En
varias oportunidades he atendido hermanos que plantean: “desde que
llegue al Señor las cosas las siento más difíciles y yo creía que
todo seria más fácil”. Muchos creen que al convertirse al
cristianismo nunca mas tendrán problemas, como si por una formula
mágica toda clase de inconvenientes fuesen a desaparecer. Pero el
Señor nos enseñó en Juan. 16:33: “en el mundo tendréis
aflicción pero confiad Yo he vencido el mundo”. Luego amados
hermanos y amigos, no es que todo va a ser color de rosas, la
diferencia estriba en que ahora, como cristianos, Cristo vive en
nuestro corazón y Él es quien se va ocupar de todas mis aflicciones
y dificultades.
¿Qué
es una aflicción?
Aflicción:
es un sentimiento de tristeza o angustia, que genera molestia, dolor
o sufrimiento físico.
Todo
cristiano tiene que estar bien en claro, tiene que entender bien, que
cada día es una batalla por Enfrentar,
Pelear, Vencer, Conquistar y Poseer.
Nunca llegaremos a la meta si no ponemos en práctica estos cinco
puntos básicos y elementales.
Enfrentar:
confrontar, encarar, contraponer, carear, indisponer, desunir,
contrarrestar, oponer, enemistarse, contender, pelear, luchar,
combatir, concurrir, desafiar, rivalizar, afrontar, apechar,
responsabilizar, hacer frente cara a cara a un peligro, problema o
situación comprometida, afrontar mis responsabilidades.
La
gran mayoría de nosotros nos quedamos a medio camino por no
practicar o ejercer esta verdad. Buscamos de mil maneras evadir
nuestras responsabilidades delegándolas a otros y luego cuando las
cosas no salen bien le echamos la culpa a los terceros.
Hay
que aprender a decir si o no en las diferentes eventualidades de la
vida, con la suficiente altura y madurez como hijos de Dios que
somos, reconociendo que en cada decisión tomada si los resultados
son buenos o malos, solamente nosotros somos los responsables.
Recuerda
la reacción de Adán cuando pecó, le echo la culpa a la mujer y la
mujer a la serpiente. Resulta mucho más fácil decir siempre si, que
dar una respuesta negativa, decimos que si a todo y a todos y luego
nos encontramos sumergidos en un montón de compromisos que no
podemos cumplir y resolver, tengamos mucho cuidado con la respuesta
que vamos a dar, es mucho mejor decir que no, cuando vemos o creemos
que no vamos a poder cumplir con algún compromiso o promesa, que
decir un si a la ligera quedando como unos irresponsables; recuerde
que el pez por su boca muere.
El no
enfrentar nuestros problemas, responsabilidades o enemigos nos
llevará abrir puertas para que el diablo haga estragos en nuestras
vidas, entre estas puertas están:
- El temor: cuando no reconocemos cualquiera de nuestras faltas y no enfrentamos sus consecuencias, esta situación nos lleva a abrir la puerta del temor y empezamos a vivir escondiéndonos de los demás; sobresaltados y perseguidos por nuestros propios miedos quedando estancados como cobardes, cuando el hombre en el principio se equivoco y sus ojos fueron abiertos, lo primero que hizo no fue buscar a Dios sino esconderse de Él.
- El chisme: una de las mejores formas para cerrar esta puerta es enfrentando ambas partes afectadas, es decir ponerlos frente a frente para que todo salga a la luz, sin buscar intermediarios. Si usted tiene algún problema con alguien no lo ande divulgando enfrente esa situación, aclárela y llegue a un acuerdo. Recuerde que nuestro único intermediario es el Espíritu Santo.
- La mentira: cuando no queremos hacer frente a nuestros enemigos dando la cara, abrimos esta puerta que no solo afecta nuestras vidas sino también a los que nos rodean. Nuestro cónyuge e hijos ven lo que nosotros vivimos y si alguien nos busca en nuestra casa o por teléfono y nos hacemos negar que no estamos, no solo mentimos nosotros sino que inducimos a practicar la mentira a nuestros seres queridos.
Pelear:
combatir, luchar, guerrear, contender, disputar, rivalizar,
enfrentarse, reñir, discutir, enemistarse, indisponerse, enfadarse,
afanarse, trabajar, esforzarse, lidiar, bregar resistir o trabajar
continuadamente por conseguir algo, o para vencerlo o sujetarlo.
Batallar con o sin armas o solo de palabra.
Muchos creen que tener fe en Dios es quedarse de
brazos cruzados esperando la bendición que Él tiene para nosotros.
