Mateo 7:5 ¡Hipócrita! Saca Primero La Viga De Tu Ojo Y...



Muchas veces tratamos de estar en paz con todos los que nos rodean, pero por mucho que intentemos llevarnos bien con todos, no crear conflictos y provocar problemas, siempre hay alguien de nuestro entorno que habla mal de nosotros.

Pero eso no te debe preocupar, siempre habrá a quien no le gusta como somos, no te vuelvas una persona triste o abatida por ese tipo de amistades, deja pasar el tiempo que es el mejor juez y verás que las cosas caerán por su peso.

Un hipócrita puede ser una imitación muy perfecta de un cristiano. Profesa conocer a Dios, hablar con El, dedicarse a su servicio. Invoca su protección, practica la oración, o por lo menos lo finge; sin embargo, la moneda falsa, más hábilmente hecha, falla en alguna cosa y puede ser descubierta por ciertas señales.

Hipócrita proviene de la palabra griega hypokrites y se refiere a alguien que actúa o finge. Era costumbre de los actores griegos y romanos cubrir sus rostros con grandes máscaras y hablar con aparatos mecánicos para aumentar la fuerza de su voz. Estos actores, que escondían sus verdaderos rostros y cambiaban sus verdaderas voces, eran llamados hypokrites o "hipócritas".

He decidido tocar este tema porque ha sido uno de los mas grandes males que ha devastado la "iglesia de Cristo" sea cual sea su denominación y no solamente a ellos sino también a muchas otros tipos de grupo por igual. Un ejemplo de esto sucede cuando alguien tiene el atrevimiento de hablar sobre algún acto ilícito o incorrecto de algún hermano; se puede entender con el siguiente ejemplo: Alguien dice: "Este hermano no esta bien lo que esta haciendo, deberíamos mostrarle su falta" (hablando de algún pecado). Y alguien le responde: "hermano, no lo juzgues, para que tu no seas juzgado". Esto tipo de comentario: provoca un callar solapado y permite injusticias, un callar que en situaciones como estas, no es correcto guardar silencio.

Para los que juzgan: primero refórmese a si mismo.

La paja hace referencia a una "astilla", esto señala cualquier falta pequeña, en contraposición con "una viga", que en sentido figurado significa la falta mucho más grande que podemos tener nosotros mismos.

La existencia de una "viga" en nuestro ojo nos hace incapaces de emitir un juicio válido, hasta no haberla sacado de nuestro ojo. No debemos juzgar duramente a nuestros hermanos o contender con ellos por faltas pequeñas, mientras nos permitimos grandes faltas. Si realmente estamos interesados en la verdad, primero debemos santificar nuestra vida. Debemos ser los principales "críticos" de nosotros mismos.

"Lo que nos molesta en otros es con frecuencia los hábitos que no nos gustan en nosotros mismos. Nuestros malos hábitos y moldes de conducta indómitos son los que queremos cambiar en otros. ¿Encuentra usted fácil magnificar las faltas de otros y no fijarse en las suyas? Si está a punto de criticar a alguien, vea si no merece usted la misma crítica. Júzguese primero y luego perdone con amor a su prójimo y ayúdelo.

"¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano." (Mateo 7:5)

Nuestro Señor usa esta enseñanza, para mostrar la absurda inconsecuencia de este comportamiento. El término "hipocresía", con el cual, ataca esta conducta, consiste en fingir sentimientos y cualidades que realmente no se experimentan. Es así, que el hipócrita pretende tener un "celo santo" y una "actitud compasiva", mientras permite faltas peores y pecados sin el deseo de ser corregidos. Dice también que está preocupado por el estado de su hermano, aunque la realidad, es que está contento de haberle descubierto en algo incorrecto.

Esto trasladado al trabajo suele ser muy similar, el hipócrita pretende tener un "interés profesional" y una "actitud compasiva", mientras se permite faltas peores y errores sin el deseo de ser corregidos, se endiosa a si mismo, solo él o solo ella, pueden. Dice también que está preocupado por sus compañeros, aunque la realidad, es que está contento de haberles descubierto en algo incorrecto y lo que es peor son muchas veces las incorrecciones inventadas en la mente del hipócrita.

"Sólo el que se juzga celosa y severamente a sí mismo es competente para reprender a otros. Estas personas no sólo serán tardas para asumir el cargo como censuradoras de sus vecinos, sino que, cuando sean enfrentadas a hacerlo, lo harán con moderación, no exageradamente; con amor, no con severidad".

