Iniciaremos
con esa bella fábula llamada El Burro Flautista:
Cerca
de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad.
Una flauta en ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por
casualidad. Acercóse a olerla el dicho animal, y dio un resoplido
por casualidad. En la flauta el aire se hubo de colar, y sonó la
flauta por casualidad.
"¡Oh!,
dijo el borrico, qué bien sé tocar! ¿Y dirán que es mala la
música asnal?"
Sin
reglas del arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad.
Que
gran verdad, “sin reglas del arte, el que en algo acierta, acierta
por casualidad” cuantos hay que siendo macetas, floreros se creen
solo porque albergan flores. Cuidado que el que nace maceta no pasa
del corredor.
Para
solucionar la anterior problemática, es fundamental estar abierto a
entender y para ello, uno de los principales obstáculos es el miedo
a sentirse torpes, por ejemplo cuando no se pregunta por temor a
hacer el ridículo o a ser considerado ignorantes. Es muy importante
resolver ese temor, pues la mente tiene que partir de ese estado de
no saber para entender cosas nuevas.
En
una ocasión dando un seminario sobre lo anterior, al terminar la
charla, uno de los asistentes se acercó hasta la mesa y dijo:
- Me
gustaría hacerle una pregunta.
-
Adelante.
- En
mi caso yo no creo tener miedo a no saber o a que me vean ignorante,
soy profesor en la universidad, me muevo en los ámbitos del
conocimiento. Aún así, ¿cómo puede uno descubrir si tiene ese
problema?
- En
su caso, ¿por qué no hizo esta pregunta en el turno de preguntas?
-
Pues... -se puso colorado, él mismo se dio cuenta de la respuesta-.
Entendido, muchas gracias.
La
mayoría de las personas temen sentirse ignorantes, especialmente
frente a los demás, pero también consigo mismos. Si en un momento
dado se equivocan o actúan torpemente, suelen criticarse, se
castigan con pensamientos como "que tonto soy", "eres
un torpe"..., y sufren la ira asociada a estos pensamientos.
Este tipo de autocrítica también obstaculiza el aprendizaje, no
ayuda a entender.
El
temor a sentirse torpe le apartará de situaciones en las que podría
disfrutar aprendiendo, incluso en muchas ocasiones, le puede
imposibilitar para entender cosas que son imprescindibles para
resolver sus problemas.
En
esa misma ocasión una de las asistentes nos abordó fuera del salón
y planteo:
-
Hubiera querido intervenir para preguntar, pero es que me da terror.
No me salen las palabras. Tengo miedo escénico. ¿Pero por qué
razón me pasa esto?
- No
se conforme con la etiqueta de "miedo escénico". Saber el
nombre del problema no lo resuelve. Ese temor, es el efecto de otros,
como el miedo a parecer torpe, al ridículo, a la crítica y al
menosprecio. Ahonde en esos temores.
De
igual manera, en muchas ocasiones cuando hablo sobre la palabra de
Dios con personas de otras creencias religiosas y tratamos un tema
sobre la Biblia me preguntan lo siguiente, ¿Cual es tu iglesia? ¿Por
que tu crees que tu iglesia esta bien? Querido amigo lector, estas
preguntas señalan que algunas personas no tienen el conocimiento
bíblico para saber la verdad bíblica sobre el fundamento de la
iglesia y los mandamientos enseñados por Jesucristo y los Apóstoles.
Y utilizando la Biblia para contestar a sus preguntas se rehúsan a
escuchar al Señor.
Al
hablar de religión, la mayoría de las veces las personas que no
tienen mucho estudio bíblico se ofenden cuando la verdad bíblica va
contra las enseñanzas recibidas por sus padres desde la niñez y con
frustración por no poder defender lo que siempre pensaron que era
correcto se tornan agresivos.
