El
desaliento es como un pulpo que amenaza, que está ahí, silencioso,
esperando con sus tentáculos prestos para atraparnos, para robarnos
la voluntad.
Es
un poderoso enemigo que acaba con cualquier individuo que no esté
alerta, que no viva activo y motivado.
El
desgano se origina cuando nos descalifican y nos inducen al fracaso,
cuando nos dicen que no podemos lograr tal o cual cosa o cuando
nosotros mismos nos convertimos en los verdugos de nuestro propio Ser
y apostamos a la desmotivación.
Es
bien sabido, que todos de una u otra manera hemos pasado alguna vez
por estas situaciones.
Cuando
Abraham Lincoln ejercía la abogacía llegó a abatirse y dijo: Me
siento el hombre más miserable del mundo. La gente grande y también
la gente común, llega a sentirse desalentada y abrumada. Juan el
Bautista, Elías, Simón Pedro y otros enfrentaron días de
depresión.
Los
psiquiatras dicen que la enfermedad predominante de nuestros días es
la depresión, que en ocasiones alcanza proporciones endémicas. Una
persona de cada diez agoniza en las profundidades de la
desesperación. Veinticinco por ciento sufre de depresión moderada.
Cada iglesia, negocio o sociedad, tiene algunas personas que ya no se
sienten en la cumbre del mundo.
Tratemos
de examinar este problema del desaliento y la depresión.
- Algunas Razones Para El Desaliento
1.-
Una fe débil permite que ocurra el desaliento: 1Samuel 27:1 dice:
Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por
la mano de Saúl...".
El
temblaba y admitía que le faltaba confianza. Dios había cuidado de
él antes. Un león y un oso se habían convertido en sus trofeos.
Hasta Goliat había caído a los pies de David. Se hizo más viejo,
más sabio y más poderoso, sin embargo, se cuestionaba si Dios
podría salvarlo de Saúl.
2.-
Los problemas nos atacan y pueden debilitar nuestra fe: Pero... ¿no
está Dios todavía con nosotros?
El
nos ha dado a Jesús... las Escrituras... al Espíritu Santo... y la
iglesia. Y aun con todo eso, la fe a menudo parece muy frágil. En
tiempos así, cuando nuestra fe se debilita, es cuando nos abatimos.
3.-
Vivir con la compañía equivocada abre la puerta al desaliento:
David enfrentó a Saúl pensando que le favorecía mas el fugarse a
la tierra de los filisteos. Los filisteos eran enemigos de Dios, ¡y
también de David! Sin embargo, él vivió entre ellos por 16 meses.
La
estrategia que David usó es peligrosa. El desaliento nos susurra:
¡Deja la iglesia! ¡Vuélvete mundano! ¿Y luego qué sucede? Pues
tenemos docenas de cristianos en cada iglesia que padecen de
desaliento porque han huido al campamento de los filisteos. El
campamento enemigo no es lugar para el pueblo de Dios.
4.-
Una gran pérdida o retroceso producen desaliento: Mientras David
vivía entre los filisteos decidió atacar otra fuerza enemiga
cercana. Mientras estaba fuera los amalecitas atacaron su campamento
y se llevaron a los familiares de David y de sus hombres. El
campamento de David fue quemado y él sufrió una gran pérdida.
5.-
El desaliento nos ataca cuando perdemos lo que llamamos nuestro:
Problemas financieros, separación familiar, muerte y la pérdida de
la salud hacen que la gente se sienta desalentada. Las inundaciones
barren las tierras agrícolas y destruyen las ciudades. La enfermedad
devora lo que tenemos y la depresión nos sobreviene.
6.-
La crítica trae desaliento: Los soldados de David empezaron a
criticarlo cuando perdieron sus familias y sus bienes. Culparon a
David por lo que el enemigo había hecho. Quisieron apedrearlo y
David se angustió mucho (1 Samuel 30:6)
Una
manera rápida de desalentar a otro es criticándolo. Vuélvase
quisquilloso... encuentre faltas... quéjese... sea negativo...
enójese. Señale las faltas de los demás, ¡y entonces se hundirán!
Mark Twain, un famoso humorista y autor, se casó con una cristiana
radiante. El empezó a criticar la fe de su esposa, su Biblia, su
iglesia. Los años pasaron. La esposa enfermó gravemente. Durante su
fatal enfermedad, Mark Twain le dijo: Querida, ten fe. Confía en el
Señor. ¡Cree! Ella le contestó, No puedo. ¡Hace mucho que
destruiste mi fe! Seamos cuidadosos en la manera de tratar a los
miembros de nuestra iglesia, a nuestras familias y a nuestros
vecinos.
- Podemos Descubrir Un Remedio Para El Desaliento
1.-
La fe en Dios es fundamental para la recuperación: 1 Samuel 30:6
dice: “mas David se fortaleció en Jehová su Dios”. Piense en la
grandeza de Dios. En Su bondad, en Su poder, en Sus provisiones.
Pidámosle que renueve nuestra fe y nuestra confianza.
2.-
También podemos usar el recurso de la oración: 1 Samuel 30:7,8 dice
que David le pidió a Abiatar que trajera el efod. Esa vestimenta
como chaleco era usado por los sacerdotes cuando oraban. David
consultó a Jehová.
Nosotros
también podemos. Si tenemos problemas y estamos desalentados debemos
probar el sendero de la oración. Muchas personas han sido alentadas
y dirigidas al camino de regreso por la oración. Como David
necesitamos orar si queremos la victoria sobre la desesperación.
3.-
Necesitamos ir a trabajar: David recibió órdenes directamente de
Dios. El le dijo: Ve tras esos amalecitas que han invadido tu
campamento.
Cuentan
que un equipo de fútbol estaba perdiendo un partido. El entrenador
del equipo que perdía se mantenía gritándole a sus jugadores,
¡Pásenle la pelota a Jorge! Ellos le gritaron en respuesta: ¡Jorge
dice que no quiere la pelota! Todos debemos tener la pelota y entrar
en el juego. El hogar necesita la cooperación de cada miembro. Un
negocio necesita del apoyo de los obreros. Una iglesia necesita a
todos sus miembros para contribuir a su bienestar. El trabajo es
vital para recuperarse de la depresión.
Al
trabajar descubrimos ayuda de fuentes inesperadas. Los 400 hombres de
David cruzaron el torrente de Besor dejando atrás 200 soldados
agotados. Mientras los 400 soldados perseguían a los amalecitas
encontraron a un egipcio que había sido abandonado por los
amalecitas para que muriera (1 Samuel 30) Le dieron agua, pan, pasas
y masa de higos secos. Entonces él le dijo a los hombres de David a
dónde se habían ido los hombres con toda la gente y las posesiones
de David. David y sus hombres alcanzaron al enemigo y recuperaron
todo lo que les pertenecía.
4.-
Necesitamos darle la gloria a Dios: David dijo: Jehová,... nos ha
guardado, y ha entregado en nuestras manos a los... que vinieron
contra nosotros (1 Samuel 30:23) David le dio la gloria a Dios.
¡La
recuperación esta en camino! Tomémosla y alabemos al Señor juntos.
Puesto que Dios es triunfante, podemos tener recuperación. Tenemos
un camino para salir de la depresión y del desaliento. ¡Vivamos en
el camino elevado de ahora en adelante!
Pero
recuerda el consejo de Dios fue “ponte a Trabajar”... ponte a
hacer algo, a ordenar algo, a ayudar en algo... pero OCÚPATE
EN ALGO.
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