Si quieres conocer la calidad de un cristiano,
observa en él, si cumple con pagar sus impuestos del mundo y si
cumple con la entrega del diezmo en su iglesia, ambos son leyes.
Siempre me ha molestado el cristiano que busca las mil y una formas
de evadir los impuestos personales y empresariales cuando así les
toca y mucho más cuando evaden su diezmo.
En Mateo 17:27 Jesús manda a Pedro ir a pescar un
pez, con la moneda que encontrase en la boca del primer pez, le dice
que pague el impuesto del templo de los dos.
Jesús
tenía dinero, mucha gente le ayudaba Lucas 8:3, ¿Por qué
complicarse en enviar a Pedro al lago a pescar un pez para pagar el
impuesto? Jesús no estaba de acuerdo en pagar este impuesto, Mateo
17:26, lo hace por no ofender a nadie, el que lo haga de esta manera
tan singular, es para indicarnos algo.
Para
Dios fabricar una moneda dentro de un pez no es difícil, pero de
seguro que no fue así, pienso que eso es lo que Dios quiere
trasmitirnos. Pensemos: de seguro Dios dirigió a una persona al
lago, a buscar agua, bañarse o algo similar, Dios dispuso que esa
persona perdiese una moneda suficiente para pagar los impuestos, Dios
dirigió a un pez a confundir la moneda con comida y tragársela,
todo esto lo sabemos ahora pero no lo sabía Pedro, ¿Cómo iría
Pedro con el anzuelo en la mano? Pescar un pez que llevaría una
moneda en la boca, esto es cosa de locos, tenía un dilema,
intentarlo o desobedecer a Jesús, tuvo que ser muy largo para Pedro
el camino asta el lago, echar el anzuelo; ridículo, miraría para
todos lados, es fácil coger este pez porque debía llevar la boca
abierta y porque así lo había determinado Dios. De repente ahí
esta, el pez deja de ser pez para ser pescado y al abrirle la boca
encuentra una moneda dentro.
¿Qué
nos está diciendo a nosotros? Que aunque no le vea Dios está
trabajando a nuestro favor, si seguimos su palabra, por mucho que
caminemos encontraremos la promesa, si verdaderamente confiamos asta
el final. Si Pedro se hubiese vuelto desde la orilla por pensar que
eso era imposible, hubiese sido imposible, por tanto si tú piensas
que una palabra de Dios es imposible de cumplirse, será imposible de
cumplirse en tu vida.
Mucha
gente recibe de Dios constantemente no una, sino un chorro de monedas
pero no pagan sus impuesto y cuando les va mal, culpan a Dios de
muchas cosas, pero se les olvida que no pagaron sus impuestos y que
Dios había dado para ello.
¿Debemos
pagar impuestos?
"Paguen
a cada uno lo que le corresponda: si deben impuestos, paguen los
impuestos; si deben contribuciones, paguen las contribuciones; al que
deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor, ríndanle
honor." (Romanos 13:7, NVI)
En la
actualidad y en el mundo entero, los impuestos siguen aumentando, el
consejo de pagarlos tal vez resulte difícil de aceptar. No obstante,
dichas palabras las pronunció el apóstol Pablo. Por eso, tal vez
nos preguntemos: "¿Deben los cristianos pagar todos los
impuestos, incluso los que para algunos resulten abusivos o
injustos?".
Pues
bien, pese a saber cuán mal se sentían sus compatriotas judíos por
los impuestos romanos, Jesús dio esta exhortación a sus discípulos:
"Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios."
(Marcos 12:17). Y cabe señalar para reflexión, que Jesús recomendó
el pago de tributos al mismísimo gobierno que poco después lo
ejecutaría.
Años
más tarde, Pablo dio el consejo mencionado al principio. Instó a
pagar impuestos aunque gran parte del dinero se utilizara con fines
militares y para sufragar la vida inmoral y llena de excesos de los
emperadores romanos.
¿Por
qué adoptó Pablo una postura tan impopular?
Analicemos
el contexto de las palabras de Pablo. En Romanos 13:1..2 leemos: "1
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido
establecidas. 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo
establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean
condenación para sí mismos".
