Hace algún tiempo recibí un correo que decía
mas o menos así: Buen día Pastor: Es un gran placer saludarlo. Hace
muchos meses un mi amigo me unió como destinatario de sus correos
que publica y me han sido de mucha ayuda. El estudio que
recientemente publicó, me toco profundamente, pues tengo problemas.
Quiero contarle que mis problemas son las deudas, debo impuestos
atrasados, tengo unas obligaciones atrasadas y le confieso que tome
parte de un dinero que era para cubrir el pago de una obligación de
uno de mis clientes, por supuesto que sé que puedo reponerlo con los
ingresos que genere en ventas, pero no me siento bien seguir en esto.
Yo quiero ser un hombre solvente, pero como le hago pastor!!!!!!
Quiero cambiar, lo intento pero siento que me resbalo, Podría
ayudarme!!! con un consejo o palabra del Señor!!! perdone haberle
contado esto pero siento confianza ventilar mi corazón.. Estoy en
espera de su grata respuesta,
En su oportunidad y después de haber pasado una
semana el correo fue respondido, pero me queda la inquietud y
rebuscando en archivos encontré este relato:
Rectificó
la cuenta. Apunto cuidadosamente en una libreta que tenía junto al
computador, pensó por unos instantes y finalmente volvió a activa,
con sumas, la calculadora electrónica. Se quedó mirando la tirilla
de papel impresa y murmuró: "Nuevamente pasó inadvertido el
desfalco".
Desde
hacia nueve años trabajaba como encargado de la bodega de una gran
distribuidora de medicamentos. Diariamente movían millones de pesos.
La demanda de los fármacos en la provincia era tal, que muchas veces
enviaban remesas bajo la confianza de que él haría bien su trabajo.
La decisión de comenzar a sacar dinero entre despacho y
despacho de remedios, la tomó el día que, yendo a pie hasta su
casa, se topó con un hermoso automóvil rojo, como el que siempre
había soñado. Imaginó cómo se sentiría paseando junto con su
esposa y los hijos por las calles de la ciudad, un soleado atardecer.
"Sería fantástico", murmuró.
Desde
entonces comenzó a sacar "de a poquito". Peso a peso y
como dicen un dicho “de grano en grano llena la gallina el buche",
fue haciéndose del dinero para comprar el carro, luego un
apartamento y en menos de año y medio, logro aumentar el saldo de su
cuenta bancaria. ¡Nadie descubría nada!
Sin
embargo, le pesaba la conciencia. Era como alguien que se acercaba a
su oído para decirle una y otra vez: "Mira lo que haces:
robando a la empresa. ¿No te avergüenza fallarle a tus jefes?¿Qué
dirán tu esposa y tus hijitas si se enteran? Eres malo, muy malo!"
Esos pensamientos lo perseguían como una sombra.
Desesperado,
tomó la decisión de vender sus propiedades, reunir dinero, hacer un
préstamo y completar la cantidad que había sustraído. Compartió
con su esposa la gravedad del asunto y finalmente se reunió con el
gerente, para ponerlo al tanto. ¡Le pagó hasta el último peso y
estaba preparado para una demanda penal!
"Valoro
que haya dicho toda la verdad", le dijo el jefe y horas después,
tras reunirse con los abogados, le anunció: "No lo demandaremos
ante la justicia. Legalmente, saldrá sin un peso de prestaciones
sociales. Espero que comience una nueva vida".
No
fue a la cárcel. Conseguir un nuevo empleo le costó esfuerzo. Lo
consiguió. Como despachador de autobuses. Tiene claro que es mejor
vivir con poco, pero honradamente, pero con abundancia producto de la
ilegalidad; además, comprobó la validez el principio Escritural:
"El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los
confiesa y se aparta alcanzará misericordia." Proverbios 28:13.
De
pasos hacia el cambio
Si
nos asiste el propósito de cambiar, estamos llamados a examinar tres
áreas fundamentales:
- Determinar en qué estamos errando
Cuando
estamos o vamos a un lugar y en el ambiente un olor acre, nuestra
primera reacción es de desagrado, pero al correr del tiempo nos
acostumbramos. Termina por no afectarnos. De igual forma sucede con
el pecado; al comienzo nos causará cierta intranquilidad, pero
persistiendo en él, pasado un tiempo nuestra conciencia se
cauteriza.
