Sobre El Desaliento



La gente grande y también la gente común, llega a sentirse desalentada y abrumada. Juan el Bautista, Elías, Simón Pedro y otros enfrentaron días de depresión. Los psiquiatras dicen que la enfermedad predominante de nuestros días es la depresión, que en ocasiones alcanza proporciones endémicas. Una persona de cada diez agoniza en las profundidades de la desesperación. Veinticinco por ciento sufre de depresión moderada. Cada iglesia, negocio, o sociedad, tiene algunas personas que ya no se sienten en la cumbre del mundo.

Cierta vez se corrió la voz que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus herramientas al mejor postor. En la noche de la venta, estaban todas las herramientas dispuestas en forma que llamaran la atención y eran un lote siniestro: odio, celos, envidia, malicia, engaño... además de todos los implementos del mal. Pero un tanto apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado, como si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de todos. 

Alguien le pregunto al diablo cual era el nombre de la herramienta "Desaliento" fue la respuesta.

"¿Por qué su precio es tan alto?" le preguntaron. "Porque ese instrumento" -respondió el diablo- "me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano cuando todos los demás me fallan y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Esta muy gastado porque lo uso casi con todo el mundo y como muy pocas personas saben que me pertenece, puedo abusar de él.

El precio de desaliento era tan, pero tan alto que aún sigue siendo propiedad del diablo...

1.- Podemos Descubrir Las Razones Para El Desaliento

Una fe débil permite que ocurra el desaliento: 1Samuel 27:1 dice: David dijo en su corazón: "Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl...". El temblaba y admitía que le faltaba confianza. Dios había cuidado de él antes. Un león y un oso se habían convertido en sus trofeos. Hasta Goliat había caído a los pies de David. Se hizo más viejo, más sabio y más poderoso, sin embargo, se cuestionaba si Dios pudiese salvarlo de Saúl.

Los problemas nos atacan y pueden debilitar nuestra fe: Pero, ¿no está Dios todavía con nosotros? Él nos ha dado a Jesús... las Escrituras... al Espíritu Santo... y la iglesia. Y con todo, la fe a menudo parece muy frágil. En tiempos así, cuando nuestra fe se debilita, es que nos abatimos.

Vivir con la compañía equivocada abre la puerta al desaliento: David enfrentó a Saúl conviviendo con los enemigos, los filisteos. Los filisteos eran enemigos de Dios, ¡ytambién de David! Sin embargo, él vivió entre ellos por 16 meses. La estrategia que David usó es peligrosa. Nos susurra: ¡Deja la iglesia! ¡Vuélvete mundano! ¿Y luego qué sucede? El resultado probable es el desaliento o la depresión. Tenemos cristianos en cada iglesia que padecen de desaliento porque han huido al campamento de los filisteos. El campamento enemigo no es lugar para el pueblo de Dios.

Una gran pérdida o retroceso producen desaliento: Mientras David vivía entre los filisteos decidió atacar otra fuerza enemiga cercana. Mientras estaba fuera los amalecitas atacaron su campamento y se llevaron a los familiares de David y de sus hombres. El campamento de David fue quemado y él sufrió una gran pérdida.

El desaliento nos ataca cuando perdemos lo que llamamos nuestro: Problemas financieros, separación familiar, muerte y la pérdida de la salud hacen que la gente se sienta desalentada. Las inundaciones barren las tierras agrícolas y destruyen las ciudades. El fuego devora lo que tenemos y la depresión nos sobreviene.

La crítica trae desaliento: Los soldados de David empezaron a criticarlo cuando perdieron sus familias y sus bienes. Culparon a David por lo que el enemigo había hecho. Quisieron apedrearlo y David se angustió mucho (1 Samuel 30:6) Una manera rápida de desalentar a otro es criticándolo. Vuélvase quisquilloso...encuentre faltas... quéjese... sea negativo... enójese. Señale las faltas de los demás, ¡y entonces se hundirán! 

2.- Podemos Descubrir Un Remedio Para El Desaliento

La fe en Dios es la piedra fundamental para la recuperación: 1 Samuel 30:6 dice: “...mas David se fortaleció en Jehová su Dios” Piense en la grandeza de Dios. En Su bondad, en Su poder, en Sus provisiones. Pidámosle que renueve nuestra fe.

Podemos usar el recurso de la oración: 1 Samuel 30:7,8 dice que David le pidió a Abiatar que trajera el efod. Esa vestimenta como chaleco era usado por los sacerdotes cuando oraban. David consultó a Jehová. Nosotros también podemos. Si tenemos problemas y estamos desalentados debemos probar el sendero de la oración. Muchas personas han sido alentadas y dirigidas al camino de regreso por la oración. Como David necesitamos orar si queremos la victoria sobre la desesperación.

Necesitamos ir a trabajar: David recibió órdenes directamente de Dios. El le dijo: Ve tras esos amalecitas que han invadido tu campamento. Un equipo de fútbol estaba perdiendo un partido. El entrenador del equipo que perdía se mantenía gritándole a sus jugadores, ¡Pásenle la pelota a Jorge! Ellos le gritaron en respuesta: ¡Jorge dice que no quiere la pelota! Todos debemos tener la pelota y entrar en el juego. El hogar necesita la cooperación de cada miembro. Un negocio necesita del apoyo de los obreros. Una iglesia necesita a todos sus miembros para contribuir a su bienestar. El trabajo es vital para recuperarse de la depresión.

Al trabajar descubrimos ayuda de fuentes inesperadas. Los 400 hombres de David cruzaron el torrente de Besor dejando atrás 200 soldados agotados. Mientras los 400 soldados perseguían a los amalecitas encontraron a un egipcio que había sido abandonado por los amalecitas para que muriera (1 Samuel 30) Le dieron agua, pan, pasas y masa de higos secos. Entonces él le dijo a los hombres de David a dónde se habían ido los hombres con toda la gente y las posesiones de David. David y sus hombres alcanzaron al enemigo y recuperaron todo lo que les pertenecía.

Necesitamos darle la gloria a Dios: David dijo: Jehová,... nos ha guardado, y ha entregado en nuestras manos a los... que vinieron contra nosotros (1 Samuel 30:23) David le dio la gloria a Dios.

Para concluir: Somos todos individualmente únicos, por lo tanto aunque realizáramos las mismas tareas produciríamos resultados diferentes. Que otro obtenga mejores resultados que tú no significa nada, tu debes disfrutar lo que estás obteniendo aunque sea poco, la ganancia mayor ya llegará.

Finalmente: Plantéate todo lo que has aprendido en el camino. Traza una línea imaginaria y trata de verte cuando comenzaste, escríbelo si hace falta, anota en un papel sobre los temas nuevos que antes ni conocías, sobre las actividades que ahora realizas y antes no lo hacías, ese es tu capital esa es por ahora tu ganancia. Cuantifica lo que has aprendido y no te fijes en los resultados, cuando dejes de pensar en los resultados estos comenzarán a llegar.

Muchas veces podemos hacer poco para cambiar las circunstancias, pero si podemos hacer algo para cambiar nuestra actitud. 

El desaliento ha hecho mucho más que cualquier otro agente para malograr los esfuerzos de la raza humana, estropear muchas vidas y truncar no pocas carreras. 

Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible.

En el Nombre de Jesús “Tu Puedes”

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