Cuando
Israel contaba con dirigentes temerosos de Dios, era fácil
considerar el apoyo económico de la nación como un deber cívico y
religioso. Pero ¿tenían los cristianos la misma obligación cuando
los regían personas no creyentes e idólatras? Claro que sí, pues
Pablo mostró que Dios les había concedido "autoridad" a
dichos gobernantes.
Los gobiernos se valen de muchos medios para
mantener el orden y eso permite a los cristianos realizar sus
actividades espirituales (Mateo 24:14; Hebreos 10:24..25). Por eso,
Pablo dijo respecto a las autoridades de su tiempo: "Es ministro
de Dios para ti para bien tuyo" (Romanos 13:4). Él mismo
aprovechó la protección de Roma. Por ejemplo, fueron soldados
romanos quienes lo rescataron cuando su vida peligró ante una turba.
Más tarde apeló a la justicia romana para continuar en el servicio
misional (Hechos 22:22..29; 25:11..12).
Por
consiguiente, Pablo dio tres razones para pagar tributos:
- En primer lugar, los gobiernos castigan con "ira" a los infractores.
- En segundo lugar, el fraude perjudicaría gravemente la conciencia del cristiano, y
- por último, los impuestos constituyen una compensación por los servicios que prestan las autoridades en calidad de "siervos públicos" (Romanos 13:1..6).
¿Se
tomaron en serio estas palabras los cristianos contemporáneos de
Pablo? Parece que sí, pues Justino Mártir, escritor "cristiano"
del siglo segundo, dijo que los cristianos pagaban sus impuestos
"antes que nadie". En la actualidad, cuando los gobiernos
exigen un pago u otra prestación, los cristianos debemos cumplir con
gusto (Mateo 5:41).
Claro
está, los cristianos tienen derecho a beneficiarse de las rebajas
fiscales, como las que se conceden a veces a las donaciones a favor
de entidades religiosas. Sin embargo, en obediencia a la Palabra de
Dios, los cristianos verdaderos no defraudan a Hacienda; más bien,
pagan sus impuestos y dejan que las autoridades asuman la
responsabilidad de cómo los emplean.
Las
pesadas cargas fiscales son tan solo un ejemplo de cómo "el
hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo" (Eclesiastés
8:9).
Nuestro
impuestos, nuestros diezmos, deben ser pagados sin bombos ni
platillos, Dios no se impresiona mucho con los shows. No se
impresiona con oraciones largas, ni con diezmos grandes, ni tampoco
con caras tristes durante el ayuno. Por esto fue que Jesús usó la
ilustración del Fariseo y la Oración, al dirigirse a un grupo de
personas que les gustaba andar declarando las cosas buenas que
hacían.
Hay
cristianos que son espirituales en apariencias solamente. Son
personas que todavía no han entregado en verdad su corazón a Dios.
Buscan la admiración de los demás, les gustan los títulos, las
posiciones visibles en la iglesia y piensan que por que hacen cosas
visiblemente buenas, tienen derecho a juzgar a otros. ¿Para que
necesita una persona como esta a Dios si ya se esta justificando a sí
mismo? Lamentablemente el orgullo ocupa demasiado lugar en el corazón
de esos cristianos.
Tenemos
que tener cuidado de no ser como esos cristianos, que yo sé que
usted los conoce e identifica. Que nuestra intención siempre sea
glorificar a Dios en todo lo que hagamos y digamos. Cuidado con
pensar que estas por encima de otra persona debido a tu nivel
espiritual. Solo Dios conoce el corazón de una persona. Lo increíble
es que Dios en cambio enaltece a los humildes.
Puntos
clave para recordar:
- Dios no se impresiona con los shows.
- Un corazón humilde es atractivo para Dios.
- El que se enaltece, será humillado.
- El que se humilla será enaltecido.
- Dad al Cesar lo que es del Cesar
- Dad a Dios lo que es de Dios.
Y
tu... ¿Ya estas cumpliendo? Y
si no regresa a la pagina anterior y lee Romanos 13:2
Agradezco a Dios por guiarme a esta pagina donde encontrado respuesta y llamado a hacer lo que me toca, justo ahora estoy con una tribulación por no hacer lo que me toca pero se que confiado en Cristo y reconociendo mis faltas Dios me llevara por el camino correcto para hacer lo que me toca y mantenerme firme ahi.Gracias Dios y gracias Pastor.
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