Esto es un grave error. Hay que trabajar y resistir por conseguir la
bendición del Señor, luchando incansablemente con las armas que
Dios nos a dado, perseverando hasta obtener lo que tanto deseamos.
Se
cuenta que dos niñas, estando a varias cuadras de la escuela, oyeron
que sonaba el timbre que anunciaba la hora de entrada a clases.
Alarmadas ante la idea de llegar tarde, una de ellas dijo que iba a
arrodillarse y pedirle a Dios que la ayudase a no llegar tarde. La
otra niña con sentido más práctico, le dijo: "si quieres
arrodillarte, hazlo, pero yo voy a orar mientras corro" hay que
ponerle acción a la oración.
No
hay ningún respaldo bíblico para esperar que Dios lo haga todo y
nosotros nos quedemos de brazos cruzados. Jacob peleó por la
bendición hasta que rayaba el alba.
Vencer:
ganar, triunfar, derrotar, derrocar, someter, conquistar, dominar,
invadir, reducir, aniquilar, aplastar, subyugar, caducar, prescribir,
finiquitar, terminar, contenerse, reprimirse, dominarse, refrenarse.
Superar las dificultades, obrando contra ellos obteniendo la
victoria. Superar con paciencia y constancia un dolor, trabajo o
calamidad.
Nuestro
principal enemigo no es el diablo sino nosotros mismos, tendremos que
derrotarlo rindiendo nuestros deseos, pasiones y placeres ante el
espíritu de poder, amor y dominio propio que Dios nos ha dado.
Vencer es también cumplir a término con nuestras responsabilidades,
significa terminar aquello que comenzamos en lugar y tiempo, no
dejando las cosas a medio terminar; derrotando y echando fuera el
espíritu de mediocridad que tantas veces a dejado tan mal parado al
pueblo de Dios.
Nuestra
responsabilidad como hijos de Dios es mostrar al mundo con nuestra
vida que El esta dentro de nosotros. Dios nunca deja las cosas a
media, el no creo un medio perro, o un medio árbol o un medio ser
humano; todo lo que empezó lo terminó.
Conquistar:
invadir, dominar, apoderarse, ocupar, tomar, vencer, adueñarse,
someter, seducir, engatusar, enamorar, captar, mediante operación de
guerra un territorio, población, posición etc. Conseguir algo con
esfuerzo y habilidad. Ganar la voluntad de una persona logrando su
amor, cautivando su vida. Antes de ganar un territorio físico habrá
que ganar el territorio espiritual, puesto que la lucha no es contra
sangre y carne sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes.
La
Biblia dice: que los ángeles son espíritus ministradores al
servicio de los santos, usted y yo podemos y debemos mandar a los
ángeles que actúen a nuestro favor siempre que estemos dentro de la
voluntad de Dios.
Poseer:
es tomar como dueños legítimos ejerciendo la autoridad como tales
en un sitio, lugar, situación, o territorio que nos pertenece. Dios
le dijo al pueblo de Israel entrad y poseed la tierra que Jehová
juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a
ellos y a su descendencia después de ellos. Usted y yo debemos
establecernos e imponernos como autoridad legítima de lo que el
Señor nos a dado.
Egipto
tuvo un propósito para Israel, formarse como pueblo, fortalecerse,
enriquecerse, aprender a cuidar ganado, a trabajar la tierra, a cocer
ladrillos, forjar un carácter bajo la presión. Pero Dios extendió
los Dominios de Israel... pasando el Jordán estaba la tierra
prometida. Moverse a poseer nuevos dominios implica abandonar lo que
quizás me hace vivir una vida tranquila y conformista.
Israel
falló, físicamente salió hacia la tierra prometida, pero en su
modo de vida y de pensar siguió aferrado a las estructuras de
Egipto.
Como
seres humanos tenemos la tendencia a aferrarnos a estructuras y "las
amamos" porque nos permitieron superar cosas en el pasado,
lograr éxitos, defendernos eficazmente de agresiones, saltar
escollos y nos cuesta mucho reconocer que ya no son eficaces, nos
cuesta despojarnos de ellas y abandonarlas.
Si no
caminamos hacia lo que Dios quiere que poseamos y no cumplimos con
sus objetivos se destruye nuestra identidad y razón de ser.
No
tengamos temor ni nos desanimemos cuando las aflicciones golpeen a
nuestra puerta, sino Enfrentemos,
Peleemos, Venzamos, Conquistemos y Poseamos
cada desafío que se nos presenta, sabiendo que en Él somos mas que
vencedores.
Ahora
Que Ya Sabe Que Hacer...HÁGALO
Amen....somos más que vencedores..
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