La Lengua Viperina

En este estudio hablaremos sobre la lengua viperina. ILustrarémos esto mediante el caso de una señora, la llamaremos Estaya. Estaya, es una señora de iglesia que vive aquí, en El Salvador (pero esta historia es tan repetitiva que bien podría vivir al lado de su casa amigo lector, no importando el país donde nos lea). Estaya es sumamente religiosa, zalamera y con una buena palabrería bíblica. Se le ve ir todos los días a la iglesia, aun cuando no sea a la misma, con un librito negro en la mano. Pero, desafortunadamente, Estaya es una chismosa de primera categoría. Chismosa con mayúsculas.

Un día o mejor dicho todos los días, Estaya, va y visita hermanos, visita pastores, en fin visita todo al que a su paso le abre las puertas y estando adentro son las mismas frases de lugar en lugar: ¿Sabia que?; -no me lo tome a mal pero...; Usted me entiende verdad...: A mi Dios me bendice mucho porque soy buena; y no sabia que...; etc., etc., etc. En este ir y venir de frases van intercalándose los más inverosímiles, pero por muchos creíbles, cuentos chismosos que involucran a todo el que con ella trata. Por estas practicas, Estaya ha sido expulsada de congregaciones y muchas casas de hermanos ahora le cierran las puertas.

Talvez usted estará reflexionando, ¿Por qué el Pastor Saúl, sitúa a esta persona en una Iglesia? Y le responderé: Porque esta es tan igual como a otras que conozco en otras instituciones, donde algunas dicen ser cristianas y otras no. No importa en si donde la ubique, el problema en si, es lo que ellas hacen, zalameras con el pastor en la congregación o zalameras con los jefes en las instituciones, o con sus maestros en los centros de estudios, personas como Estaya, existen en todo lugar. Porque este acto no es mas que el corolario de la baja autoestima, de la incapacidad, de la ignorancia... en fin de los mediocres que hablábamos la semana pasada.

Los mediocres (para usar un termino que generalice) motorizan la lengua. Le dan rienda suelta para dar latigazos en forma de críticas, levantar calumnias, esparcir rumores, establecer litigios y mantener en zozobra la paz precaria entre los miembros de una institución. Dice Santiago 3: 5..6: "Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno"

Al repasar imaginariamente los lectores de este estudio, imagino a algunos congratulándose con palmaditas de satisfacción sobre los hombros. Imagino sus mentes pensando... "Ah, eso sucede solamente en la congregación a la que pertenece Estaya". Imaginariamente también oigo sus labios hacer la oración del fariseo del Nuevo Testamento: "Señor, te doy gracias que no soy como Estaya". ¡Yo soy evangélico(a) legítimo! o veo a otros en sus oficinas argumentando los desvelos, las aflicciones y los esfuerzos hechos en sus estudios para llegar al cargo o empleo que ocupan.

¡Ay de vosotros mediocres! Vuestra lengua, lengua viperina es.

Santiago, en la cita anterior dice que esa lengua es inflamada por el infierno. Lo anterior me da la pauta para decir ahora: ¡Ay de vosotros mediocres! Vuestra lengua, lengua viperina del infierno es. Habiendo servido como funcionario publico y como profesional de mi área en la empresa privada, y ahora como pastor ya por mas de 17 años, he visto lo suficiente como para afirmar que desdichadamente en las instituciones publicas como en las privadas y aún en las iglesias sean cuales sean (esto incluye aun las sectas), en todos esos lugares, en unas mas que en otras, no deja de existir el vaho nauseante de este elemento viperino. 

La palabra viperina se deriva de la palabra víbora. La víbora es una serpiente de cabeza triangular que fulmina el 10% de sus víctimas con su poderoso veneno. Por lo regular acecha en lugares pedregosos y secos. Se dice que lleva el veneno debajo de la lengua. De ahí la expresión que a menudo se oye: "Fulano de tal tiene una lengua viperina". Hablando de la llamada Estaya, una persona se me acercó para decirme: "Esa mujer es una víbora." ¡Qué trágico testimonio!