La
verdad es que todas las personas que asisten a alguna iglesia no
importa cual sea, están tratando de agradar a Dios, saben que algún
día estarán frente a Él. La Biblia nos habla claramente cual fue
la iglesia fundada por Jesucristo y también nos enseña lo que Dios
quiere para que toda persona interesada en salvar su alma se salve.
Tito 2:1., NVI "Tú, en
cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina".
De no hacerse de esta manera pone en peligro su alma, no va a poder
defender sus puntos de vista cuando esté frente a Dios, no podrá
decir eso fue lo que me enseñaron en la iglesia que yo iba o mis
padres.
Recordemos
que la ignorancia no salva sino el conocimiento de la verdad. Mateo
22:29 NVI dice: "...
Ustedes andan equivocados porque desconocen las Escrituras y el poder
de Dios". Efesios 4:18 NVI
" A causa de la ignorancia
que los domina y por la dureza de su corazón, éstos tienen
oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene
de Dios". 1 Pedro 1:14 NVI
" Como hijos obedientes,
no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en
la ignorancia". 1 Pedro
2:15 NVI " Porque ésta es
la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la
ignorancia de los insensatos"
Romanos 10:3 NVI " No
conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer
la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios".
Juan 7:49 NVI " ¡No! Pero
esta gente, que no sabe nada de la ley, está bajo maldición".
Y así puede también leer: Lucas 23:34; 2 Pedro 3:18 y 1 Timoteo
2:4.
Ahora
bien a igual que el burro flautista, hay muchas personas que con
tener una Biblia abierta en su casa y/o andarla llevando bajo el
brazo o en la cartera y ahora en la modernidad tenerla on-line, se
creen unos eruditos bíblicos, amados hermanos hasta este día no
conozco un solo caso que la sabiduría bíblica se obtenga por
osmosis o por solo tocar el Libro.
Querido
lector, quiero hacerle una pregunta y respóndase a si mismo: Al leer
los anteriores pasajes bíblicos, ¿Usted cree que llegará al cielo
sin saber lo que hace?.
Por
otro lado, es muy gratificante para una persona poder mostrar con
sencillez que no sabe algo. Para poder actuar de este modo, hay que
resolver el temor a que otras personas reaccionen negativamente ante
esa muestra honesta de ignorancia. Puede ocurrir que otros traten de
ridiculizar o sentirse superiores a los que muestra que no sabe. En
ese caso hay que ser consciente de que el problema es del otro, del
que ridiculiza y enfrentar la emoción que nos produce su actitud,
para no caer en el mismo error que esa persona.
Para
resolver el temor a que nos menosprecien por equivocarnos, también
es necesario dejar uno mismo de juzgar o ridiculizar a los demás
cuando se equivocan o no saben algo.
Estar
al acecho de los posibles errores de los demás, es otro síntoma del
temor a no saber, a sentirse torpe frente a los demás. Una mente
censuradora nos aparta de los demás y arraiga mas el problema. Por
el contrario, cuanto menos juzgue a los demás, incluido mentalmente,
menor será el temor a ser juzgado.
¿Es
realmente tan importante que alguien pronuncie mal una palabra, se
tropiece o confunda a un escritor con un cantante, como para
recriminarle o reírse de él? Son ejemplos simples, pero valdría lo
mismo para cualquier error. ¿No es más importante tratarnos bien y
si hay que hacer ver un error, hacerlo con afecto?
Desde el punto de vista psicológico, el ser
humano no está terminado, está en evolución, por lo tanto, está
aprendiendo. Reconocer que uno no sabe algo produce un estado de
apertura mental, genera la curiosidad necesaria para aprender. Por
supuesto, esto no implica dejar de ver la realidad, al contrario, una
mente sin temor es más capaz de percibir mejor la realidad tal cual
es, podrá identificar lo que está mal y actuar con firmeza si es
necesario para darle solución. Con firmeza pero sin odio, con
inteligencia.
Resolver
el temor a no saber, al menosprecio, le tornará más inteligente,
amable y comprensivo, con usted mismo y con los demás.
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