Es
el mismo Jesús, el juez del universo, quien ha de hacer el juicio
final. Su mensaje de las buenas nuevas a los pobres es tenido en
cuenta otra vez en este capítulo. ¡Felices los pobres y los mansos,
porque de ellos es el reino! Pero, ¡benditos de verdad los que se
ocupan de hacer realidad la dicha del pobre, los que siembran el amor
hacia los otros, los que buscan siempre el bien y ayudan a Jesús que
sufre por sus hermanos los pobres!
Los
versículos 32 y 33 nos grafican cómo se ha de realizar el juicio
final, todas las naciones del mundo, sin ninguna excepción, serán
reunidas ante el Señor Jesús; en ese momento Él apartará los unos
de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Las
ovejas irán a su derecha y los cabritos a su izquierda.
Aquí
Jesús está tomando en cuenta la profecía de Ezequiel (Ezequiel
34:17..20). Aunque muchos no lo crean, este juicio se hará en
función del amor practicado por aquellos que son sus discípulos a
favor de aquellos que no tienen nada para vivir o disfrutar la vida.
Jesús ejemplo nos ha dado sobre la práctica de la fe y del amor en
todo su ministerio terrenal, no sólo en palabras sino también en
hechos concretos de amor.
La
condena no se dará por no tener fe, sino porque esa fe no se puso en
práctica. En otras palabras, es por el desamor hacia los pobres que
necesitan de nosotros y que no son atendidos de la forma a la que
estamos llamados.
De
ahí que estas palabras estén dirigidas a nosotros los cristianos,
en ningún momento pretenden enseñar a los gentiles o paganos,
porque ellos no conocen de Jesucristo y no tienen ninguna
responsabilidad de practicar el amor de Dios. Esta enseñanza se
convierte en el ejemplo y sentido de la misión de la Iglesia.
La
iglesia no es el pueblo de Dios que vive para sí mismo las
bendiciones del Señor, si fuera así seriamos unos egoístas, la
iglesia es un instrumento de bendición para los más necesitados.
Esto obliga a la Iglesia a negarse a sí misma y darse a los demás,
porque las bendiciones recibidas son muchas.
A
la luz y razón de este pasaje bíblico bueno es preguntarnos: ¿Qué
estamos dando a los que necesitan? ¿Se vacía la iglesia de sí
misma al entregarse a los que tienen hambre y sed de justicia, de
verdad, de gracia?.
Jesús
se encuentra en cada en cada uno de los que buscan, aguardan y
lloran. Quienes ayudan a los hermanos más pequeños son los benditos
del Señor que han de heredar el reino de Dios. Este Reino se hereda
trabajando por los pequeños, los pobres, los hermanos de Jesús.
¡Esta es la manera de esperar la venida del Señor y no hay otra!.
Si,
la Iglesia Cristina Evangélica debe estar involucrada en el servicio
social, es por obediencia a este mandato del Señor Jesús. La
Iglesia Cristina Evangélica tiene su responsabilidad social con el
que no tiene, el pobre; es su compromiso con Cristo, no con los
hombres ni con doctrinas. Toda iglesia y su liderazgo deben asumir
este compromiso en toda su tarea evangelística y misionera
Todo
cristiano esta obligado a entender y realizar en sí mismo que la
voluntad de Dios es que una persona, una vez sea salva, crezca y
madure espiritualmente hasta alcanzar la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo (Efesios 4:13).
“Gocémonos
y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que
se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino
es las acciones justas de los santos." Apocalipsis 19:7..8.
El
simple observador no puede ver abiertamente a Cristo dentro de
nosotros, pero si existe un santuario por dentro, si en verdad
tenemos lo que decimos tener y somos lo que decimos ser, el vería
con toda claridad el lino fino de nuestra conducta, de nuestras
actitudes, de nuestras obras justas, de nuestra rectitud e integridad
moral, las cuales son el resultado de una verdadera espiritualidad.
Es a través de nuestras obras de justicia que damos a conocer al
Cristo que está en nuestro interior y es a través de ellas que el
corazón y voluntad de las personas puede ser impactado para que
busquen a Dios.
"Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que esta en los cielos."
Mateo 5:16.
Igualmente,
si por dentro estamos llenos de Cristo, esto se dejara ver por fuera
a la vista de los otros hombres y mujeres, la mansedumbre y humildad
de Cristo que se habrá formado en nosotros. Dios en Su infinita
sabiduría escogió cubrir toda la belleza interior y la gloria del
Tabernáculo con la cubierta mas simple y tosca que pudo haber
encontrado, para enseñarnos que mientras mas crecemos en Cristo,
menos vamos a buscar proyectarnos a nosotros mismos. El Señor le
habrá dado muerte a nuestro orgullo y viviremos para servir y amar a
los demás sin buscar ser servidos a cambio.
¡Qué
cambio el que miraríamos a nuestro alrededor si se viera por fuera
el Cristo que los cristianos decimos tener por dentro!
Por
otra parte. en aquellos que no acatan este mandamiento, desprecian a
los hermanos más pequeños, se enorgullecen de lo que tienen y no
comparten, son indiferentes al sufrimiento humano; todos ellos han
rechazado a Cristo, han despreciado el Reino, por lo tanto, son los
que han de ir al fuego eterno "Porque tuve hambre, y no me
disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero,
y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento,
sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te
servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en
cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí
lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la
vida eterna" (Mateo 25:42..46).
Amados
hermanos y amigos, esta es la tragedia de aquellos creyentes que se
negaron a compartir el amor, las bendiciones del Señor. ¿Cuál será
nuestra condición delante del Señor en ese momento? ¿Cómo estamos
esperando la segunda venida de Cristo? Y que no crea el inconverso
que se ha salvado, no también él, responderá a Jesucristo.
Hagamos
un alto hoy en nuestro caminar y rectifiquemos lo tengamos que
rectificar para poder estar preparados y sirviendo en todo momento y
lugar.
¿Y
tu que estas haciendo?
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