El Señor hace un llamado claro de "quitar la viga", es decir, no podemos quedarnos con esa actitud pecaminosa, debe ser eliminada de nuestro carácter, eso permitirá que podamos ser de verdadera ayuda a otros. Este proceso puede ser molesto y doloroso, pero necesario.

Jesús dice que no debemos entregar cosas santas a personas impuras o impías. Es pérdida de tiempo tratar de enseñar conceptos santos a personas que no quieren escuchar y que despreciarán lo que digamos. No debemos dejar de predicar la Palabra de Dios a los que no creen, pero debemos ser sabios y discernir qué enseñar y a quién para no desperdiciar nuestro tiempo. Generalmente el hermano hipócrita, se escuda en el hecho de ser cristiano, dejando con ello por lo mas bajo su reputación y aun así no se da cuenta.

Esto no es sólo para los no creyentes, sino con los creyentes. Pablo lo dijo, había cosas que no podía compartir con aquellos que hasta ahora ingerían leche espiritual (I Corintios 3:1..2), o sólo podía hablar algunas cosas con los que habían alcanzado madurez (I Corintios 2:6, Hebreos 5:14)

La hipocresía y nuestra carne muchas veces nos lleva a ocultar nuestro enojo; y entonces se expresa en chismes, en enfermedades físicas, en depresión y en muchas otras formas. Dios nos llama a expresar nuestro enojo de una manera constructiva, buscando siempre la reconciliación. Para lograr esto, tenemos que saber que: Nuestra carne nos lleva a quedarnos enojados; Dios nos llama a resolver el enojo rápidamente, Efesios 4:26..27 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”

¿Alguna vez han visto a un niño con una cobija favorita? Dondequiera que va, esa cobija le acompaña. Si alguien le trata de quitar esa cobija, verá a un niño muy llorón. Esa cobija le da seguridad al niño. Existe un personaje te tira cómica inspirado en ello.

El enojo puede llegar a ser como esa cobija para nosotros. Nos hace sentir justificados, porque si estamos enojados con alguien, entonces nos sentimos la víctima.

El enojo llega a ser como una droga. Cuando el drogadicto se retira de su droga, sufre mental, emocional y físicamente. Del mismo modo, podemos llegar a ser adictos al enojo, a tal grado que vivimos siempre con un barril de enojo que explota con la más pequeña provocación.

Sabiendo que el enojo es peligroso y dañino, Dios nos llama a resolver el enojo rápidamente. Nos instruye en su Palabra a no acostarnos estando aún enojados. Cuando nos dormimos con el enojo guardado en nuestro interior, se empieza a hacer como una plancha caliente que descansa sobre una camisa blanca, deja una mancha sobre nuestra alma.

Cuando te encuentres enojado por cualquier motivo, no dejes que pase el tiempo. Encuentra la resolución. Entiéndame bien: eso no siempre significa que vas a confrontar a la persona con quien estás enojado. Lo dicho en el punto anterior no se aplica a todas las situaciones. Debemos de examinarnos para ver si estamos enojados con razón o sin razón. Puede ser que nos hayamos enojado con alguien por algo que realmente no vale la pena. Con un poco de reflexión, podemos simplemente soltar nuestra ira, dándonos cuenta de que no tiene sentido.

Este último versículo que hemos leído nos enseña dos cosas que son muy importantes. La primera es que el enojo en sí no es un pecado. Muchos creyentes se sienten culpables simplemente porque están enojados y suprimen el enojo. Esto es un error. Más bien, debemos de darnos cuenta de nuestro enojo y buscar la solución. Porque la segunda cosa que nos enseña es que el enojo es una puerta por la cual Satanás pueda entrar a nuestra vida y causar destrucción.

Si no aprendemos a manejar el enojo, actuamos entonces hipócritamente y unida la hipocresía con el enojo, podemos terminar destruyendo nuestra salud, nuestro bienestar emocional, nuestra familia y nuestra iglesia.

Dios quiere darnos la victoria. Podemos tener esa victoria en el poder del Espíritu si seguimos las instrucciones que Dios nos ha dado en su Palabra. Ahora ya sabe SIGA ADELANTE PERO NO SE ENOJE, NO SEA HIPÓCRITA.

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