Hablemos del Respeto

El respeto o reconocimiento es la consideración de que alguien o incluso de instituciones humanas tales como gobiernos, escuelas, universidades, empresas, matrimonios, hogares, iglesias, etc.; tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidad: respeto mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.

El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo en una reunión

Significa valorar a los demás, acatar su autoridad y considerar su dignidad. El respeto se acoge siempre a la verdad; no tolera bajo ninguna circunstancia la mentira y repugna la calumnia y el engaño"

El respeto exige un trato amable y cortés; el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía absoluta de transparencia.

Tristemente, abrumadoras evidencias atestiguan a que la "tasa de respeto" ha bajado, en el presente, en las culturas de Occidente, a un nivel peligroso, aun peligrosísimo. Estamos presenciando, y experimentando, con no poco dolor y consternación, el desarrollo de nuevas generaciones en las que un porcentaje alarmante de sus integrantes no respeta a nadie, ni siquiera a Dios mismo.

Son como el juez, de la parábola de la viuda y el juez, según Lucas 18:1..8. Aquel juez malo dijo: "...ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre". En el presente, muchísimos adultos, adultos jóvenes, adolescentes y aun niños chiquitos presentan esa misma mentalidad agresiva y fría. No temen a Dios, pese a que afirmen lo contrario, ni respetan a hombre alguno.

Esta creciente "falta al respeto" se atribuye, en gran parte, al mal ejemplo de personas adultas tales v como:
* Políticos, policías, empresarios, ejecutivos y oficiales de toda categoría, corruptos, deshonestos, inmorales.
* Padres blandengues o malos, viciados, abusivos, crueles.
* Maestras y maestros ineptos, de mal carácter, de mala conducta, aun en el salón de clases.
* Y todavía peor, hay que añadir al listado sacerdotes, pastores, predicadores y evangelistas pederastas, adúlteros, avaros, mercenarios.

La palabra respeto está de moda. La escuchamos en el mercado, en los discursos, en las convocatorias, en las iglesias, en todas partes. Todos hablamos de tolerancia y respeto, queremos sentirnos personas cultas y educadas, que no reaccionamos con violencia ni grosería cuando alguien piensa o actúa de manera distinta a nosotros.

Pero, amados hermanos y amigos, señalar y acusar a los tales no justifica el que uno mismo no tenga siempre un alto nivel de "respeto" en su corazón, mente y espíritu.

De hecho, si quiero que haya más respeto en el mundo, me incumbe comenzar por respetarme a mí mismo, cosa que no hacen muchos y luego tratar con respeto a los demás, lo merezcan o no.

Con esta salvedad: de respetar a todo ser humano, de tratar a todos con deferencia, aun con reverencia; amar a todos, aun a los que toman la postura de enemigos, es lo que hace el cristiano maduro en el contexto espiritual, sin implicación alguna de que apruebe actitudes o acciones dañinas, pecaminosas.

El respeto no significa dejar a los demás que hagan lo que les venga en gana. Hay cosas que se deben prohibir y asuntos que se deben corregir, a las cuales por el bien personal y el bien social respetar.

El "respeto mutuo de los cónyuges en el matrimonio" es vital para el éxito matrimonial y la mutua felicidad. Pablo, escribe a los casados: "Por lo demás, cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido" (Efesios 5:33). Qué le demuestre respeto en su forma de dirigirle la palabra y por medio de cualquier acción que lo afecte. Desde luego, al marido le es imposible amar "a su mujer como a sí mismo" si no la respeta y por consiguiente, no solo ha de respetar "la mujer... a su marido" sino que el marido ha de reciprocar, hasta con creces, el respeto tributado por su esposa a él.

Todos, independientemente de estar casados o no debe respetarse a sí mismo como ser proveniente de Dios. Como "espíritu" venido de Dios y engendrado por Dios, el "Padre de los espíritus" (Hebreos 12:9).

Todos estamos en la obligación de respetar cada uno su propio cuerpo físico. Respetar el cuerpo físico del otro. Porque el cuerpo humano, siendo la creación suprema del Dios Creador, posee un grado de "excelencia" que merece respeto.

El cuerpo físico del ser humano amerita "gran respeto" no solo por su maravillosa forma y fabulosa constitución sino también por su grandiosa función como morada del alma y "templo del Espíritu Santo". "¿O ignoréis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" (1 Corintios 6:19).

El respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros esta equivocado; esta bien los que están de acuerdo con nosotros, sino lo están; creemos que ellos están mal en su forma de pensar, pero quien asegura que nosotros somos los portadores de la verdad, hay que aprender a respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás.
Pero no solo a las personas se les debe el respeto más profundo sino todo aquello que nos rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y la gran ballena, a los ríos, lagos y mares. Todo como parte de la creación se lo merece.

Que pobre alma es aquella que no puede respetar, a los animales y a las plantas, a los ríos y lagos, al más humilde de los hombres, al pequeño que camina delante de él, a la mujer con la que comparte su vida, a aquellas con las que se relaciona, al hombre que lo cree menos por tener incapacidades físicas, al basurero que por sucio y humilde que sea su trabajo, sin el su vida seria un basurero, al engreído por que gracias a él, al conocerlo puedes evitar ser como él. Al feo por que te ayuda a comprender que la belleza se encuentra en el alma, al ignorante por que sabes que es el comienzo de la sabiduría.

Pero a veces se pierde el respeto a alguien ya sea por que lastimo a alguien de cualquier forma o por varias razones, casi se es inevitable, pero a lo que concierne este comentario, es solo para mencionar que cuando algo así pasa, se debe mantener ese respeto hasta donde sea prudente conservarlo si se tiene que actuar de una forma por demás imperiosa para resolver ese asunto aunque sea, algo reprochable ante los demás, hágalo y si ya intento varios medios y no logro esa armonía, haga lo que tenga que hacer, que en nada es reprochable pues se tiene el derecho de tratar de convivir en paz.

Pero le recuerdo que hay otra opción, aprenda a perdonar, porque a Dios le pedimos perdón cuando lo irrespetamos y su oración modelo dice: "y perdona como nosotros perdonamos". Espero este comentario no sea mal interpretado pues es muy susceptible de entenderse mal, pero espero me entienda.

El respeto, debe ser base de nuestra de relación con los demás, sería una agradable forma de conducirse por la vida, pero aunque lo parezca, respetar a los demás es relativamente difícil. Por la forma en que se nos ha educado a relacionarnos con los demás, que a veces tritura esta virtud desde sus comienzos, pero trate de cultivar en su corazón el respeto, poco a poco, aliméntelo con el ejercicio constante del mismo y vera lo bien que se sentirá consigo mismo. A veces tambaleara y pensara que no lo logra, pero manténgase firme y al final Dios sabrá recompensar su esfuerzo, hay tanto en la palabra sobre el respeto y en su ejercicio, que preferiría lo meditara usted mismo y saque sus propias conclusiones, pues ellas se merecen toda su atención


Y recuerda, que a igual que Cristo Jesús, un amigo te quiere, te apoya, te ayuda, pero sobretodo, te respeta. Y tu, respeta para ser respetado

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