Durante
más de tres años la sequía había azotado la tierra de Samaria. El
rey Acab y su esposa Jezabel sentían la presión social del pueblo
hambriento y para colmo de males, aquel provocador profeta Elías
buscaba el enfrentamiento.
Los
sacerdotes de Baal y miles de personas se reunieron en el monte
Carmelo. Estaban desesperados por agua y lo mismo sentía la
agrietada tierra. Después de tres años sin lluvia, todos los
arroyos se habían secado y la mayor parte de la vegetación dejó de
existir. Así que Elías los desafió a pedir a sus dioses que
intervinieran y Él, por su lado, pediría a Jehová.
Los
sacerdotes de Baal comenzaron con sus encantamientos, sus danzas, sus
movimientos sensuales, traduciéndose en un frenesí de gritos,
ritmos y sonidos, pero Baal seguía en silencio; ningún fuego cayó
del cielo para consumir sus sacrificios. Elías los instaba a seguir
adelante. "Quizás sus dioses están dormidos -les decía-;
Quizá están de viaje". Y las horas pasaban. El mediodía llegó
y pasó; llegó también la tarde; el día comenzó a declinar.
Finalmente, exhaustos, los sacerdotes de Baal se dieron por vencidos.
Su dios no había respondido.
Entonces
Elías reconstruyó el altar a Jehová. A su pedido, gran cantidad de
agua fue traída y derramada sobre el altar hasta que quedó empapado
y la zanja que se había construido alrededor, fue llenada de agua.
Todos observaron atentamente mientras Elías levantaba sus brazos
hacia el cielo en oración. En ese instante, ocurrió el milagro.
Desde el claro cielo azul, un relámpago de fuego descendió sobre el
altar consumiendo el sacrificio y volatilizando el agua.
El
Dios creador demostró su realidad a los adoradores de ídolos.
Después de esta demostración, Elías profetizó
que la lluvia vendría y una pequeña nube, del tamaño de la mano de
un hombre, apareció en el oeste. Luego, con fortaleza sobrehumana,
Elías corrió delante del carro del rey Acab, hasta las puertas de
Jezreel, pero después de la experiencia vivida estaba muy cansado,
exhausto. Totalmente empapado, aterrorizado por la amenaza de la
reina Jezabel, huyó durante un día entero; luego del cansancio cayó
rendido y se durmió. Dios al verlo muy cansado lo dejó dormir y más
tarde envió un ángel a despertarlo y darle algo de comer.
Elías,
todavía bastante cansado más allá de su capacidad de resistencia,
le suplicó a Dios que lo dejara morir. Pero Dios, que conoce los
límites de sus hijos, le dio fortaleza y algunos pocos encargos más
para cumplir. Más adelante, en un acto de gracia y aprecio, Dios
envió un taxi celestial para llevar a Elías a su nueva morada en el
cielo.
Elias
esta muy, pero grandemente cansado y Dios lo entendió. Dios hizo
nuestros cuerpos para que se beneficiaran con diferentes clases de
descanso. El descanso es absolutamente esencial para la salud, sin
embargo, se lo negamos a nuestros cuerpos con graves consecuencias.
Exploremos la fisiología del descanso. Cuando la comprendamos,
tendremos la capacidad para obtener el mejor beneficio de él.
Descanso
es el reposo, la quietud o la pausa que se hace en medio del trabajo
o de otra actividad. Por ejemplo: “Me tomo un descanso de cinco
minutos y sigo con el informe”, “Lamento informarles que hoy
tendremos que trabajar sin descanso para cumplir con los
requerimientos del nuevo cliente”, “Desde que empecé a leer este
libro, hace ya cinco horas, sólo me he tomado un descanso de diez
minutos”.
El descanso, por lo tanto, es lo que ayuda a
aliviar la fatiga y las dolencias físicas o morales: “La verdad
que me vino muy bien el descanso: me siento mucho mejor”, “Sahilly
tiene que comprender que necesita un descanso para recuperar
fuerzas”, “El médico me recomendó que no quite tiempo al
descanso”.
La
noción de descanso también puede utilizarse como sinónimo de sueño
(el estado de reposo uniforme del organismo, caracterizado por el
bajo nivel de actividad fisiológica), relajación (el procedimiento
que ayuda a reducir la tensión física o mental) u ocio (el tiempo
que se utiliza a discreción y no para cumplir con actividades
obligatorias).
El descanso para nuestras almas
"Así
dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las
sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y
hallaréis descanso para vuestra alma" (Jeremías 6:16).
La
señal distintiva del camino antiguo y bueno es que en él hallamos
descanso para nuestras almas. El descanso no viene de la riqueza, de
la salud, los honores o cualquier otro bien material.
"En
el buen camino" hallamos descanso si andamos por él.
1. El
camino del perdón mediante una expiación, es lo que da descanso a
la conciencia.
2. El
camino de una fe infantil y sincera en la Palabra de Dios, da
descanso al entendimiento.
3. El
camino de la confianza en Dios para nuestros asuntos, da descanso a
la mente.
4. El
camino de la obediencia a los divinos mandatos, es lo que da descanso
al alma.
5. El
camino de la comunión con Cristo da descanso al corazón.
“El
descanso hallado por andar en el buen camino" es lo mejor para
el alma.
1.
Trae satisfacción, pero no satisfacción propia.
2.
Trae un sentido de seguridad.
3.
Crea contentamiento, pero existe también el deseo de progreso.
El descanso de esta clase debe ser gozado ahora.
Por
otro lado y para hablar del descanso corporal, debemos de considerar
que si bien la productividad es importante, no existe nada mejor como
el reparador momento del buen descanso. Esos pequeños tiempos de
ocio que podemos robarle al día para callar nuestra rutina diaria
que termina causándonos un malestar interno y un ansia de estar
pensando en uno u otro problema, para aquietar a ese cerebro que no
para de pensar... nada mejor que un pequeño momento para
reconectarnos con nosotros mismos y permitirnos disfrutar de nuestra
propia compañía.
Creemos
que tenemos que estar todo el tiempo produciendo, pensando o que no
podemos dejar ni un segundo nuestras responsabilidades ni tareas,
aunque es necesario que hagamos lo que podemos con lo que tenemos, si
solamente puedes dedicarte al descanso cinco minutos entonces haz que
valgan la pena.
Creo
que no solemos ser concientes de lo importante que es relajarnos. Es
vital para nuestra salud y bienestar en general. Desde el ejercicio
físico, alimentarnos bien, dormir bien, mirar la televisión, leer
hasta charlar, todas estas técnicas encierran en sí misma un
potencial de relajación importante. Un buen momento de oración es
un excelente reparador en todo sentido.
¿Cuáles
son los beneficios de un buen descanso?
El
descanso, el momento de relax, bajará tu tensión arterial,
incrementara tu sentido del humor y estabilizará tu estado
emocional.
El
buen dormir por ejemplo, nos ayuda a tonificar músculos, nos repara.
Los momentos de ocio nos alejan del stress, del desgaste psíquico,
nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento físico y mental.
Debemos
de mantener presente y tomarlo como una obligación, el tomarnos un
tiempo especialmente para uno mismo, tener al alcance las
herramientas apropiadas para descansar ( un buen colchón, un espacio
silencioso, unos minutos que te obsequies, un precioso paisaje...)
Tienes
una especial obligación para contigo, la cual es el cuidarte, el
trabajo es vital y las tareas y obligaciones las tenemos todos, pero
jamás olvides que todo empieza por casa, si estás sereno y feliz,
podrás brindarle eso a los demás. Así que…¡a descansar se ha
dicho!
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