Desdichadamente, no sólo mujerzuelas irresponsables se prestan para funciones viperinas. También hay víboras venenosas dentro del elemento masculino. Sí, hay víboras que visten de hombres también. ¡Y qué peligrosas son! Estos usan la lengua como "un mundo de maldad," e incendian con ellas la misma creación. ¡Dios tenga misericordia de los tales! Para vergüenza de todos, la práctica viperina no se limita a las mujeres solamente; esta práctica a hallado terreno fértil en muchos hombres también. Más de un siervo del Señor fue arruinado en su testimonio o tronchado en su útil carrera por uno de estos reptiles al servicio del mal. Más de un floreciente profesional se marchitó hasta secarse por el calor de este voraz incendio. ¡Dios tenga misericordia de los tales!

El de lengua viperina rompe en un segundo amistades de muchos años, quebranta corazones más nobles que el de él, fomenta odios y animosidades entre gente y gente, siembra raíces de amargura entre hermanos y amigos, fulmina el gozo espiritual de una iglesia y destruye la unidad de una empresa, pelea siempre abierta y subterráneamente contra la autoridad. El de lengua viperina es un alma tenebrosa, enferma, e infeliz. Nada más perverso, nada más destructivo que una lengua no santificada. Siendo lo que es, un arma de fuego e instrumento potencial de destrucción. Nadie se libra de su lengua viperina, a cuyo propósito viene bien la fábula de Esopo sobre la mejor y la peor comida del mundo.

Relata que el rico mercader que era su amo le arrojó un puñado de monedas "corre al mercado y compra los ingredientes para la mejor comida del mundo!" Esopo regresó de la compra y colocó sobre la mesa un plato cubierto de fino paño. El mercader descubrió su contenido "lengua" y se deshizo el esclavo en exaltar las cualidades de la lengua que nos une a todos cuando hablamos sin ella no podríamos entendernos, es la llave, el órgano de la verdad y la razón. Gracias a ella se construyen ciudades, expresamos nuestro amor. Es el órgano del cariño, la ternura, el amor y la comprensión.

Continuó Esopo "es la lengua que torna eternos los versos del poeta y las ideas de grandes escritores" con ella se enseña, se persuade, se instruye, se reza, se explica, se canta, se describe, se elogia, se demuestra se afirma. Con la lengua decimos madre y querida y Dios. Decimos sí y decimos "te amo". Muy bien Esopo aplaudió el mercader, "toma este saco de monedas y trae lo que haya de peor y pronto. Repitió el esclavo la compra, volvió la presentó al amo cubierta de un paño que éste descubrió y quedó indignado: ¿"Cómo que otra vez lengua?"

La lengua, señor, replicó Esopo es lo peor que hay en el mundo. Es la fuente de todas las intrigas, el inicio de todos los procesos, la madre de todas las discusiones. Es la lengua que separa a la humanidad, divide a los pueblos, que usan los mandatarios cuando quieren engañar con sus falsas promesas. Es el órgano de la mentira, de la discordia, de los malos entendidos, de las guerras, es la que miente, la que esconde, que engaña, que explota, que blasfema, que insulta, que mendiga, que provoca, que destruye, que calumnia, que vende, que seduce, que corrompe. Con la lengua decimos muere, canalla, demonio, cobarde, decimos "no" y "te odio". Terminó Esopo el esclavo sabio y anciano.

Una lengua viperina es espejo de un alma pequeña que lleva a duras cuestas un cadáver grande. Refleja a los que tienen nombre de que viven pero en realidad están muertos. A los que tienen apariencia de piedad pero cuyos dichos y hechos niegan la eficacia de ella. Sólo la conversión a Dios, genuina y humilde, la fe viva en el Señor Jesucristo y la regeneración radical del Espíritu Divino, pueden dar la energía necesaria para mantener la lengua bajo control.

¿Es usted amo o esclavo de su lengua?

CUIDESE. No le abra la puerta a la señora Estaya.

Amen