En
nuestras fuerzas y razonamiento, no es fácil reconocer las fallas
propias. La Biblia lo enseña así en Jeremías 17:9..10: "Engañoso
es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el
corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de
sus obras."
Por
esa razón es ineludible el que hagamos un alto en el camino y nos
evaluemos. Sin duda nos daremos cuenta que estamos cometiendo errores
en nuestra relación con Dios, en nosotros mismos y por consiguiente,
con nuestra familia y aquellos que están a nuestro rededor.
- Aceptar que no logramos nada a favor
Con
la anterior manera de actuar, lógico es, no llegaremos a ninguna
parte. El pecado no conduce a nada bueno; es como una espiral sin
fondo. Por ese motivo, si está motivado a cambiar, reconozca que
debe cambiar de dirección tal como recomendó el rey Salomón en
Proverbios 14:15: "El simple todo lo cree; mas el avisado mira
bien sus pasos."
Una
vez que tenemos el conocimiento de que el camino en el que nos
estamos movilizando no es el apropiado, que a causa de ello, nos
causamos y dañamos a los demás, es importante asumir la necesidad
de reorientar nuestro andar, como lo aprendemos en la Biblia: "El
avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el
daño." Proverbios 22:3
Si
hemos llegado hasta aquí, entonces ahora hay que tomar la decisión
valiente, esa decisión que va a traer la bendición de Dios y esa
es...
- Definirnos firmemente en la acción a cambiar
Parte
del cambiar, es acercarnos mas a la lectura bíblica y si nos tomamos
un tiempo para leer el capítulo 15 de Lucas, encontraremos la
historia del hijo pródigo. Se apartó de su padre, desperdició su
vida, la salud y los recursos que tenía con aquel comportamiento
insensato, desenfrenado. Pero un día se hizo una evaluación
personal, que le permitió el descubrir que iba en un mal, malísimo,
camino que lo llevaría al abismo... "Y volviendo en sí, dijo:
!!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y
yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le
diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno
de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros."
Lucas 15:17..19)
Arrepiéntase.
Todo puede ser diferente en su existencia. Recuerde: ¡Usted tiene la
oportunidad de cambiar y emprender una nueva vida! Basta que
reconozca delante de Dios su pecado, se arrepienta, reciba o reavive
a Jesucristo en su corazón y se comprometa, radicalmente, a
renunciar a todo aquello que le ata a sus pecados de maldad. No es en
sus fuerzas sino en las de Dios. Y si lo hace, Usted, podrá
comprobar que si puede. Este es un problema que SOLO usted lo podrá
solucionar.
¡Tome
la decisión hoy!
Partiendo
de que Usted ya esta plena y firmemente sabedor de lo mal que anda
caminando, entonces la decisión de cambiar debe tomarla hoy. No deje
pasar la oportunidad que Dios le ofrece. Recuerde que gracias al
sacrificio del Señor Jesús en la cruz, toda su maldad quedó
borrada. Es un regalo para su existencia, pero es usted y nadie más
que usted, quien debe tomarlo de manos del Padre celestial.
¿Cómo
hacerlo? Es sencillo, en oración dígale: "Señor Jesucristo,
reconozco que he pecado. Quiero cambiar. Ayúdame porque en mis
fuerzas me resulta imposible. Te recibo o reavivo en mi corazón. Haz
de mí la persona que tú quieres que yo sea. Amén".
Y
después de lo anterior póngase a trabajar, porque Dios lo perdono,
pero a igual que a la adultera le dice, ¡Vete y NO peques mas!
Si tomó esta decisión, lo felicito. Es el mejor
paso que puede haber dado. No se arrepentirá. Tengo tres
recomendaciones para usted.
- La primera, que comience a orar. Orar, recuérdelo, es hablar con Dios. Él le fortalecerá para vencer la tentación que le lleva al pecado.
- La segunda, lea la Biblia. Allí encontrará principios dinámicos y de éxito que le ayudarán en su crecimiento personal y espiritual, y
- La tercera, comience a congregarse y a tener vivencia en una iglesia cristiana evangélica. Junto con otros creyentes, podrá avanzar en su crecimiento, en todos los órdenes. Si Puedes, Bendito Eres.
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